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Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento. ¿Lo siente? ¿Qué siente?

...

¿Qué está pasando?

Los ojos de la Perla se dilataron a más no poder, temblando, y viendo a la de la gema morada.

Ambas se quedaron en silencio. ¿No sirvió para nada? Todo mi... esfuerzo en decirle todo lo que sentía por ella.

—Me asusta... pensar que podríamos ser algo más. –rompió la morada pequeña. – ¿Qué dirán de nosotras?

—Espera, aún no me has dicho que sientes tú por mí. –dijo Pearl, estaba sintiendo la sangre correr.

Amethyst desvió la mirada, sonrojada.

—Se podría decir que... siento lo mismo por ti. –lo decía como si estuviera mascando un chicle. Como si en realidad no quisiera hacérselo saber.

Pearl comenzó a sollozar. Se tapó sus delgados labios y sonrió. Amethyst la observó sonriendo.

—Amethyst...

Pearl se abalanzó contra ella en su asiento, y se abrazaron fuertemente. Pearl mientras buscaba su mirada le sonría de oreja a oreja. Y Amethyst no podía evitar sonrojarse.

—Enserio no sé qué haría con una gema tan higiénica como tú en mi vida. –la miró. No trataba de ser burlona.

Las mejillas de la otra se tornaban celestinos, por lo que había dicho. —Boba.

Estuvieron abrazadas, no se despegaban una de la otra. Pearl no pesaba por lo tanto Amethyst pensaba en pasar el resto de su vida así. No podía pero se lo imaginaba.

El móvil de Pearl comenzó a vibrar, y mató el momento. Pearl refunfuñaba por dentro, ¿Quién se atrevería a llamarla? Ush.

Desbloqueó el móvil y la llamada entrante era de: Sadie.

Amethyst se reincorporó y "tosió". Pearl la vió y se sonrojó de nuevo, ya no sabía ni cómo verla.

—Disculpa. –se reincorporó Pearl y contestó la llamada. Amethyst seguía sentada, observándola.

Pearl se alejó. Y al micrófono del móvil, se apegó.

— Sadie, ¡Por qué justo llamas ahora!

— ¿Eh? ¿¡Eh!? ¿Arruiné el momento? Lo siento, lo siento, lo siento.

—Ya no importa, pero ay, me le confesé, se me confesó, estoy muy contenta, no sabes cuánto.

—Me alegro por ti, Pearl. —Sadie rió. — Mañana te veo, ya sabes lo que sigue.

—Sí, sí. Estoy nerviosa. Yo... tengo que hablarlo con Amethyst, también.

—Todo saldrá bien. Suerte, Pearl.

Pearl colgó y fue dónde Amethyst.

Jamás había estado tan enamorada.

Don't Rose It (PearlxAmethyst)Where stories live. Discover now