Fuga. ¿Por fin en casa?

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Después de una revitalizante ducha Zac salió y envolvió una toalla alrededor de la cintura, se miró al espejo, a pesar de estar aseado no tenía buen aspecto. Había evidentes ojeras y además se notaba una pérdida de peso debido a la falta de cuidados.

Salió del baño a la habitación, había creído que tendría frío pero estaba bastante cálido, después se vistió con la ropa limpia a los pies de la cama. Era una camiseta blanca de manga larga y chándal color gris claro, además le habían dejado en los cajones del armario, ropa interior limpia y calcetines, sin olvidar que había un zapatero con deportivos negros, unos zapatos formales, unas converse negras y zapatillas azules.

Zac tiro los zapatos que había estado usando y los se puso calcetines nuevos, junto con las zapatillas, así estaría mucho más cómodo. Era mejor que esa diminuta y mugrienta celda en la que lo habían tenido encadenado aquel largo mes.

La cama era blanda pero bastante cómoda y se dormiría mejor. Además sus fuerzas estaban casi al completo de nuevo y se sentía mejor, sin embargo seguía preocupado por Ronin. Ella estaba en un mundo ficticio bastante hostil y sobre todo porque ninguno de los dos encajaba.

Ahora que estaba más arreglado y de mejor humor se acercó a la estantería, la examinó bien, ya que tenía que matar el tiempo de alguna manera. No había muchos libros pero no le llamaron la atención hasta que se fijo en el primero de tres que estaban separados del resto, dicho libro ponía: "Divergente", después estaba: "Insurgente" y por último "Leal". Recordaba que Ronin le había hablado vagamente de los libros y que allí estaban, además de ser sus favoritos, era una trilogía que iba tal cual los tenían ordenados.

Saco el primero de los tres y vio que si era el libro que Ronin le había enseñando cuando despertaron en aquel extraño lugar. Ahora que poco podía hacer, lo leería, así quizás entendería muchas cosas y pudiera encajar otras que había visto.

Con el libro en las manos, se metió en la cama para estar más calentito, así se le entraba el sueño solo tenía que dejar el libro en la mesita y listo.

Fue pasando las páginas y por muy raro que pareciera sentía como si estuviera dentro, ahora entendía el porque era lo de las facciones pero no le gustaba eso de La facción antes que la sangre, lo de que si decidías abandonar tu facción de nacimiento en la ceremonia de elección tuvieran que cortar lazos con su familia era un punto negativo. Al final del libro entendía mejor como era Cuatro y que en realidad ese no era su nombre, que él había elegido trasladarse por su padre, sin embargo ese no era el final, sólo el inicio de todo. Quería ver que era era pero no tenía ningún reloj en donde mirarla, por ese día dormiría como era debido y descansaría en condiciones.

-Zachary, Zachary-

-¿Qué pasa?-dijo Zac medio adormilado

-Tenemos cosas que hacer. El desayuno esta en la mesita-dijo Mira 

Zac se frotó los ojos y vio mejor a Mira, era alta, pelirroja, esbelta con buenas curvas, desde luego era una mujer atractiva pero al joven solo le interesaba Ronin

-Estare fuera-dijo Mira

-De acuerdo-asintió Zac

En cuanto Mira salió, Zac se levantó de un salto, se dio una ducha rápida, tomó el desayuno que le habían preparado y se vistió, después salió fuera. Se fijo en que estaban en una gran edificio, debían estar en un laboratorio, ubicado en algún lugar de difícil acceso para que no lo encontrasen por error. Mira esta vez no llevaba la bata, sino que tenía puestos vaqueros azules, camiseta de una sola manga de manga corta y converse negras con el pelo recogido en una coleta alta.

-¿Qué tal la noche?-preguntó Mira

-Bien, normal-respondió Zac

-Imagino que te preguntarás a que se debe este cambio-dijo Mira

-Pues si la verdad-dijo Zac

-Recién llegué de Londres hace unos días, yo soy la directora del proyecto XPDO-218-dijo Mira

-¿Proyecto XPDO-218?-repitió Zac

-Si, lo que tratamos es de tratar de recrear mundos ficticios y hacer que las personas pueden entrar en esos mundos, que puedan interactuar con sus gentes. Pero por ahora solo es un experimento, no tenemos datos reales y...- explicó Mira

-Por eso nos escogisteis a mi a Ronin, para ver si eso era posible. Si podía hacerse-expuso Zac

-Así es, eres un chico inteligente-

-Puede-

-Si, también hay que otras cosas que no son de tu incumbencia pero en definitiva si-

-¿Por qué me desperté si estaba dentro? ¿por qué ahora no podéis meterme?-preguntó Zac

-Eso todavía no lo sabemos, todavía estamos analizando los datos obtenidos en el tiempo que estuviste dentro pero...-respondió Mira

Ese era el asunto al que quería llegar, el ¿por que ahora lo iban a tratar bien? ¿qué iba a cambiar eso?

-Por lo poco que vimos una de las posibles causas de que no te hace efecto el suero es la forma en la que te tratamos-dijo Mira

Zac no sabía que responder a eso, tampoco sabía a donde iban o que era lo que iban a hacer. Observó todo buscando vías de escape y los sitios que debía o no evitar.

Recorrieron las instalaciones donde quisiera que se encontrasen hasta llegar a donde tenían a Ronin y donde Zac había despertado.

Mira le pidió que se sentase en la camilla que estaba al lado de la de Ronin y obedeció, por ahora era mejor no negarse a nada porque la podían usar en su contra. 

-Relajate Zachary. Esto no va a dolerte, pronto estarás con Ronin de nuevo-dijo Mira

-¿Qué va a pasar ahora?-preguntó Zac mientras le ponían una vía en el brazo

-Poco a poco te dormiras y al despertar estarás de nuevo en el mundo de Divergente-respondió Mira

Zac sentía como el sueño se estaba apoderando de él y Mira se fue, después poso su mirada en Ronin, así parecía en aquella camilla un ángel dormido.

Entonces el chico se saco la vía del brazo y desconecto a Ronin de las máquinas que la vigilan, luego la cargó en brazos para correr con ella en busca de la salida. No pensaba quedarse allí más tiempo, ya había aguantado suficiente, además no estaba dispuesto a que lo utilizasen como si fuera un juguete.

Después de lo que le parecieron horas consiguió salir de los laboratorios, no sabía donde estaba ni a donde ir pero debía correr lo más lejos posible de esas personas.

Camino sin rumbo hasta que sintió como le disparaban a lo lejos en la pierna y cayó al suelo, como pudo se levantó, porque no dejaría que volvieran a cogerles pero al segundo un coche lo atropelló, Zac protegía a Ronin con su cuerpo. El hombre salió del coche y llevó a ambos jóvenes a una pequeña clínica en un pueblito de muy pocos habitantes.

Dentro de Divergente® (Zac Efron y Nina Dobrev)Where stories live. Discover now