Adoptada por los Marshall.

Capitulo 22: Resfriado.

Capitulo 22: Resfriado.

— Déjame ayudarte —le dije a Travis intentado ayudarlo a bajar del auto.

Pero, el es terco así que lo hizo por su cuenta.

— Si mamá se entera que estás haciendo esto, me matará —brame. El sonrió y con las muletas en ambos brazos se acercó a mi.

— Rojita, estoy bien —me dio un casto beso y camino hasta la entrada de la casa.

Y yo me quede ahí, con una boba sonrisa impregnada en mi cara.

— ¿Podrías abrir la puerta? —sonríe.

Reaccionó, asiento rápido y camino a la puerta.

Le dieron de alta hoy, después de casi 5 días, pero aún no puede llegar a la escuela. Aiden sigue en recuperación, los doctores quieren que cicatrice bien su herida y revisar si no hay secuelas o algo que lo afecte.

Estábamos solos, con Travis. En casa.

Mis hermanos, Jere y Benji y Samantha siguen con Aiden. Me alegra saber que no esta solo, que ahora yo tampoco estoy sola.

Los tengo a ellos, a Travis y ellos me tienen a mi.

— Mamá me dijo que te quedarás en la habitación de invitados —hable, es la única habitación que está en la plata baja.

— Estoy bien, puedo subir las escaleras —hablo, intentando subir. Lo impedí.

— Si quieres que me moleste contigo Travis, sube otro escalón —me di la vuelta y camine a la cocina.

Me molesta que sea así, un poco impulsivo y sin sentir los riesgos.

Me serví un vaso con agua y lo bebi.

— Rojita...

— Rojita nada, Travis estas mal. Debes descansar y no precipitarte a nada —le hable molesta.

— Lo haré. Por ti —se acerca a mi. — pero promete que estarás conmigo, ¿si?

Acercó su rostro al mío.

— ¿ALGUIEN? —gritó Henry. Me separé de Travis y salí de la cocina.

— Aquí.

— Mamá me pidió que te viniera a recoger, Aiden quiere estar contigo —habla Henry.

Travis salió de la cocina con un vaso con jugo y saludó a Henry.

— ¿Todo bien? —preguntó mirándonos extraño.

— Todo perfecto.

El asintió, mirándonos extrañado pero no dijo nada más.

— ¿Estarás bien solo? ¿Seguro? —pregunte.

— Estaré perfecto Ann, ve a ver a Ai —sonrió, asentí y salí con Henry a auto.

— Ya dime qué pasa —hablo cuando arranco el motor.

— ¿Que debería estar pasando?

— Estas rara. Travis también lo está y jamás había visto a Travis sonreír tanto desde...

Se quedó mudo.

— ¿Desde que? —pregunte.

— Olvídalo.

Me quede pensando.

¿Desde quien Travis no había sido tan Feliz?

A mi mente llego rápidamente la foto que vi en su laptop hace unas semanas.