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Capítulo 67: Concepción

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-Intenté hablar con tu madre.  Me aseguró que no iba a molestarte más con el tema de concebir o no.  Entonces te envío un regalo que según ella tenia para ti.  No la dejé hablar demasiado, sabes que no tolero su presencia...

-Perdona, abuela.  No te estaba escuchando. 

-Llevas así tres días.  El día de Navidad supuse que era porque tenías una resaca descomunal pero ya es día veintiocho y continúas así...

Niall se frotó los ojos.

-Estoy muy cansado.  Y preocupado. 

-¿Preocupado?

-Estos días... no sé muy bien qué ocurrió en casa de Harry.  Quemamos por rabia todo lo que envió mi madre y de repente todo el ambiente era como un perfume que invitaba al erotismo...

-Dios bendiga a quien engañó a tu madre vendiéndole eso porque esa mujer no sabe lo que es un buen polvo ni aunque se lo expliquen con un gráfico.

-¡Abuela!  Bueno... fue increíble.  Y para los condes también, al día siguiente ni nos mirábamos a la cara.  Aunque la resaca sí fue horrible.  También habíamos bebido y eso no ayudó... pero es como si siguiese con resaca pero sin estarlo.

-A lo mejor es agotamiento. Han sido unos meses difíciles.

-No.  El malestar se me pasa en cuanto Liam entra al dormitorio.  Después de meses.  Pero hoy me encuentro incluso peor y ya empiezo a pensar si eso era medio venenoso o no se...

-Eres un exagerado.

-Hoy tuve un pequeño sangrado.  Fuera del celo.  ¿Eso es normal?

-Niall, no es extraño,  incluso durante el embarazo.  No te agobies por eso.

-No se.  Fue extraño ver la sangre a deshora, aunque no era mucha.

-Deberías ir a ver a Harry, pasear y no pensar en esas cosas.

-Prefiero dormir.  Sigo cansado.

Jason estaba acostado como siempre junto a Louis.  Hope estaba ahuecada en su pecho.  Elegía siempre ese sitio si Louis no la tenía porque podía escuchar los latidos del corazón de Jason. 

María entró en el cuarto.  Llevaba instalada en la casa desde el día del nacimiento de Hope.

-Ha llegado una carta de tus abuelos.  Reunión familiar urgente.  Me piden que asista yo también.

-No quiero dejar solo a Louis.

Louis gruñó en sueños.  Ese día tenía un poco de fiebre aunque según María era normal.  Las gasas salían bastante limpias pero los puntos estaban inflamados. 

-Es muy urgente.  Tú abuelo ha convocado a toda la familia de Nueva York. 

-Iré cuando venga William.  No voy a dejar solo a mi marido. 

María asintió.

Fue al cuarto que le habían asignado.

Era una reunión familiar urgente convocada por el alfa familiar y hacia todos los miembros de la familia residentes.

Y quería que Cathleen la viese fuerte y radiante.

No como alguien que se dormía llorando por la ausencia de su alfa, que estaba pálida y cansada.

Volvió al cuarto de Jason.

-¿Puedes dejarme dinero?  Lo necesito...

-Buenos días.  No has ido a esgrima ni a cabalgar -Zayn abrazó a Harry por detrás.

-Me siento mal desde Nochebuena.

-¿Mal? ¿En qué sentido?

Harry dejó de ordenar los juguetes de Charlotte.

-Mal como en septiembre del año pasado. 

-Háblame más claro.

-Sólo han pasado tres dias.  Es obvio que tengo un lío en mi cabeza.  Es imposible.  Y ya.  Este maldito conejo no recuerdo donde iba...

Zayn le quitó el peluche.

-¿Con síntomas de haber concebido?

Harry bajo los ojos.  Luego levantó la cabeza y asintió.