Empezando la batalla

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Todos esperaban en la sede de osadía mientras pensaban en lo que pasaría ahora, después de la retransmisión del mensaje. De lo que si estaban más que seguros era de que Jeanine tomaría medidas para acabar con la amenaza divergente y con este nuevo ataque al sistema de facciones que ella tanto amaba debía hacer algo, lo que no sabían era que haría.

Pero estaba claro que usaría el poder que estaba consiguiendo, porque por lo visto no pensaba detenerse por nada del mundo y era claro que no tenía ningún tipo de escrúpulos para lograr que se proponía.

-Así que vienes de...-empezó a decir Caleb

-Pues si-respondió Valentina pero antes de que Caleb le preguntara una ola de murmullos invadió el pozo

Todos se giraron a ver y les encantó el que una multitud de divergentes se acercaban a ellos, eran de varios colores pero sobre predominaba el gris de Abnegación y el negro de Osadía. Curiosamente le seguía Erudición y había una minoría de Verdad y Cordialidad, sin embargo estaban los suficientes para acabar con IGen.

En lo que todos se detuvieron, Valentina se situó frente a ellos. Mientras que Tris, Tobías y Caleb, se encargaban de buscar los sueros y el asiento para que nada más tuvieran que sentarse uno por uno y se les inyectaran a cada uno de ellos.

-Me alegra que hayan venido-dijo Valentina-Ahora, les explicaré el plan. Se sentarán para que se les inyecte el suero que los transportará a una ciudad llamada Bahía Ángel, donde los esperan Zac y Ronnin. Ellos les explicarán cómo nos infiltraremos en el laboratorio y acabaremos con IGen-

-Eso sin duda no va a pasar-habló una voz conocida

La multitud de divergentes se abrió paso para encontrarse con Jeanine Matthews, junto a ella, se encontraban varios eruditos y los traidores de Osadía.

-Disculpa, Jeanine, sé que eres la líder de Erudición pero no eres quien para privarles el derecho a todos los que están aquí de decidir su destino- 

-Ellos nos metieron aquí por una razón y así debe ser. Aquí podemos preservar la paz con las facciones y si no les gusta, pues entonces tendrán que aceptarlo-

Los traidores de Osadia alzaron sus armas, apuntando hacia los divergentes. Tris, Cuatro, Valentina y los osados divergentes sacaron sus armas y la sala entera estalló en disparos.

Ambos bandos disparaban con tal frenesí que de ambos lados caían hasta que Tris disparó una bala que impactó contra el cuello de Jeanine, quien cayó y murió al instante.

Mientras que sus seguidores levantaron las manos en señal de rendición. Valentina empezó a guiar uno por uno a cada Divergente dispuesto a ir a Bahía Ángel. Los conducía hacia el asiento con el suero, donde se encontraban Tris, Tobías y Caleb.

Una vez que todos estaban listos, Valentina cruzó el paisaje del miedo, solo quedaban Tris y Cuatro. Por otro lado, Caleb no podía ir debido a que no era Divergente. Por ello, se quedaría a notificar a Tris y los demás de cualquier actividad inusual y cualquier otro suceso.

Tris se sentía un poco mal dejarlo ahí solo, después de todo, sus padres habían muerto y sólo quedaban ellos. Sin embargo, sabía que valdría la pena la separación, puesto que era por el bien de ellos y de su gente.

-Te amo, Caleb-dijo Tris abrazando a su hermano

-Yo también te amo, Beatrice-respondió abrazándola

En lo que se separaron, ella se acercó a Tobías y lo besó. Era un beso tierno que en señal de que no podían esperar para acabar con la intriga de aquel nuevo mundo. Pero que seguirían juntos a pesar de todo.

-¿Lista?-le preguntó Caleb alzando el suero en lo que se separó de Tobías, lla sonrió y se sentó.

-Lista-

Estaba lista claro que lo estaba y más porque se trataba de proteger su mundo y lo que amaba.

Ronin esperaba junto con Zac a que Valentina, Tris y Cuatro llegasen con los divergentes para así enfrentarse a IGen y rescatar a aquellos que estuvieran bajo su yugo.

-Zac-

-Si amor, ¿qué pasa?-

-¿Crees que podremos con IGen?-

-Por supuesto que si, no estamos sólos-

Zac le cogió la mano para tranquilizarla y le sonrió, Ronnin también le sonrió, se amaban y pasarían por esto juntos. Después ella lo abrazó, sabían que lo que estaba por venir iba a ser peligroso pero no estaban solos.

-¿Sabes, Zac? Antes simplemente habría dejado que todo pasara así sin más porque sencillamente no me importaba nada. Pero ahora que te tengo a ti, tengo un motivo para luchar-

Zac sonrió y la besó, la amaba con locura y por esa locura estaba dispuesto a luchar contra quien fuera. Por el precio que fuera. Con tal de que ella estuviera a su lado.

-Te amo, Ronnin. Créeme que tu amor me da razones para vivir y me hace querer luchar por ti-

Se besaron con todo el amor del mundo, para Zac no existían las horas. Era como si el tiempo se hubiera detenido, al igual que su corazón. En lo que se separaron, se encontraron con la grata sorpresa de que todos estaban allí, incluidos Tris, Tobías y Valentina. Lo que significaba que ya era hora. Ya no hay vuelta atrás.

Dentro de Divergente® (Zac Efron y Nina Dobrev)Where stories live. Discover now