Capítulo 7

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Cuando ya es la hora de mi primer entrenamiento me siento nerviosa, no sé que se me da bien y tengo miedo de dispararme en el pie.

Salgo a un patio bastante grande al aire libre, lo cual me hace sentir bien, donde están la mayoría de las personas que viven aquí. Nadie me ve bajar las escaleras, lo cual agradezco ya que no me gusta que me miren. Cuando llego al final de las escaleras contemplo todo el patio. Todos están concentrados en su entrenamiento y yo no sé ni por donde empezar así que comienzo a andar. Veo que hay algunos que dan instrucciones y ayudan a los demás, uno de ellos es Axel.

Me paro delante del único sitio que está vacío y contemplo los cuchillos que están ahí, supongo que los demás prefieren armas mejores como arcos o pistolas pero sin embrago, a mi me gustan ya que si tu oponente esta lejos puedes lanzarlo y si está cerca se lo puedes clavar.

Cojo un cuchillo y lo examino , es grande pero manejable y su punta está muy afilada. Miro al frente y encuentro una silueta para practicar así que tiro el cuchillo hacia la silueta. El cuchillo sale volando pero no roza ni siquiera la silueta, es más, da a la silueta de al lado. Oigo reírse a alguien detrás de mi.

-Que buen disparo si quieres matar al de al lado- se acerca más y veo que es Fin.

-¿Y si quería hacerlo? Si está al lado de mi objetivo quiere decir que está con el y que le tengo que matar luego.

-Muy buena respuesta pero ¿y si el que está al lado es un rehén?

-Pero no es un rehén, solo es una silueta.- Fin sigue riendo.

-Ya pero el entrenamiento nos sirve para saber enfrentarnos a cosas que encontraremos ahí fuera cuando nos manden luchar y una de esas cosas será salvar a un rehén, no matarlo.

-Lo sé- es lo único que se me ocurre decir.

-bueno, parece que lo tuyo no son los cuchillos.

-Pues supongo que no. ¿Qué haces aquí?

-Yo también tengo entrenamiento, aunque no me hace falta, y he visto tu gran lanzamiento y creo que se puede mejorar.

-No lo creo, no tengo puntería.

-Para eso estoy aquí, además hoy hay mucha gente y los entrenadores no pueden ayudarte así que tu mejor opción soy yo.- me da un cuchillo- lo primero es que lo cojas bien- me lo coloca- y la segunda es subir las mangas de la chaqueta hasta el codo, parece una tontería pero las mangas pueden hacer que se te resbale el cuchillo de la mano- me agarra de la muñeca y me quita las mangas aunque intento que no lo haga. Por un momento creo que no lo ha visto pero Fin se queda mirando mis muñecas con cortes hasta que me desago de su agarre.

Sé lo que piensa. Todo el mundo pone esa cara cuando piensan que eres una suicida. Él intenta hablar conmigo pero soy más rápida que sus palabras y salgo corriendo hasta llegar a uno de los entrenadores, el cual me manda correr durante una hora sobre una pista de obstáculos. Por fin me dejan hacer una cosa que puedo hacer, espero no caerme.


La ResistenciaWhere stories live. Discover now