Capitulo 11: Zanahoria.

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Capítulo 11: Zanahoria.

Una hora, llevaba una hora aproximadamente esperando a Dylan. Le habia marcado a su movil multiple veces pero no tendia o simplemente sonaba el buzon.

Estaba procupada, por ambos.

Cuando estaba por levantarme cuando vi un coventible estacionarse frente a mi. La persona que conducia se quito las gafas de sol.

— Oh Dios...

— No es necesario ser religiosos ahora Ann —sonrio.

— ¿Es en serio Dylan? — pregunte mirando su auto, en el asiento del copiloto estaba Jay con un atuendo similar al de Dylan.

— Mírate a ti princesita, sigues siendo la misma pero con ropa de diseñador — rie Dylan estasionandose.

Ambos bajaron.

— Es extraño vernos asi — admiti.

— Demasiado, pero no me quejo — sonrio Jay.— ya, deja de fingir Dy, que ambos sabemos que esa camisa te da picazon.

Los tres reimos.

— ¿Que tal chicos? ¿Como les ha ido? — pregunte cuando entramos.

— Pues a mi excelente, soy delantero en el equipo de basquetbol y luchando por ser el capitan — sonrie Dylan.

— ¿Que hay de ti Jay? — Dy y yo lo miramos.

— Odio el esgrima, pero toda la familia lo practica asi que no me quejo. Dominic y Dante son agradables conmigo pero Dakota es mi peor pesadilla — frunce el ceño. Dios, si que extrañaba sus gestos.

— Pero solo tiene 7 años — habla Dylan.

— Intenta vivir con ella todos los dias y no pensaras que esa niña es salida del mismisimo infierno — habla el rubio.

— ¿Que hay de ti Zanahoria?

Zanahoria, Dy siempre fue el unico que me llamaba asi, por cariño claro.

— Mis hermanos son geniales, quitando a Henry, hasta tolero mas a Travis — rei.

— Tus hermanos son populares en mi instituto, todas las chicas babean por un Marshall — habla Dylan cuando nos sentamos en un mc donals.

Aunque nosotros tres contemos con dinero suficente de comprar lo que nos plazca, aun disfrutamos unas humildes hamburgesas.

— ¿Asi? — pregunte.

— Si, tienen una rara fama. Henry, ese rubio que es mencionado hasta en la sopa, se ha acostado con media polacion estudiantil, Travis es deceado por la otra mitad y los demas son los chicos perfectos que todas desean como novios — habla, pedimos nuestras hamburgesas, pápas y sodas en la tableta.

— No sabia eso — admiti.

— Hasta tu eres famosa Ann, muchos chicos te han hecho fama por inalcanzable ¿A cuantos ya rechazaste, Zanahoria?

Si te contara Dy.

En estos meses cada chico que se me acerca, que no sea mis hermanos so sus amigos solo quieren dos cosas: Acostarse conmigo o besarme. Y el que llegue a pasarse se gana un pase a que pierda el dia del padre.

O si no, preguntenle a Kurt Adams, el chico que quiso besarme de imprevisto hace unos dias y se llevo una fuerte patada en los bajos que hasta Brayden grito touchdown.

— Sabes que jamas estaria con un chico como esos.

— Los extraño demasiado chicos — hablo Jay.— demasiado.

— Yo tambien a ustedes, no es lo mismo jugar poker con Dante, siempre gano. Porque no sabe jugar — dice Jay frunciendo el ceño, acarici su mejilla.

— Yo tambien a ti pequeño, a ambos. o saem cuanto — baje la mirada— pero la señora GRegson hizo esto para nosotros, saben que si hubieramos cumplido 18 ahi dentro Hank nos hubiera echado del orfanato y que nos la valieramos por nosotros mismos.

Dylan asintio, porque tenia razon. A cada chico que mirabamos cumplir 18 años, la directora lo echado. Muchos terminaban en prision o de otros jamas sabiamos de ellos.

Nuestro pedido fue anunciado y Jay fue por el.

— No vamos a escapar como lo planeamos ¿Verdad? —pregunto Dylan.

Me gire a ver a Jay quien pagaba y le sonreia a la cajera, mantenía una pequeña conversación con ella y soltaba unas pequeñas carcajadas. Mire su atuendo, una camisa negra y unos jeans que claramente ve ven de diseñador.

— No, no podemos arruinarle esto a Jay.


(...)


Caminamos por el mall con un helado, los chicos hablaban de como les iba en deportes y yo de lo aburrido que eran mis clases.

— ¿Puedes creerlo? ¡Ese estupido intento vencerme! — rio Dylan.— si supiera cuantas veces huimos de la policia.

Todos reimos.

— ¿Recuerdas cuando Jay se atoro en la cerca y casi lo abandonamos? — pregunto riendo Dylan.

— ¿Abandonamos? ¡Tu eras el que queria huir! —hable riendo.— la saque sola.

— ¡Oye, es cierto!

Mi risa se detuvo al ver a las personas quienes entraban al mall.

— Oh no, chicos — hable.

— ¿Que sucede? No me digas que te bajo la regla Ann, ya no ire por tus toallas femeninas — frunce el ceño Jay.

— ¡No! Mis hermanos a las 12 empunto.

— Si son guapos como las chicas lo describen — dice Jay.

— ¡No es momento para tus homosexualidades! — grito Dylan.

— ¿Huir? — pregunte.

— Zanahoria, para eso somos perfectos.

Y como los viejos tiempos, comenzamos a correr.

Salimos del mall y nos sentamos a las afueras.

— Debemos hacer esto cada mes —sonríe Jay.

— O todas las semanas —sonríe Dylan.

— Creo que ya es momento que llame a Marcus —les dije.

— ¿Ya Zanahoria? —preguntó Dy.

— Debo hacerlo, antes que me descubran —dije sacando mi teléfono.

— Demasiado tarde, zanahoria.

Maldita sea.

— Es cierto, zanahoria.

Cerré los ojos, ahora si estaba muy jodida.


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Dylan y Jay en multimedia.

Adoptada por los Marshall.Where stories live. Discover now