Una parada en Nixon

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Hicimos otra parada en para cargar gasolina. Lucius se bajo del auto y empezó a caminar por las callejuelas de Nixon mientras yo le daba las instrucciones al empleado de la gasolinera. Volvió quince minutos después y acompañado. Él conocía perfectamente el lugar. Había venido muchas veces como vendedor ambulante en el Condado de Washoe. Junto a él, un hombre de unos cincuenta años vestido de granjero que me miraba con sospecha y arrugaba su nariz aguileña. 

-Él es Andrews, mi socio-le explicó Lucius al extraño que respondió con otro gesto.

-Un gusto de conocerlo. ¿Y usted es?-Pregunté con mi mejor sonrisa

-El señor Morris es un ex empleado de la Agencia Rogers- dijo mi compañero- lo conozco hace bastante tiempo. Él era responsable de ventas en todo Nevada

-Dicen que quieren saber algo sobre el señor Rogers- Expresó el granjero abriendo por primera vez la boca.

-Queremos comprarle a una de sus representadas. Y no sabemos mucho sobre él. Excepto lo que todo el mundo sabe sobre la quiebra de su empresa.- Dije- Nos sería de mucha ayuda que usted nos cuente su experiencia. 

El extraño hizo silencio durante un rato. Miro al vacío y mastico su desconfianza lentamente. A Lucius ya lo conocía. A mi no y seguramente pensaba que yo era el típico empresario carroñero que venia de la gran ciudad para aprovecharme de las penurias ajenas.

-No creo que pueda servirles de mucho. No sería muy leal con el señor Rogers

- Él  lo dejó en la calle con sus pésimas decisiones- Reaccionó Lucius

-Si, pero me pago mi indemnización con la que pude comprar mi granja.

-Eras el mejor responsable de ventas y mirate ahora vendiendo huevos de gallina

-Lucius, estas terriblemente equivocado al igual que yo lo he estado. Tienes mucho que aprender de la vida y de los negocios

Tuve que detener la reacción de mi socio con un sutil manotazo en su pecho. Él entendió la señal. Se metió en el auto y cerro la ventanilla dejándome solo con el granjero.

-Perdone nuestras molestias señor Morris. Ya nos vamos-Dije mientras me acercaba a la puerta del automóvil

-No se confíe de Rogers, puede estar confundido pero no ha perdido los dientes.

- ¿Confundido?

-Abrazo una creencia extraña luego de la quiebra. Algo que se hace en Gerlach. No se mucho de eso. Solo sé que ese hombre pasa horas en el desierto con esa gente.

- Gracias señor Morris. Ha sido de gran ayuda.

AnahimWhere stories live. Discover now