Capítulo 26

24 7 7
                                    

Miro con detenimiento la sangre salir de la muñeca. Ver salir tanta sangre de mi muñeca me deja en un estado de shock. Pasan los segundos y los minutos y sigo aquí, contemplando como una herida sangra y como el filo del cuchillo se ha teñido de rojo. Por un segundo pienso en que parezco una asesina; en una mano tengo el arma con la que apuñalo a mis víctimas y en la otra tengo la sangre de estas.

Pero yo no soy una asesina, aunque mirado desde otro punto de vista, una suicida podría contar como asesina porque quiere matar a un ser humano.

No sé cuánto tiempo he pasado mirándome las manos como si fuera una drogadicta que le asombra todo, cuando de repente alguien me quita el cuchillo. No dice nada o al menos no lo escucho. La persona que me quita el cuchillo me agarra los hombros y me zarandea con tanta fuerza que hace que vuelva en sí.

-Alex vamos contesta.- dice Charlotte.- ¿Qué ha pasado?

Levanto la cabeza y veo a una Charlotte desesperada y nerviosa. ¿Estará así por mí?

-Estoy bien.- consigo decir.

-¿Estas bien? Te estas desangrando por la muñeca. ¿Qué se supone que haces?

Me agarra de la muñeca buena y empieza a andar. Miro hacia delante para no caerme y veo que todos han dejado de entrenar para ver como Charlotte tira de mí por todo el patio.

-No es lo que piensas.- digo casi sin aliento ya que Charlotte va muy deprisa.

-Entonces si no te has cortado porque tienes eres una maldita suicida, dime ¿Qué es?

Sus palabras me duelen. Aunque sé que soy una suicida, nadie me había llamado así nunca.

-Charlotte cálmate- dice Tom que va detrás de mí aunque no me había percatado de su presencia.- No puedes decirle eso.

-¿Por qué no? ¿Porque no se le puede decir nada a una suicida? ¿Porque os pensáis que por el comentario de Charlotte me voy a cortar otra vez? Pues yo no soy así.- me libro de la mano de Charlotte con violencia-. No estaba haciendo esto- levanto la mano en la que tengo la herida, la cual todavía sangra.- porque me quisiera cortar. Me he cortado por última vez. Le he puesto fin de esta manera porque no puedo seguir haciendo esto mientras intento ayudaros con la causa.

Charlotte y Tom se quedan callados y sé que están meditando sobre si digo la verdad o no.

-Puede que no me creáis pero es cierto lo que pasa es que se me fue de las manos. Os juro que solo iba a ser un corte como los demás en señal de que se acabó pero se me fue de las manos. EL cuchillo estaba demasiado afilado y me corte de más, después me quede en estado de shock al ver tanta sangre salir de mi muñeca y el resto ya lo sabéis. 

-Me alegro de que pongas fin a esto- empieza a decir Tom.- pero eso no es una forma de hacerlo.

-Quería que fuera la última vez que me hacía daño a mí misma.

Me siento un poco mareada supongo que es por la pérdida de sangre pero no creo que haya perdido tanta aunque en realidad no sé cuánto tiempo he estado en el patio admirando mis manos. Vuelvo a mirar mi mano herida y veo como gota a gota voy perdiendo sangre, miro el suelo y veo un charco rojo bajo mi mano y me quedo asombrada.

-Te dije que te estabas desangrando.- dice Charlotte y al ver que estoy observando el suelo, añade.- deberías haber visto el charco del patio.

-Y el camino que has desde el patio hasta aquí.- agrega Tom.

-Pero no es para tanto.

Charlotte me agarra el brazo con cuidado y observa con detenimiento la herida.

-Yo no diría eso, es un corte bastante profundo. No entiendo ni como todavía te mantienes en pie. Pero antes de que te pase algo peor que esto, vamos a la enfermería a que te curen.

Asiento con la cabeza y la sigo. Aunque esto no es muy grande hay dos enfermerías; la primera es la que está en el patio para cualquier herida sin importancia y la segunda enfermería está al lado opuesto del patio donde se encuentran los pacientes con heridas graves como Fin y Axel. Sé que mi herida es grave pero no entiendo como no me han dejado en la enfermería del patio y así podían pararme la hemorragia y seguiría mi camino sin problema, no como ahora que estoy recorriendo el trayecto a la vez de que dejo sangre en el suelo.

Cuando estamos avanzando por uno de los pasillos más largos, siento ya el cansancio en mi cuerpo. Charlotte y Tom van demasiado rápidos para mi gusto y yo no puedo alcanzarlos con mis cortas piernas y el hecho de que me esté desangrando no ayuda ya que a veces la sangre cae en el suelo donde voy a pisar provocando que me resbale, por lo menos mantengo mi estabilidad y no me caigo. Sigo mi camino con esfuerzo y estirando el brazo lo máximo posible para que la sangre caiga lejos de mis pies. ¿Por qué no me habrán parado la maldita hemorragia? Maldigo para mis adentros porque si hablo me cansaré más y es un esfuerzo innecesario. 

La muñeca me empieza doler más y los dedos ya ni los siento. Siento cada impulso que dan mis piernas hacia delante, siento cada respiración sofocada que hago con gran esfuerzo, siento un sudor frío en las sienes y siento cada gota de sangre que pierdo caer al suelo.

Sé que si no llegamos en menos de un minuto, mi cuerpo dejara de andar y caeré al suelo desmayada. Si lo pienso un poco mejor, no es un mal plan, caeré al suelo desmayada y descansare durante unos minutos y cuando despierte lo haré en una camilla de la enfermería junto a Fin y a Axel. Sin duda no es un mal plan, lo malo son los síntomas anteriores al desmayo los cuales están empezando a aparecer

Los sudores fríos ya habían aparecido pero ahora son peores, una gota me recorre la espalda y hace que quiera secarme. Después me empiezan a pesar todas las extremidades, las rodillas no las siento es como si estuvieran dormidas pero me permiten seguir adelante. A continuación, mi pulso se acelera como si hubiese hecho una maratón y hace que mi respiración sea entrecortada. Y la muñeca me arde con cada minuto que pasa sin sanar.

-¿Te encuentras bien? Estas pálida, hasta los labios los tienes blancos.- dice Charlotte y se para enseguida.

Aunque Charlotte y Tom me están hablando, esas son las últimas palabras ya que me empiezan a pitar los oídos. Mi cuerpo ya no aguanta más. Siento como mi cuerpo se derrumba pero antes de que caiga, me protejo la mano mala como puedo antes de caer al suelo y entrar en un profundo sueño.

La ResistenciaWhere stories live. Discover now