Capítulo 79

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Los días transcurrieron con normalidad y calma. No volvieron a tocar el tema de ellas ni del futuro. Pero todos sabían que en cualquier momento podrían conversar tranquilamente y les darían la sorpresa. Por ahora todos estaban concentrados en las terapias de las chicas y en sus recuperaciones.

Lena fue a la primera que dieron de alta, sin embargo debía seguir dos meses más con el cabestrillo. Kara , debía seguir unas semanas más internada.

Tres meses después la rubia volvía a su casa por su propio pie y era recibida por una alegre Lori, que había salido corriendo al encuentro de su rubia madre.

- Mamiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiita!!!!!

- Mi amor! Ya estoy aquí, como te lo prometí -arrodillándose para abrazar a su hija, pues aun no podía cargarla.

- Si mamita -abrazando fuertemente a su madre. Solo había podido verla por tiempos limitados mientras se recuperaba.

- Ahora ya estoy bien, estoy mejorando y nada nos podrá separar más.

- Señora Kara, me alegro de verla tan recuperada.

- Gracias Niko, muchas gracias a ti por cuidar a mi pequeña, se que movilizaste todo aquel día.

- Solo...hice mi trabajo.

- Pero lo hiciste muy bien, chico -dijo Jeremayah, quien ya estaba al lado de Kara.

- Así es -confirmaba Eliza.

- Muchas gracias -apenado.

Y todos ingresaron a la casa de los Danvers, donde Kara por fin respiraba aroma a hogar, después de tanto tiempo.

Aquella noche, después que Kara acostó a Lori, oyó como un vehículo ingresaba a su casa y se estacionaba en la puerta. Se asomó a su ventana sintiendo un poderoso deja vù acerca de ese momento. Al ver quien era entendió. Sonriendo, se sujetó más la bata y bajó lentamente al recibidor.

- Por favor, espere en la biblioteca señora Lena. Ahora llamaré a la señora Kara.

- No es necesario, Olivia. Puedes retirarte a descansar. Yo atenderé a Lena.

- Necesita algo más, señora Kara?

- No te preocupes, yo me encargaré. Hola Lena -sonriendo.

- Hola Kara -también sonriendo.

Una vez estuvieron instaladas en la privacidad de la biblioteca de la casa de Lena, iniciaron su charla.

- Por la tarde, llamé a tu madre y me dijo que tal como lo había afirmado Katy, hoy te darían de alta.

- Si, mis padres fueron a recogerme y todo salió bien.

- Te sientes mejor?

- Si, desde hace una semana ya puedo caminar lo suficiente. Ya no me agito con mover un dedo -riéndose.

- Me alegro mucho.

De pronto se quedaron calladas, mirando el crepitar de las llamas en la chimenea.

Unos minutos después fue Kara quien rompió el silencio.

- Imagino que has estado algo ocupada -dándole entrada al tema que había estado carcomiendo sus pensamientos: Lena había dejado de ir a verla durante los dos meses finales de convalecencia.

- Sí, eso también.

- Len...

- Lo siento, Kara. No tengo ninguna excusa.

Kara sintió encogerse su corazón. Acaso había sido demasiado tarde y lo dicho en su recuperación solo había sido para no alterarla?

Volvía a sentir la misma inseguridad de años anteriores. No podía, no podía volver a caer así. Había luchado tanto por superar aquello. Y aunque estaba segura de amar a Lena, las cosas ya no serian las mismas. Ambas habían madurado y debían seguir así.

- No tienes porque sentirte comprometida de ninguna forma por lo que pasó -poniéndose de pie y acercándose a la ventana.

La fría nieve moscovita caía en las afueras.

Continuó.

- Sé que quizás en la clínica te sentiste algo comprometida o quizás que me debías algo por...

- No digas eso. Yo...

- Solo quiero que sepas que no debes sentirte así. Lo hice porque así lo creí correcto. Porque así me lo dictó mi corazón -sonriendo tristemente al pensar que quizás si había perdido definitivamente la posibilidad de ser feliz al lado de la mujer que siempre había amado.

- Kara...

- Ve tranquila Len -volviéndose a verla-. Todo está bien.

- En serio? -acercándose y mirándola fijamente.

- Claro -sonriendo delicadamente.

- Entonces porque mientras tu boca sonríe, tus ojos se cristalizan y estás temblando? -acariciando las blancas mejillas de la rubia.

- Por favor, no me hagas esto -cerrando sus ojos con fuerza.

- Tenía miedo -y abrazó a su amor con todas sus fuerzas.

- ... -aquello dejó sin palabras a Kara.

Miedo.

- Pensé que quizás...hay algo...lo siento, como te dije no tengo excusa. Solo tuve miedo de ahogarte, presionarte, no lo sé. Quería que tuvieras un tiempo libre y pensaras las cosas detenidamente.

- No hay nada que pensar -rodeando la cintura de la pelinegra con sus brazos mientras descansaba el rostro en su hombro.

- Creo que ahora ya no estamos en edad de hacer las cosas sin pensarlas. Ahora tenemos que pensar mucho.

- Quizás como haremos las cosas sí, pero yo no tengo más dudas.

- Estás segura?

- Más que nunca -besando el hombro de su amada.

- Será para toda vida, esta vez no te dejaré ir, Kara. Aunque me lo ruegues.

- Así lo espero.

- Te amo Kara, nunca dejé de hacerlo.

- Y yo a ti mi Len, y yo a ti.

El beso llegó provisto de dulce pasión. Uno como el que inició todo hacia ya tantos años. Pero esta vez con la seguridad que los sentimientos y las decisiones eran mutuas.

El amor no solo es sentimiento juvenil. Quizás así nazca en nuestros días de juventud, porque no puedes decidir a quién amar, pero si puedes decidir hacer las cosas bien. No por impulsos locos, sino pensando en el bien del otro. Por eso más que un sentimiento, es una decisión. La decisión de luchar por aquello que crees te hará feliz y si un día te hizo feliz, es porque lo amaste y quizás...tan solo quizás se encuentra cubierto de cotidianidad. Límpialo, lústralo y cuídalo a diario. Verás como vuelve a brillar como cuando empezaste a sentirlo. No se aprende a valorar algo por lo que no se ha luchado.

Vamos encontrando respuestas...poco a poco. Tiempo al tiempo. Aunque a esto ya le falte poco...


***
Y este es mi regalo de navidad para ustedes, bueno este y un capítulo más, para no dejarlas con la intriga, gracias por sus hermosos deseos son l@s mejores, les deseo lo mejor queridas y hermosas lectoras. BESOS nos estamos leyendo.

DESTINO (Supercorp) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora