Capítulo 7

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-¿Puedes ayudarme con algo más cómodo para colocarme?, me han golpeado muy fuerte y el vestido realmente me molesta, me servirá una camisa grande – Después de lo que parecen años Sebastián por fin reacciona y se dispone a buscar una camisa para darme, aprovecho su distracción para buscar en su cuerpo algún arma y como haré para quitársela, la localizo en su espada sujetada por su pantalón, esto va a ser difícil nunca he tocado una cosa de esas y tengo miedo que se dispare con tan solo tocarla, después de lo que haré creo que mi muerte está muy cerca, sé que no saldré viva de esta pero será una muerte digna si logro entretenerlos lo suficiente, ya a estas horas Martha tiene que estar camino a la libertad con los niños, no he escuchado nada inusual así que supongo que nadie se ha dado cuenta.

-Esta es bastante grande pero servirá- Sebastián me extiende la camisa y no disimula su incomodidad, por lo que decido aprovecharme de la situación.

-¿Puedes darte la vuelta?, mi sujetador también me molesta y necesito deshacerme de él, no podre si me sigues mirando – De prisa visto el camisón y corro en dirección a Sebastián, al no esperar mi reacción no actúa lo suficientemente rápido y soy capaz de quitarle su arma, su expresión es desconcertada y veo confusión en su mirada, mis piernas y manos no dejan de templar, el arma es más pesada de lo que parece y no tengo idea de cómo usarla, pero nadie debe saber eso.

-¿Qué crees que estás haciendo?, dame el arma – Habla pausado y sé que trata de mantener la calma.

-Solo cállate y quédate quieto, voy a salir de este lugar y tú me vas ayudar, nadie me va a disparar si mi rehén es el hijo del comandante, el futuro heredero del trono – Rio fuerte, pero no es más que el reflejo de mi nerviosismo, necesito actuar rápido pues el tiempo es valioso y necesito que juegue a mi favor, con decisión sigo apuntando a mi rehén, trato de parecer segura y sostengo el arma fuerte, esta parece pesar toneladas en mis frágiles manos.

Saco a Sebastián del cambuche para llamar la atención de todos, pero nadie nos ha visto aún, parecen absortos en sus asuntos que derivan de beber y emborracharse como si no hubiese un mañana, sé que algunos están de guardia y debo cuidarme de esos, su puntería debe estar intacta, me pego al cuerpo de Sebastián y la misma corriente de hace un momento se instala en mi pecho, la adrenalina del momento me está haciendo alucinar, decido no prestar atención a la nueva sensación y obligo a mi rehén a dar pasos hacia delante cuidando de no darle la espalda a ningún insurgente, quiero prolongar mi tiempo de vida al menos unos minutos mas.

El primero que nos ve parece ser su padre que se acerca animado a su hijo, no se ha fijado en la situación, debe ser porque soy pequeña y el cuerpo de Sebastián cubre el mío, mi vista es reducida ya que solo puedo ver atreves del pequeño agujero que se forma entre su costado y el brazo, el arma la sostengo pegada a su espalda.

-Hijo has terminado pronto, pensé que te vería hasta la mañana siguiente, pero aprovecharemos el tiempo y te presentare a nuevas camaradas, estarán encantadas de continuar lo que hacías allá adentro- Sus palabras me producen asco y se está acercando demasiado así que decido hablar.

-Más te vale quedarte donde estas, se me puede escapar un disparo y te tocara enterrar a tu hijo junto a los demás, ¿Cómo es que los has llamado?... ¡Ahh sí! Costales de basura – Las palabras que salen de mi boca me aterran, no le haría daño a nadie y mucho menos a Sebastián, pero debo continuar fingiendo que si lo haré.

Desde mi posición puedo ver el rostro del comandante y como saca su arma apuntando hacia nosotros, sé que es un hombre sin escrúpulos, pero no creo que llegue a colocar en riesgo la vida de su hijo, su tono de voz me indica que esta fuera de sí y que pronto tendré una bala en mi cabeza pero estoy ganando un tiempo valioso, los insurgente hacen lo mismo que su jefe y también nos apuntan,nadie parece saber qué hacer. Sebastián se mueve un poco y presiono el cañón a su espalda.

Privada de la libertadWhere stories live. Discover now