Capitulo 21: Cafe, besos y todo bien.

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Capítulo 21: Café, besos y todo bien.

Entre abriendo la puerta lo más fuerte que pude y caminando rápidamente a recepción con los bebotes siguiéndome

— Aiden y Travis Marshall —pregunte apurada.

— Travis Marshall está en rehabilitación y Aiden Marshall está en cirugía, por aquí puede esperar —hablo la enfermera.

Pude ver como mis hermanos estaban sentados con sus cabezas recargadas en sus manos, mirando al suelo.

— Annabelle —llegó Brayden a mi. Dándome un fuerte abrazo mientras llora en mi hombro.

Puedo notar como Jackson está estático mirando a un punto fijo en la pared. Parece perdido.

— ¿Les han dicho algo? —pregunte.

— Estaba estable, pero sufrió una hemorragia —habló, observe como Jere y Benji iban a abrazar a Henry y Jackson.

— Estará bien, estará bien —repetí.

Pero no sabía si se lo decía Brayden o a mi.





Samantha está en camino, ella vendrá en el primer vuelo a Chicago, Oliver no puede dejar su proyecto pero se está comunicando constantemente.

Ya habíamos pasado alrededor de 4 horas ahí, los cafés eran algo que me bajaba como agua por la garganta.

— El joven Travis Marshall ya puede recibir visitas —informa la enfermera. Todos nos levantamos. — solo una persona a la vez.

— Déjenme ir primero.

— ¿Segura? —preguntó Brayden. Asentí.

Ellos tomaron asiento nuevamente y la enfermera me guió hasta la habitación de Travis, la cual era la 26.

Jugando con mis manos giré el pomo de la puerta y la empujé lento.

Y lo vi.

Perdidamente lo vi.

Ahí, tendido en la cama. Con moretones en su lindo rostro, con una venda en su brazo izquierdo y yeso en su pierna derecha. Con los ojos cerrados, sin saber que hacer me encamino hasta la camilla y me quedo viéndolo.

¿Porque Dios hace este tipo de cosas? ¿Porque lastima a los que más quiero? Jamás juzgaré lo que hace, ni porque lo hace, pero lo siento injusto. No quisiera pelear con el, reclamándole que primero se llevó a mis padres, me alejo de mis hermanos. Porque me llevo con unas fabulosas personas, Los Marshall, dándome esa maravillosa familia, esa familia que se volvió parte de mi y que ahora no puedo ver en el futuro sin verme con ellos. No quiero hacerlo, quiero que mis futuros hijos le digan Tío a Aiden, no quiero perder a mi pequeño hermanito, no quiero, no puedo. Eso me destrozaría.

Siento que una pedida más me destruirá.

Y ya lo estuve una vez y sólo Dylan lo vio y me ayudó a superarlo. Jamás quiero volver a ser esa Annabelle, perdida y destrozada.

Jamás quiero que esa parte oscura de mi corazón salga, porque es mi peor parte y la parte que más hiere a las personas.

— No llores, rojita.

Cuando me di cuenta, tenía mi cabeza recargada en el brazo sano de Travis y lloraba.

— Trav —lo abrace, pero me aleje en instante que se quejó. — ¿estas bien?

— Estoy perfecto, podría bailar un vals contigo si quiero —sonríe, me rio tambien, con mi nariz algo congestionada. Mi vista se dirige a su labio. Roto.

— Travis, ¿porque me haces esto? ¿Porque me asustas de este modo?

— Lo siento rojita.

— Travis, no pude pensar en la idea de perderte —admití.— no pude pensar que te pasara algo y yo no te dijera que...

— ¿Que?

— Tú también me gustas —cerré los ojos. Sentí como, con quejidos, levantaba su mano y acariciaba mi mejilla.

— ¿Debo estar casi muriendo para que admitas tus sentimientos? —sonrió.

— Nunca más —sonreí y me acerqué a él.

Me senté en la camilla con él y acaricié su mejilla, sintiendo las costras de sus heridas. No me importo, su piel sigue siendo tan perfecta. Uni mi frente con la de el.

— Jamás pensé esto —hablo el, sacándome de mis pensamientos. — enamorado de mi hermanastra.

Sonreí.

Y lo bese.

Por fin, mis labios probaban los de Travis. Algo que desde hace tiempo esperaba hacer. Deseaba hacer.

Nerviosa por no querer lastimarlo, lento para no precipitar a nada, con cariño para que se sintiera un poco mejor.

Podría hacer esto toda mi vida y jamás me aburriría de besar a Travis. Porque el es un chico excepcional. Con una armadura que nadie deja que traspase, con una cara neutra para que no vean que tiene sentimientos, pero cuando escarban en todo eso. Podemos ver a este Travis, completamente extraño al que vemos todos los días, más abierto, más social, más alegre, más divertido, más amoroso, más cariñoso, siendo el, siendo quien debería ser siempre.

— Quédate conmigo —pidió. — quédate conmigo Ann, porque cuando estas a mi lado no me duele nada.

— Me quedaré contigo. —me recosté en la camilla junto a él.




— ¿La despertamos? —escuche un susurro a lo lejos.

— Se ve cómoda ahí —dijo alguien más.

— Pero el la quiere ver —ahora pude reconocer la voz de Nolan.

— ¿Pueden cerrar la boca? —pedí con los ojos cerrados.

— Hermanita —habló Jackson,— Aiden despertó. Esta bien y quiere verte.

Me levante de golpe, parándome de la silla donde estaba sentada.

— ¿Aiden está bien? —pregunte.

— Está bien princesa, Aiden está estabilizado —sonrió Jemeriah.

Eso me hizo sonreír.

Mi hermano está bien y yo estoy bien con Travis.

Por fin la vida sonríe a mi favor.

— Voy a verlo.




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Wola, ¿como están? ¿Que les parece?

100 votos y subo la otra parte.

#Pregunta. ¿De que país son?

¿Yo? Orgullosamente Mexicana 🌮🍻🇲🇽

Adoptada por los Marshall.Where stories live. Discover now