Creo que sé quien la mató.

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Marcos sigue sin poder creerse lo que sus ojos están viendo. No puede ser que su abuelo, fuese el que operaba a esas niñas, tenía que haber una equivocación.

-Seguro que esto es un montaje. –Dice Iván para consolar a su amigo.

-Es imposible. Ahora todo tiene sentido. –Dice Marcos.

-No, nada tiene sentido. ¿Por qué tienen informes de nuestros padres, sangre nuestra? Nada tiene sentido. –Dice Roque.

Ninguno sabe que decir. Sienten que todo se les está yendo de las manos. Lo que empezó siendo como un juego, está acabando mucho peor de lo que esperaban.

-Bueno, lo importante es que has hablado con tu madre y sabes que está viva. –Dice Vicky.

-Sí, además, si la han tenido todo este tiempo ahí escondida, no la sacarán de ahí. –Dice Carol.

-¿Estás segura? No creo que la dejen ahí, después de saber que yo lo sé.

-Pero tú no vas a decir nada a nadie. –Dice Iván.

-Pensemos en lo único positivo que tiene todo esto. Y es que tenemos esto de prueba. Ellos no lo saben, porque Mateo no les contó nada, así que podemos usar esto en su contra.

De pronto, aparece Amelia en la habitación. A Iván, apenas le da tiempo a esconder la película y se le cae al suelo, dejándola entrever.

-Marcos, ¿Podemos hablar? –Dice Amelia.

-Sí, claro. –Dice saliendo de la habitación.

Carolina, siempre ha sentido celos de ella. Con la excusa de ser la profesora de su hermana, a veces siente como que ella lo mira con otros ojos.

-Vaya golpetazo se ha llevado esa película, ¿Noche de chicos? –Dice Amelia.

-Sí, bueno. Es una película de terror. –Dice riendo.

-¿Y cómo se llama?

-El internado. –Dice volviendo a sonreír.

-Solamente era para hablarte sobre tu hermana. Últimamente está muy desobediente, dice que quiere a sus papás y que no va a volver a estudiar hasta que no los vea. –Dice improvisando.

-Bueno, sabes como es. Hablaré con ella. –Dice intentando zanjar la conversación, mientras vuelve a abrir la puerta.

Amelia le dedica un adiós y éste se mete dentro de la habitación.

Coge su teléfono, y marca un número. Pero solamente dice dos palabras: "lo tienen".

Mientras en los pasadizos...

-Lo que has hecho está muy mal, Irene. Te dijimos que no podías hablar con tu hijo sino uno de los dos moría. –Dice Camilo a Sandra Pazos.

-Te juro que yo no he hablado con mi hijo, de verdad. Sólo he hablado con Mateo. No les hagáis nada por favor. –Dice suplicando.

-Por fortuna, Mateo ya ha pagado por la traición, pero ahora les toca a tus hijos.

-¡No! Por favor. –Dice Sandra, de rodillas.

Camilo, aprovechando que la tiene en sus pies, le propina varios tortazos, algunos de ellos, provocándoles sangre.

A penas sin fuerza, Sandra consigue levantarse y sigue las ordenes de Camilo.

-Si pensabas que te íbamos a dejar aquí, sabiendo que tu hijo puede venir en cualquier momento, estabas muy equivocada. Coge las cosas y sígueme. –Dice Camilo.

El Internado.Where stories live. Discover now