: diecisiete :

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respiré profundamente, acercándome a Melissa y carraspeando. ella me miró y alzó las cejas, para luego volver a voltear hacia el interior de su casillero.

— recuerdo haberte dicho que no me hablaras hasta que pudieras admitir tus sentimientos. – habló mi mejor amiga y yo rodé los ojos, suspirando.

— lo admito. – ella alzó una ceja. – estoy enamorada.

— y ahora es la parte dónde lo arruinas y dices "de Ethan". – negué con la cabeza lentamente, sintiendo cómo mis mejillas comenzaban a tomar color.

— de Toby. – la corregí y pude ver que retuvo un chillido. solté una pequeña risa y eso fue lo necesario para que soltara aquel chillido, abrazándome.

— sabía que no eras una idiota, amiga. – me dijo y yo suspiré, soltando una pequeña risa ante aquello.

mi mejor amiga me tomó de los hombros, sonriendo ampliamente. pero luego su sonrisa se borró al ver algo detrás de mí a lo que intenté voltearme, pero me lo impidió.

— será mejor que no veas, Bonnie. – dijo entre pequeñas risitas y yo alcé una ceja, zafándome de ella para poder voltear.

¿para qué lo hice? en serio, soy una estúpida.

el plástico estaba sonriéndole a Toby, mientras caminaba por los pasillos cómo si ella fuera la reina de estos, con sus tacones altos y mini-faldas.

— ¡m-mira el lado bueno! – habló mi mejor amiga, cuándo volví a voltearme hacia ella. – eres mucho mejor que ella, para empezar, no tienes olor a puta.

rodé los ojos divertida, antes de sentir cómo Melissa me rodeaba los hombros con su brazo y ambas caminábamos hacia la clase de historia.

me senté en mi pupitre habitual y ella a mi lado, claramente con el pequeño pasillo de por medio. comenzamos a hablar hasta que la profesora entró. me extrañó que Toby no estuviera en la clase.

— ¡l-lo siento! – escuché la voz de Toby y miré hacia la puerta del salón, tenía todo el cabello alborotado. Madison entró detrás de él, sonriendo de manera arrogante. Toby la miró frunciendo el ceño y luego me miró a mí.

— oh-oh. – escuché a Melissa, note que tenia una marca de labios en su cuello y alcé una de mis cejas. para luego mirar a Madison, genial, había sido ella.

cuándo la profesora terminó de regañarlo, él de inmediato se acercó al pupitre que estaba delante de mí. pero yo pretendía no prestarle atención y mirar atentamente mi libro de historia, a pesar de que no estaba prestando atención en la clase.

— Bonnie, déjame explicarte yo-...

— no tienes que explicarme nada, Toby. – le respondí, alzando la vista y sintiendo un dolor en mi pecho por lo que iría a decir. – no somos nada. – hablé algo cortando, apretando los labios. – puedes regalarte a cualquier plástico con mini-faldas que veas, de todas maneras no somos nada.

suspiré y volví mi vista hacia el cuaderno. siendo demasiado tarde cuándo me di cuenta que lo que había hecho parecía ser de una chica súper-mega-hiper- tremendamente celosa.

aplausos para Bonnie Brianna Brown, por favor.

:: :: ::

el timbre que finalizaba las clases de la mañana fue cómo un milagro para mí, por lo que no me molesté en reprimir mi grito de gloria, provocando que varios alumnos me miraran cómo si estuviera mal del cerebro. pero no me importaba. quería demostrarle a la profesora de biología que su clase era la más aburrida de todas.

— tengo hambre. vamos a comprar algo. – habló Melissa, tomándome del brazo y arrastrándome hacia la cafetería una vez yo terminé de guardar mis cosas.

a diferencia de otras escuelas, la comida de la nuestra era bastante deliciosa. no digo que fuera un manjar, pero la pasaba.

y lo más importante, ¡vendían malteadas y dulces! sin duda, la mejor parte de todo.

luego de que ambas pidiéramos nuestras hamburguesas con refrescos y luego una malteada de chocolate, nos dirigimos a una de las mesas vacías, comenzando a charlar tranquilamente mientras comíamos.

todas las miradas de las personas en la cafetería voltearon hacia la puerta. y un olor a silicona inundó mis fosas nasales.

oh, hola Madison.

ella fue a buscar su bandeja y luego comenzó a caminar hacia una de las mesas, bajo la atenta mirada de casi todos los que estaban en la cafetería. incluyéndome.

pasó por mi lado, sonriendo de aquella manera tan arrogante.

y antes de que pudiera reaccionar, me había lanzado la pasta con salsa que llevaba en su bandeja en mi blusa. solté un chillido y traté de limpiarla, pero era completamente inútil. además, estaba usando una blusa blanca.

— aún no he terminado, Bonnie. – habló, y luego sentí un líquido frío en mi espalda. me había lanzado su malteada de fresa. solté un quejido, sintiendo cómo el enojo crecía en mí.

— ¿por qué no la dejas en paz? – escuché la voz de Ethan, para luego verlo frente a mí. Madison simplemente le ignoró. – ven, te ayudaré a limpiarte. – me dijo y yo asentí con la cabeza, levantándome y sintiendo mi espalda toda pegajosa.

antes de que pudiéramos salir de la cafetería, Toby se puso delante de la puerta y me miró.

— yo te llevaré, Bonnie. – me sonrió, cómo si aquello fuera a calmarme. y luego noté que tenía otra marca en su cuello.

— no. – respondí, negando con la cabeza. – sólo déjame, no quiero estar contigo. hueles a silicona. – respondí y él alzó las cejas. – ya sabes de lo que hablo.

— pero, Bonnie, ¿no pensarás en irte con este idiota, verdad? – miró con algo de desagrado a Ethan. yo también miré al chico a mi lado, tomándole la mano y haciendo que Toby apretara lo dientes.

— pues mira, este idiota si me defendió. – hablé, mientras subía mi mirada hacia el rostro de Ethan, quién me sonreía ampliamente. – si me disculpas. – terminé por pasar por su lado, aún sosteniendo la mano de Ethan.

al estar en el pasillo, solté todo el aire que había retenido.

no es fácil enfrentar de esa manera al chico del que estás enamorada. y menos si es un idiota que anda dejando que lo marquen. estúpido Toby.



Hola, Bonnie.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant