RECLUTA A8: LA GUERRERA ─── the maze runner [EDITANDO]

━Capítulo quince

❝𝐏𝐄𝐑𝐃𝐎́𝐍𝐀𝐌𝐄, 𝐘𝐎 𝐓𝐔𝐕𝐄 𝐋𝐀 𝐂𝐔𝐋𝐏𝐀, 𝐏𝐎𝐑 𝐅𝐀𝐕𝐎𝐑 𝐏𝐄𝐑𝐃𝐎́𝐍𝐀𝐌𝐄❞

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( ✦ ༄ . °✰ capitulo 15 ° . ༄ )

── una pérdida ──

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LO ÚNICO QUE SE PODÍA OBSERVAR EN LOS ALREDEDORES DEL ÁREA, era desastre y escombro. Era justo como Gally decía, todos esos años de trabajo y unión, quedaron reducidos en cenizas y muertes de personas que no estaban listos para perder. El área y gran familia que habitaba ahí, había quedado destrozada.

Después de que Thomas se insertara la aguja del penitente, Newt y Minho se encargaron de llevarlo al pozo, en donde fue atendido por Jeff. Poco después, Teresa fue encerrada en otra celda, por órdenes de Gally. Ya que no quería tener a la chica deambulando por el área después de todo lo que había pasado.

Los habitantes tardaron unas horas en organizarse para poder limpiar lo que quedaba del área, pero al final el que tomo el puesto de líder fue Gally, quien se estaba encargando de manejar a su antojo las mentes de todos sus compañeros, inculcándoles la idea de que todo esto era culpa de Thomas y Teresa.

Durante gran parte de ese tiempo, Zoe le había pasado en el mirador, el lugar había quedado de pie y eso ella lo agradecía, ahí podía estar completamente sola, desahogándose de todo lo que tenía en su mente y corazón.

Zoe no podía ni siquiera mirar a sus amigos a la cara, el miedo la estaba comiendo por dentro y la culpa no la dejaba tranquila. Había discutido con Teresa minutos antes de que fuera encerrada, no soportaba el pensar que ellas dos habían tenido la culpa de que tantas personas inocentes murieran.

Estaba aterrada, no podía quitarse de la cabeza la expresión de Alby antes de que el penitente se lo llevara, mucho menos el sonido de todos sus amigos pidiendo ayuda. No lo soportaba, y cada vez que intentaba apartar esos pensamientos, estos regresaban y la hacían caer nuevamente.

—¡Zoe! —el grito de Chuck provoco que la castaña rápidamente se limpiara sus lágrimas y retomara una postura neutral.

El niño llego hasta donde ella estaba, y rápidamente frunció su ceño al notar como los ojos de su amiga, a pesar de la oscuridad, podían verse rojizos y apagados.