Capítulo Tres.

7.4K 406 97
                                    

30 noviembre de 2013.

Yo y Vania estábamos en el baño, hablando. Algo horrible había pasado.

Bárbara Parker, animadora, popular, bonita y delgada, pero por lo que yo la reconocía, su pulsera morada en la mano izquierda, era una princesa Mia -abreviación de Bulimia- había sido descubierta por sus padres y llevada a una clínica. Ahora estudiaría en casa, y en cada comida estaría vigilada, pobrecilla.

–Que horrible, si mis padres me descubren estarían muy apenados. –Suspire.

–No pensemos en eso April, ella era Mia, no Ana como nosotras, a ellas es más fácil que las descubran.

–Sí, tienes razón, ¿Lo has intentado? –Dije refiriéndome a provocar el vómito.

–Claro que lo he hecho, cuando me paso aunque sea por una sola caloría, lo que me alimenta me destruye… –Dijo cepillándose el cabello.

–Si algo que no debía entro, sácalo por donde entro. –Dije leyendo desde mi teléfono.

–Bien dicho April.

Entonces escuchamos unos ruidos extraños desde uno de los baños. Conocía ese sonido, sin duda, eran arcadas.

Vania me lanzo una sonrisa maliciosa. Entonces de uno de los baños salió una chica algo rellenita, tenía no más de 14 años.

– ¿Qué?... –Nos miró. –Yo…yo no estaba haciendo nada.

–Tranquila querida, nosotras te entendemos…¿Cómo te llamas? –Vania se le acerco. Creo que ya sabía a donde quería llegar.

–Amelia. –Respondió la niña insegura.

–Dime Amelita… ¿Alguna vez tus papás te llamaron princesa? ¿O te tratan más bien como…Amelia la ballena? –Eso fue cruel, incluso para ser de parte de Vania.

Amelia la miro mal, guardo silencio y bajo la cabeza, Mal. Regla numero 1: Una princesa jamás baja la cabeza.

–Toma. –Vania saco una colonia de su bolso y comenzó a echarle un poco encima a Amelia. –Esto disimula el olor a vomito. Cuando quieras llámanos. –Vania me tomo del brazo hasta que salimos del baño.

– ¡No Vania! ¡No voy a dejar que sigas haciendo esto! –La agarre del brazo.

– ¿Y ahora porque? ¿Desde cuándo te parece mal lo que hacemos? –Frunció el ceño.

–No es que me parezca mal, pero es que ella todavía no está lista para esto. –Le respondí.

–Nosotras le enseñamos, eso forma parte de ser una princesa, April. Entrenar a las demás. –Subió el tono de voz.

–Sí Vania, pero no a todo el colegio. –Abrí mis manos explícitamente.

Rodo los ojos. –Tengo clase, adiós. –Me dejo sola.

 

4 de diciembre de 2013.

–Hola cariño. –Daniel me abrazo por detrás mientras yo estaba viendo frases de mis amigas las princesas. Escondí mi teléfono rápidamente. -¿Y eso? ¿Me estas ocultando algo? –Frunció el ceño. Pude haberme parado y darle una cachetada por lo hipócrita que era, se preocupaba de que yo escondía mi teléfono mientras él me engañaba y se acostaba casi todas las noches con otra que no era yo, solo porque yo no había querido entregarle mi virginidad.

–No, no es nada. –Sonreí falsamente.

Pueden pensar, vaya idiota April, sigues con un tipo que te está engañando, pues es verdad, no tengo las agallas para romper con él, además de ser una estúpida, que a pesar de todo, seguía amándolo. Vania me había dicho que si seguía bajando de peso, él dejaría de engañarme.

The Crown © (Anorexia)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant