Plan para la propuesta

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Yuuri despertó cerca de las once de la mañana

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Yuuri despertó cerca de las once de la mañana. A decir verdad, sentía que no había descansado en lo absoluto. Perezosamente, se sentó en la cama, lo cual hizo que sintiera una pequeña punzada en sus caderas, y relajó sus músculos.

Con cuidado, estiró la mano en busca de sus lentes, los cuales habían quedado en la veladora junto a la cama. Tras ponérselos, giró el rostro en búsqueda de su marido, sin embargo, Viktor no se encontraba allí. Curioso, fue a ducharse rápidamente para luego vestirse, peinarse y bajar.

Al llegar a la cocina, Yuuri se encontró con su esposo, Yurio, Otabek, Chris, Seung-Gil, Phichit y Guang Hong desayunando.

El suizo fue el primero en notar su presencia y, disimuladamente, les hizo señas a todos para que fueran conscientes de que el pelinegro había bajado.

Sin notar aquel detalle, Yuuri caminó hacia la mesa en donde se encontraban todos reunidos para saludar.

—Buenos días, chicos.

—Buenos días. —El saludo fue respondido de forma unánime.

Sonriendo, se acercó hasta Viktor para inclinarse y darle un corto besito en los labios.

—Buenos días, amor.

—Buenos días, bebé ―respondió devolviéndole la sonrisa.

Tras eso, el pelinegro se dirigió hacia cada uno de los niños para poder besarlos en sus frentes.

—Buenos días, mis pequeños.

—Buenos días, papi. —Yuuri se preguntaba si habían ensayado el cómo responder, debido a que estaban contestando todos al mismo tiempo.

Dejando de lado aquella idea, el japonés se sentó en la silla vacía que estaba al lado de Viktor. Chris se puso de pie y le acercó el plato que ya tenía preparado con tocino, huevos y pan tostado junto a un vaso con jugo y un tazón con café.

—Muchas gracias, Chris. Se ve y huele delicioso.

El suizo no pudo evitar sentirse satisfecho ante el halago a su comida. Tampoco pudo dejar de lado las bromas, otra vez.

—De nada. Aunque si hubiera sido salchicha con huevos en vez de tocino...

El líder chino jaló con fuerza a Chris, haciendo que este cayera sentado en la silla y no pudiera terminar la frase.

Por suerte para todos, Yuuri solo miró al suizo con la confusión reflejada en su rostro; el pelinegro era demasiado inocente a veces.

Viktor estiró la pierna por debajo de la mesa, dándole a la canilla de Chris. Este tuvo que contener las groserías que quería decir debido a aquella acción, después de todo, sabía que se las merecía.

—¿A qué te refieres, Chris? No entendí. —Yuuri dejó ver con aquella pregunta que su inocencia era algo peligrosa a veces.

Sin dudarlo, el ruso respondió aquello antes de que su amigo se le ocurriera decir algo peor.

Death's Diary (Victuuri) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora