: cuatro :

23.2K 1.6K 413
                                    


me sobresalté al escuchar el tono personalizado que le había colocado a Melissa, levantando con rapidez mi rostro de la almohada y tratando de contestar la llamada lo más rápido que pudiera, después de todo, mi madre y Albert se encontraban durmiendo.

cómo cualquier persona normal.

— ¡son las cuatro de la mañana, Melissa! – protesté, gritando en mi susurro mientras tallaba mis ojos, tratando de apartar aquel cansancio.

— ¡lo siento, lo siento! es importante. – suspiré, dispuesta a escucharla. – lo siento por haber interrumpido tu hibernación, Brianna.

— habla antes de que te cuelgue. – ella aclaró su garganta y yo esperé que comenzara a hablar con una mueca aburrida, sólo quería dormir.

— ¡Joaquín, Matías y Fabricio están aquí! – me cubrí la boca para evitar soltar un grito, tratando de regular mi respiración. me había emocionado. – si recuerdas quiénes son, ¿verdad? los chicos lindos que...

— ¡claro que sé quiénes son, Melissa! – la interrumpí, suspirando y tratando de tranquilizarme. — ¿y tú cómo te enteraste de eso?

— ¿te crees que por tener novio he dejado de acosarlos? no, mi amor. – rodé los ojos ante aquel tono que ella había usado. mordiendo mi labio. – se acuerdan de nosotras. – murmuró luego de unos segundos de silencio y ésta vez debí morder mi mano para no gritar, mamá me mataría.

— ¿cómo? ¿en serio? ¿no estás mintiendo, verdad? ay, santísimo dios.

— ¿¡cómo voy a mentir con eso, loca?! – gritó del otro lado mi mejor amiga, provocando que yo alejara un poco el móvil de mi oreja para no quedar sorda. luego escuché el grito de, probablemente su hermano mayor. – lo siento.

— no me importa, sólo dime que haremos. – ella probablemente estaba sonriendo en aquel momento, aclaró su garganta.

— los he invitado a que mañana, bueno, hoy... — rodé los ojos. – vayamos por unos batidos a la cafetería cerca del parque. – dijo mi mejor amiga.

— bien. nos vemos entonces. – ella también se despidió y colgué la llamada.

miré la hora en la pantalla de mi teléfono.

4:30.

¿tanto tiempo habíamos pasado hablando acerca de los trillizos?

seguro tendrán muchas dudas, así que déjenme explicarles.

mamá y Albert decidieron ir a Argentina cómo luna de miel, ¿por qué? no lo sé. y cómo yo era "demasiado" pequeña, me llevaron con ellos. digo "demasiado" porque tenía trece años, pero no importa, sigamos con la interesante historia.

cómo me aburriría sola, decidí invitar a Melissa, sus padres aceptaron así que estuvimos todo el verano ( de ellos, invierno aquí ), en Argentina. y conocimos tres chicos lindos.

sus nombres ya han sido anteriormente mencionados, pero volveré a decirlos; Joaquín, Matías y Fabricio.

mejor conocidos por nosotras cómo jota, eme ge y cejas.

lo más importante de todo esto, es que estos chicos ( que eran dos años mayores que nosotras ) descubrieron que nosotras los amábamos en secreto, decidiendo que era una buena idea hablarnos.

la cosa es que mi mejor amiga y yo nos hicimos casi las mejores amigas de los trillizos. creando "imaginas" entre nosotras y ellos, o entre ellos mismos.

si, si, demasiado.

lo más triste de todo, fue que la luna de miel de mi madre y mi padrastro terminó, haciendo que todo lo bonito también terminara y provocando que mi mejor amiga y yo entráramos en una mini-depresión por dejar de ver a esos "bombones", cómo la mayoría de las chicas argentinas que pasaban por nuestro lado los llamaban.

no voy a opinar nada acerca de eso.

