11 historias cortas. parte 2

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Escuchaba a su papá y mamá discutiendo mientras que tomaba su desayuno, cuchara, cada cierto lapso levantaba la mirada para poder verlos, cucharada, su madre casi le rogaba a su padre que no fuera a la carrera pero él seguía con su compromiso firme, cucharada, "No vayas" gritó su madre y por el sonido saltó de la silla para a continuación seguir tomando desayuno, cucharada, "¿Llegaremos a fin de mes?" se preguntaba y cuestionaba si era tan necesaria la carrera en que estaría su padre, si con lo que tenían podía alcanzar aunque sea comiendo solo pan y agua, cucharada.

Yamila, no te cansas – dijo su padre, apuntando a la puerta – lleva a Aleshe al colegio, que se le va a hacer tarde para el colegio.

Eso no haría que la discusión termine y que su madre la lleve así que al notarlo ella, al terminar su desayuno se pararía e iría. Llegó a cinco minutos de que las puertas se cerrasen y su llegada fuera contada como tardanza. Se sentaría a cuatro sitios de la pizarra al costado de Adriana, Jacinta, Yannelly, Hesiodo, Ulises y la pared, la única en podía apoyarse sabiendo que no caería. "¿Tarde de nuevo?" "Eso creo", sacaría un lapicero azul y un resaltador ya que su examen diario de física comenzaría.

En el recreo, Jacinta, Yannelly y Jhasyra y ella salieron juntas. "McQueen" dijo Jacinta. Lloroncita, corredora, Usaina, fórmula uno, comenzaron a decir y los insultos salieron a por montón hasta que todas comenzaron a reír sin control. En la esquina, estaba su compañera Silvia mirando disimuladamente. Voy un rato al baño. Ve corriendo como tu papá.

En el baño, entró a un cubículo y cerró la puerta con seguro y las lágrimas comenzarían a caer como en una lluvia cada gota, con truenos de gritos mudos. No estuvo mucho tiempo en el baño y al salir trató de pasar desapercibida entre todos los demás alumnos. Sentada en su sitio, en la clase de trigonometría, ya habiendo concluido el recreo, se le notaría un enrojecimiento alrededor de sus ojos, el cual notaría Jacinta "¿haz llorado?". Ella sin saber cómo responder titubeando atinó a un sí muy leve. "No me lo debiste decir" susurrando diría Jacinta.

Copito de nieve, niña mariposa, cristalito, ni con una rosa, perdóname por haberte hecho llorar, llorona. Ella quería llorar en ese momento pero no lo haría, resistiría, y sonreiría con ellas. Solo quería golpear a Jacinta con cualquier instrumento que veía, "Dime que me odias", imaginándola sangrando y enojada o tal vez llorando por el golpe, "Hazme explotar", se imaginaba lanzándose a Jacinta, tirándola al suelo y golpeándola allí, "Dime llorona una vez más", imaginaba agarrar su cabeza y hacerla chocar contra la pared numerosas veces. Ella se callaría en el total de las siguientes horas de clase, sabiendo que si abría la boca solo saldrían insultos para Jacinta.

Ojalá que me diga un insulto más, ojalá que mencione otra vez a mi papá, solo hazlo no te lo estoy impidiendo. Quiero saber si me lo dices con mi zapatilla en tu cara, hazlo por favor, solo dilo. El timbre sonaría y se pondría a alistar sus cuadernos y útiles los comenzaría a guardar en su mochila "Chau, llorona." La ira invadiría su cuerpo "¡Golpéala ya!" se voltearía y solo vería la mochila púrpura de Jhasyra ya en la puerta. Al llegar a su casa, se echaría en su cama u comenzaría a llorar en silencio, estaría así por mucho tiempo.

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