T R E S

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El sonido de los cubiertos rozándose invade el comedor mientras comparto la cena con Kamila y Andy

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El sonido de los cubiertos rozándose invade el comedor mientras comparto la cena con Kamila y Andy. Me esfuerzo por comer. Aunque no tengo hambre, necesito alimentarme, y por la forma en la que me observa Kamila, sé que no me dejará saltarme ni una sola comida. Miro el reloj y me apresuro, ya casi es hora del programa de radio. Andy lo nota.

—Aún faltan 20 minutos para que comience, tranquila.

Mi hermana toma un sorbo de su jugo.

—Me alegra que te guste tanto, pero ¿no has considerado encontrar otras cosas que también te gusten para hacer?

Andy le dedica una mirada de reproche y ella se la le devuelve.

—¿Qué? No quiero que se enfoque en una sola cosa cuando hay tanto que sé que le gustaría hacer. ¿Has pensado en volver a pintar?

Aprieto la cuchara en la mano, perdiendo el apetito por completo.

—No.

Kamila me dirige una mirada triste.

—No es mi intención incomodarte, K, solo quiero lo mejor para ti; pintar de nuevo puede ser muy positivo para tu progreso.

La pintura solía ser mi pasión, era uno de mis grandes sueños: abrir mi galería y exponer todo lo que se me ocurría cuando solo éramos el pincel y yo. El olor a pintura se volvió ese aroma a hogar para mí, mi zona segura. Después de lo que pasó, se transformó en un recordatorio de todo lo que jamás seré.

—No volveré a pintar, ya te lo he dicho. —Me pongo de pie y finjo una sonrisa—. Es hora de mi programa, estaré en mi cuarto.

Al salir de su vista, me quedo de pie en el pasillo, recostando mi espalda contra la pared. Puedo escucharlos susurrar sobre lo que acaba de pasar. Andy comienza:

—Bastante sutil, Kamila. Te he dicho que no me gusta que hables de esas cosas con ella mientras comemos, le quitas el apetito.

—No lo hago por mal, amor, y lo sabes. Necesita encontrar otras cosas que le gusten, que pueda hacer; si enfoca toda su poca energía en una sola cosa y la pierde, ¿qué crees que pasará? Tendrá una recaída espantosa.

—¿Y cómo se supone que va a perder un programa de radio?

—Por Dios, Andy, pueden pasar tantas cosas... Ese locutor es un chico joven, en último año de preparatoria, me imagino que pronto se irá a la universidad y tendrá que dejar ese programa atrás. ¿Crees que ella podrá manejar eso?

Mi pecho se aprieta porque tiene razón. Kang no va a estar en la radio para siempre, por lo menos, no en la radio local.

—¿Cómo sabes tanto sobre ese locutor?

—Mi hermana menor, en su condición, encuentra una sola cosa que le gusta, ¿ y crees que no lo investigaría todo?

—Eres increíble.

—Gracias.

—No fue un cumplido —le dice Andy—. Solo déjala tranquila, déjala disfrutar su programa; si se acaba, lidiaremos con eso.

Me voy a mi habitación con las palabras de mi hermana en la cabeza: «Imagino que pronto se irá a la universidad y tendrá que dejar ese programa atrás».

Torciendo los labios, agarro el teléfono. La noche anterior no me había atrevido a revisar el Instagram del programa, sin embargo, después de escuchar a mi hermana, me lleno de valor y lo abro.

No sé por qué mi corazón me late con tanta desesperación en el pecho, son solo un par de publicaciones mientras indago el Instagram. Veo que tiene muchas fotos de la estación de radio: en algunas se ve el micrófono, en otras el aviso rojo «En el aire», los audífonos... También veo regalos hechos por los seguidores del programa: dibujos y decoraciones para todo el equipo de radio, hasta comida les han enviado. Pero no hay fotos de él.

Estoy a punto de rendirme cuando bajo en las publicaciones con mi dedo y veo una grupal, con todo el equipo que trabaja en la radio, disfrazados para Halloween. En el pie de foto están los nombres de todos; dice que aparecen de izquierda a derecha, así que sigo las instrucciones para encontrar a Kang. Mis ojos caen sobre un chico un poco más alto que los demás, que lleva puesta una máscara completa de payaso siniestro.

Mi corazón late más rápido de lo normal, asustándome un poco. Me sorprende lo aliviada que estoy de no poder poner rostro al chico que escucho todos los días, así puedo mantener mi interés bajo control, porque sé que una vez lo vea, voy a querer hablar con él. Un pequeño acto de curiosidad solo me llevará a otro, es una cadena. Con los audífonos puestos, me siento en el suelo al lado de la cama, mis ojos mirando la fotografía sobre la mesa de noche: estamos mi madre y yo, sonriendo abiertamente en una feria de hace unos años, con las atracciones mecánicas detrás de nosotras. Ninguna de las dos era perfecta, pero el momento sí lo era.

Recuerdo lo difícil que fue convencerla para comprar la foto después de que el fotógrafo nos dijera el precio. Ella nunca había sido una mujer de gastar mucho, siempre ahorrando, precavida y cautelosa. Sus esfuerzos dieron frutos cuando llegó la hora de pagar la universidad de Kamila; mamá tenía más que suficiente, e incluso comenzó su propio negocio de postres. Hacía los mejores pasteles del mundo.

Como si Kang me leyera la mente, el tema de esta noche es la pérdida de un ser querido:

—Es muy difícil lidiar con la pérdida de alguien a quien amamos; lo manejamos de diferentes maneras, para unos es más difícil que para otros. Por desgracia, así es la vida. Tarde o temprano enfrentaremos una pérdida de ese tipo, y solo podemos respirar y seguir adelante en honor a esa persona.

Mis cuatro días sin llorar llegan a su final cuando las lágrimas se me acumulan en los ojos. Tomo la foto de mi madre y yo, pasando el pulgar por su brillante sonrisa.

—No quiero que piensen que estoy invalidando lo que sienten cuando digo que sigan adelante. Somos seres humanos, está bien sentir el dolor, la tristeza, está perfectamente bien llorar. Sientan todo para poder superarlo y continuar, cada uno a su paso; nunca hay un tiempo perfecto para superar la muerte de alguien que hemos amado. Así que, quiero que te tomes el tiempo necesario y lleves a esa persona en tu corazón por el resto de tu vida; después de todo, esa es la mejor forma de honrarlos y amarlos aun después de la muerte.

Él parece entender todo tan bien, ¿acaso ha pasado por eso? Lágrimas ruedan con libertad por mis mejillas mientras Kang continúa:

La siguiente canción es muy especial para mí, así que escúchenla conmigo en honor a aquellos que ya no están con nosotros.

¿Por qué?

Quisiera preguntarte, traerte de vuelta,

mirarte a los ojos y preguntar: ¿Por qué?

No entiendo, tal vez por eso no puedo dejarte ir.

Dime, respóndeme, ¿por qué? ¿Por qué así?

A todo pulmón, lo diré una y otra vez.

Una y otra vez.

¿Por qué? ¿Por qué si te amo tanto?

¿Por qué, si yo te di tanto?

Es que con mi amor no es suficiente para respirar.

Respiraré por ti, si es necesario.

Soñaré por ti en las noches de desvelo

Enfrentando cualquier adversario.

Me quito los audífonos de golpe porque no puedo soportarlo, no puedo escuchar más, duele demasiado. Me lanzo en la cama, cubriéndome de pies a cabeza para llorar desconsoladamente sobre mi almohada. Es la primera noche que no escucho el programa completo de Kang; por primera vez, no quiero oírlo. 

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