:: :: ::

genial, no dormí nada.

los nervios y la ansiedad me pudieron, estuve lo que restó de la madrugada con los ojos bien abiertos, o navegando por internet e Instagram hasta que escuché la alarma de mi propio teléfono sonar.

¡las diez de la mañana!

me levanté de un salto y caminé a la ducha, bañándome con rapidez y saliendo para rebuscar en mi armario alguna cosa bonita para ponerme. hace mucho no les veía, y no pretendía conquistarlos, pero quería verme linda.

tomé una blusa blanca de mangas largas y una falda negra de tiro alto y corta hasta los muslos, pero no era lo suficiente como para incomodarme. me coloqué unas medias hasta las rodillas y mis converse negras.

me miré en el espejo por última vez, para luego voltear al escuchar mi teléfono sonar ante una notificación.

>> estoy fuera, sal querida~ << envió mi mejor amiga, a lo que reí levemente, tomando mi teléfono y un poco de dinero antes de bajar las escaleras con rapidez.

mamá simplemente me dio permiso, no quería que yo interrumpiera su sesión de intensos besos con Albert. repugnante.

salí con rapidez de la casa y corrí al auto de Melissa, que tenía sus gafas de sol rosas en la cabeza y sonreía emocionada.

— ¿lista, cariño? – dijo y reí levemente. – vamos allá. – arrancó el auto de nuevo, antes de conducir hasta la cafetería y estacionar cerca de allí.

a diferencia de Melissa, yo estaba bastante despreocupada. mi mejor amiga se miraba en la cámara frontal de su teléfono mientras acomodaba su cabello y ropas. rodé los ojos, dándole un leve golpe en la cabeza.

— deja de arreglarte tanto, me haces sentir rara. – dije y ella imitó mi acción de hace unos segundos, antes de guardar su teléfono en el bolsillo de sus jeans y doblar en la esquina, para finalmente llegar a la cafetería.

al entrar, se pudo sentir aquel clima acogedor que todos los lugares de ese tipo te daban, sonreí ante la sensación, y me dirigí a la caja para pedir una malteada de chocolate.

— allá están, allá están, allá están. – escuché que repetía Melissa en mi oreja, apretando mi brazo cómo si de uno de esos juguetes para el estrés se tratara, le di un golpe y ella me miró mal. pude escuchar risas y volteé hacia dónde ella estaba mirando unos segundos después.

sí, efectivamente. allí estaban. los trillizos siendo los mismos bombones de siempre. ellos estaban sonriendo, probablemente luego de haberse reído de nosotras.

luego de recibir mi malteada, nos acercamos a ellos.

— Joaquín, Matías, Fabricio. – dije, cruzando mis brazos y mirando a mi mejor amiga divertida.

— jota, mg y cejas. – habló ella y me devolvió la mirada. ellos guiñaron un ojo al mismo tiempo y casi me derrito allí mismo.

tomamos asiento a sus lados, obviamente nosotras estábamos juntas y pude notar un raro acercamiento entre "jota" y "cejas", por lo que me les quedaba mirando fijamente durante unos segundos cuándo veía cómo uno ponía su mano sobre la pierna del otro. ellos apartaban la mirada sonrojados y nerviosos.

detuve a mi mejor amiga, que estaba hablando con el trillizo que no estaba toqueteándose con su mejor amigo.

— ¿ustedes son pareja? – pregunté sin rodeos, mirando a ambos chicos que ya he nombrado. pude notar cómo su nuez de adán se movía, en señal de que estaban realmente nerviosos.

— nosotros...

— sí, lo son. – Matías los interrumpió, y yo lo miré alzando las cejas. - ¿qué? preguntaste. – me mostró la lengua y yo sonreí emocionada.

— nuestro shipp se ha hecho real. – dije y mi mejor amiga soltó un grito de victoria, llamando la atención de las demás personas que estaban allí.

reímos.

capítulo que sólo la chica que está inspirada en Melissa va a entender. y... ¡argentinxs repórtense! 

Hola, Bonnie.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang