Prólogo

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Había recorrido la mitad de la ciudad en una motocicleta robada antes de quedarse sin comustible, pero aún con este obstaculo no iba a dejarse atrapar. En ese momento la habían acorralado en un callejón, pero ni aún así se daría por vencido: todavía podía huir.

          —¡Esta aquí! Se detuvo... —oyó gritar a la distancia, y reconoció la voz como la de una de los policías que la perseguía. No importaba como lo viese, ya estaba jodida.

El comienzo del día había ocurrido al pie de su rutina; la mujer se había despertado en el mismo callejón en el que vivía desde hace unas semanas, y de allí había partido a terminar con una venganza que llevaba planeando desde hacía años.

Luego de haber asesinado a Max, su exnovio, la chica había salido a escondidas de la casa y para su mala suerte fue descubierta por un vecino que llamó de inmediato a la policía. La asesina apenas tuvo tiempo de huir antes de que la policía llegara para examinar el lugar, y gracias a la excelente memoria del testigo pudieron reconocerla como la autora de crímenes anteriores.

Ella no sabía como la hallaron en menos de un día; solo sabía que debía correr si valoraba su libertad... Aunque resultaba más fácil decirlo que hacerlo.

Para fortuna de la criminal el callejón terminaba en una reja fácil de escalar, pero cuando logró subir y comenzar a escalar fue interrumpida por una de los policías.

           —Levanta las manos y date vuelta, lentamente... —le ordenó, apuntandole con su pistola de 9 mm.

No le quedaba más opción. Si Aldana no se entregaba la podrían asesinar, pero si lo hacía conseguiría escapar. Nadie podía detenerla.

Condenada Por El JuezWhere stories live. Discover now