11 historias cortas. parte 10

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Salía de la localización del canal al terminar de emitir las noticias y se despediría de su compañero, Imanol Becerra, a continuación entraría a su vehículo para ir a su casa.

A los treinta y cinco minutos llegaría a casa y al abrir la puerta gritaría: "¿Juan?" en busca de que su hijo, respondiera tal vez diciendo: "Mamá" como hacía habitualmente pero nadie respondería a lo que iteraría lo dicho tres veces y al nadie responder iría al cuarto de Juan e ingresaría para ver la peor imagen que pudo haber visto descrita por ella como el mal hecho imagen. Vería a Juan sentado en su silla negra, con su pantalón guinda de pitillo, con su polo rojo que le regaló su tía al regresar de un viaje, con sus zapatillas favoritas y con un cuchillo incrustado es su vena yugular interna, la sangre que cayó como cataratas de su cuello y lo rodeaba también intensificó el rojo de todo su vestuario, contiguo a él en su escritorio la computadora estaría encendida y en una pestaña de pait estaría escrito adiós en todos los idiomas que pudo; en el escritorio también habría una carta que al final tendría la huella de Juan puesta por sangre como tinta.

En la carta estaría escrito: "Bueno creo la primera persona que leerá esto es también la única persona que siempre estuvo conmigo pero nunca logró hacerme sentirme acompañado, sé que pude contarte lo que me pasaba, el bullying que sufría, mi fallida vida amorosa o miles de cosas más que pasaban a diario en el colegio pero no sé porque no te las pude contar y por no contártelas tuve que terminar así. Tuve muchas formas de no acabar así, tuve muchas formas de elevar mi autoestima pero por muchos acontecimientos azarosos ninguno de esos sucesos se produjo, perdón por todas las lágrimas que te haré derramar y sé que tú merecías un hijo mejor al tú ser la gran conductora de las noticias que todos ven desde las siete a nueve de la noche pero yo soy el hijo que terminaste teniendo, tú no elegiste que clase de hijo tener y aun sabiendo las grandes posibilidades decidiste tener uno. Ahora me voy a dirigir al gran fantasma en esta familia, al aire que fecundó a mi madre, a la brisa que rara vez pasaba por la casa, aunque nunca estuviste sí fuiste importante en mi vida ya que me la diste, no te culpo por separarte de mi madre ni por aparecer cada eón ya que estabas en todo tu derecho; por último me dirigiré a alguien que probablemente nunca lea esta carta, sé que suena raro pero a la única persona que extrañaría si hubiera alguien que pudiera extrañar es a un desconocido, un desconocido que con solo hablarme pudo cambiar eso, un desconocido que pudo darme todas las ganas de vivir que rogaba, un desconocido puede estar ahora en cualquier lugar del mundo, un desconocido que no sé si hubiera llegado con lágrimas en los ojos o con una sonrisa impregnada, un desconocido que me hubiese gustado conocer.
Esta es la última despedida que hará Juan Pérez de Almansa."

Al ver el cuarto y solo notar el cadáver de su hijo ya que todo su entorno se volvería invisible para ella, caería en sus rodillas y comenzaría a llorar con extremo dolor, el mayor dolor que pudo sentir, y prefiriendo mil puñaladas antes ver esa imagen que se le impregnaría por siempre en su cabeza. Cuando todo lo de su alrededor se tornara visible lo primero que notaría sería la carta que al terminar de leerla vaciaría sus lagrimales, así todos los fluidos que pudieron caer allí habrían caído.

11 historias cortasWhere stories live. Discover now