다섯

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5 meses.

—¡Seungwoo, por favor!—gritó Yoongi, quejándose por la presencia desafortunada de su pequeño primo. El castaño le miraba molesto desde su lugar, con sus brazos cruzados y sin apartarse de la gran puerta de su habitación. 

—¡Hyung prometió ir a ver las luces conmigo! —dijo con un tono de voz más infantil de lo usual. El pelinegro mordió su labio, buscando alguna excusa o algo que pudiera convencer al menor de dejarlo salir y molestarlo por todo el día al menos. 

 —¿Por qué no vas con Seungsik?, es tu estúpido novio—le miró y quiso escucharse a reír en cuanto vio el rostro ruborizado de su pequeño primo a causa de sus palabras. 

—¡Él no es mi novio!

—Ese no es el punto. Ve y pídele una cita y déjame salir—gruñó. El chico de cabellos castaños suspiró rendido, haciéndose a un lado permitiendo que el pelinegro pudiera salir. 

Yoongi sonrío. 
—Sé que vas a ir a verte con Hoseok. Él es mucho para ti, así que déjalo en paz—le advirtió. 

El pelinegro abrió su boca formando una ''o'' por las palabras del menor. '¿Qué se creía ése niño para hablarle de tal forma?' se preguntaba Yoongi en su cabeza pero sólo negó con su cabeza ignorando sus palabras y salió de la habitación. Bajó las escaleras con rapidez, tenía tan solo diez minutos para llegar al lugar donde quedó de verse con esa persona. El pelinegro salió de su casa corriendo con sus delgadas y no tan altas piernas con todas sus fuerzas y rapidez, había estado planeando ése día con mucho entusiasmo y saber que hoy era ése día adecuado para verlo después de unos meses le hacía sentir completamente feliz por lo tanto no quería arruinar su preciado momento llegando tarde. 

Su mirada no paraba de ir al reloj que tenía en su muñeca y al frente para observar por dónde iba. Tan solo faltaban dos minutos para que dieran las 3:30 de la tarde y a él aún le faltaban unas cuantas cuadras más por recorrer. 

Yoongi se encontraba cansado, demasiado a decir verdad pero él creía que el esfuerzo que hacía para verlo era recompensado con la presencia de ése chico. 

Y entonces, después de haber corrido durante unos diez o quince minutos o tal vez un poco más, él llegó, tirándose al suelo gracias a que sus piernas fallaron quedando de rodillas en el apenas estacionamiento del centro comercial. Cerró sus ojos con fuerza, avergonzado por las miradas que las personas que caminaban por el lugar le dedicaban por estar en el suelo con su respiración agitada. Intentó inhalar el aire lo más que podía antes de intentar levantarse con sus piernas temblorosas. 

—Cinco minutos tarde. Uh, que decepción—Yoongi alzó la mirada, encontrándose con ése cuerpo. Altura, piernas delgadas, hombros anchos, cabellos castaños y unos labios carnosos. Definitivamente, era él, a quien tanto había estado esperando desde que regresó a Daegu por el regreso a clases. 

—¡Idiota!—gritó el pelinegro, levantándose tomando de los brazos del más alto como apoyo. Se mantuvo de pie, mirando fijamente al castaño con sus ojos aguados. —¡Te extrañé tanto! —gritó y unas inmensas ganas de lanzarse a sus brazos creció en él, pero se mantuvo en su lugar. No quería causarle alguna molestia después de que se enojaron por aquél beso en el pasado.

El chico sonrío. 

—Yo también. La última vez que te vi fue cuando ocurrió ése pequeño beso entre nosotros...—apartó la mirada, avergonzado ante el recuerdo. Había sido a sus catorce años un día de invierno cuando tuvo una pequeña y algo tonta discusión entre ambos chicos, Seokjin había besado a Yoongi ése día y el pelinegro se había molestado por lo ocurrido entre ambos en ese momento por lo cual, durante todas las vacaciones, el pelinegro se había mantenido lejos del chico de cabellos castaños. Ya no lo visitaba por las noches en el restaurante pero sí lo pensaba durante las noches mientras Seokjin, este algunos días vagaba por la oscuridad a los pocos y únicos lugares que ellos habían recorrido en Anyang  con la intención de volverse a encontrar al chico de la piel más pálida pero nunca sucedió. —No sabes lo feliz que me hiciste cuando fuiste a dejarme tu número celular. 

—Sí... bueno, me arrepiento de no habértelo dado en persona. Lamento haber tenido que dejarlo con alguien más, no tuve el valor de buscarte porque creí que no querías verme—murmuro, algo avergonzado.

—Bueno. ¡El lado positivo es que ahora estamos nuevamente juntos!—sonrío. 

Yoongi le miró. 

—Tengo una duda... ¿has viajado a Daegu solo para verme? 

Jin ladeó la cabeza. —No. 

Su corazón pesó. 

—Desde que me dejaste tu número supe que te ibas a ir, entonces... comencé a ahorrar para venir a verte pero al poco tiempo el local donde trabajaba mi papá tuvo que cerrar así que decidió venir a Daegu ya que tiene un conocido que podía darle trabajo por eso es que estoy aquí antes de lo que planeé. Justo delante de ti—explicó, sonriendo avergonzado. 

—Me hace muy feli...—Seokjin lo interrumpió, tomando de la cintura al pelinegro para atraerlo hacía su cuerpo brindándole una abrazo, deslizando sus manos hasta su espalda y recargando su cabeza en el hombro del delgado chico. La mirada de Yoongi se agrandó al sentirlo tan cerca de él que su corazón comenzó a latir. 

Latió. Latió y latió por la presencia de ése chico. 

Pero en lugar de reaccionar como usualmente lo hacía, le regresó el abrazo, sintiéndose cómodo y completamente querido ante aquél maravilloso abrazo. 

—Te estuve pensando, todo los días, a toda hora y segundos... mi mente la ocupabas tú Yoongi, durante este tiempo te necesitaba. Quería volver a verte y ahora estoy aquí frente a ti, estoy muy feliz—susurró con una ligera sonrisa en su rostro. 

Yoongi sintió su mirada cristalizarse y se aferró más al cuerpo de Seokjin. 

—Yo también te pensé. Pensé en ti, en cómo estarías e incluso pensé en nuestro último encuentro...—murmuro.—Recordé el saber de tus labios, lo satisfactorio que se sintió tenerlos junto a los míos y todos estos días, pude ser feliz por ése recuerdo. Seokjin, desde ése día, yo he estado pensando en ti como un loco. 

—Realmente me gustó besarte aquél día.

El pelinegro sonrío. 

—Y a mí me gustó que me besaras. 

Yoongi estaba feliz, como nunca antes lo había estado en su corta vida. Por alguna razón, el reencuentro con aquél chico le hacía tan feliz. Le hacía sentir tan alegre. Tan... emocionado y tal vez, solo quizá, hasta un poco enamorado. Lo que sentía hacía él, estaba siendo tan intenso pero sólo lo ignoró. 















está feito, pero mejorará. 

gracias por leer si hay alguien aquí!





intense ; sujinWhere stories live. Discover now