Agencia Rogers

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A pocos kilómetros de la entrada de Gerlach estaba la antigua sede de la agencia, un edificio de una cuadra que reflejaba un pasado exitoso y contrastaba con las rústicas calles del pueblo. Estaba completamente abandonado y descuidado. En la siguiente cuadra la agencia tenía su oficina actual en lo que había sido un consultorio médico. No pudimos evitar hacer una comparación entre la vieja y la nueva Rogers.

En la mediocre oficina con revestimientos de madera y fotos de jóvenes modelos y actrices de Franton, nos recibió Ted Hox, un socio de la agencia, un hombre gordo y fofo con un traje marrón y un cinturón con el estado de Texas. Ted era uno de los refugiados de la sede de Houston, los únicos que decidieron irse a Gerlach con su jefe y este los nombro socios como resultado de su lealtad. 

Él nos explicó que la agencia tenía grandes planes para la señorita Kramer, ese era el apellido de Anahim. Yo ya podía imaginarme los grandes planes que tenía la gente de Rogers para la muchacha de oro, la enviarían a Reno o a Las vegas y terminaría trabajando como modelo publicitaria para los canales locales o para los casinos de las vegas. En fin, picoteando un poco de espacio y dinero en Nevada. Lucius pidió su dirección para hacerle la propuesta.

-Al menos deje que nos contactemos con ella – suplicó Lucius mientras el tejano se rascaba la cabeza.

- No está en nuestras intenciones negarle el acceso a la señorita Kramer- Respondió al cabo de un rato Ted- pero antes de darles cualquier información tendrán que hablar con mi socio, el señor Rogers. Pueden venir mañana y hablar con él- Se levantó de su asiento y nos invitó a salir. No nos movimos.

-No quiero incomodarlo pero vinimos desde Los Angeles hasta aquí, no podemos volver mañana-Lucius mentía,  en parte necesitábamos impactarlo. Teníamos una oficina en Hollywood, pero nuestro marco de acción se centraba en Sacramento. El tejano se impacientó al oir el comentario y rompió con la diplomacia.

-¿Y ustedes creen que porque vienen un día de la gran ciudad, nosotros debemos dejar de hacer lo que estamos haciendo para atender sus asuntos? Si están lejos de la ciudad no es mi asunto señores, tendrán que volver mañana.- Esta vez Lucius se levantó.

-Señor Hox, entiendo que quiera conservar a su cliente, pero estamos dispuestos a poner mucho dinero sobre esta mesa. ¿Cree que su socio se molestaría mucho por eso?

-La puerta esta abierta ¿Necesitan que los acompañe?

AnahimWhere stories live. Discover now