Capitulo 25: Memoria Camuflada

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Los paramédicos corrían con la camilla en el hospital junto con el médico de Guardia, Erick y yo íbamos detrás de ellos; me sentía agotada y con el estómago revuelto, el olor a sangre me tenía mareada.

Los vinos entrar en el área de emergencia, aún no podía creer lo que había sucedido. Erick se sentó en la sala de espera, encorvándose, ocultando su rostro en las manos. Lo oí como sollozaba, me daba pesar verlo así.

Casi no habíamos hablado en la ambulancia, apenas le pude avisar lo sucedido con Ang, llego a mi casa y nos dirigimos al hospital. Me senté a la par de él, también estaba preocupada por ella, pero alguno de los dos tenía que mantener la compostura en estos momentos.

– Vamos Erick, ella es muy valiente– le dije colocando mi mano en su hombro-.

Levantó su cabeza lentamente y me abrazo, llorando como un niño, quede sorprendida por su reacción pero no lo aparte, le devolví el abrazo. Me daba tristeza pero a la vez alegría, Angela y él eran el uno para el otro, me aliviaba saber qué hay un sentimiento sincero entre ellos, sonreí satisfecha.

Escuche un murmullo de voces en nuestra dirección así que volví a ver, entro un grupo aglomerado de personas que se dirigía en nuestra dirección, prácticamente estaba presente todo el salón, me tense inmediatamente. Las miradas de veneno que nos enviaban Jessica y Lauren no eran agradables, pero más me sorprendió ver a Damon tan tenso.
Me aparte un poco de Erick para que me mirara.

– Ya llegaron nuestros compañeros -me miró sin comprender- así que ánimo, ya te dije que ella saldrá de esto.

No había terminado de hablar cuando Tyler se nos acercó y tomó a Erick por los hombros, murmuró un Gracias en mi dirección sonriéndome.

– Hey amigo, acompáñame a comer algo.

Suspiré pesadamente, tenía un nudo en el estomago, no salía de una situación cuando ya me encontraba en otra, reí amargamente.

Se acuclillaron al frente mío, un par de zafiros me miraban intensamente.

–¿Estás bien? -preguntó Damon con el ceño fruncido-.

Traté de hablar pero no podía, sabía que estaba apunto de llorar pero no quería, no al frente de él, no al frente de todo el mundo, así que solo asentí y quite la cara.

– Hey -tomó mi cara entre sus manos obligándome a mirarlo- de verdad, ¿que sucedió?.

Me mordí el labio, estaba cansada de mentir, ocultar y luchar haciéndome la fuerte. Sus manos y la forma en que me miraba me brindaban consuelo, aunque fuera por solo un momento deje que todo lo sucedido respecto a estos días saliera a floté.

– No -conteste tartamudeando- no puedes imaginar lo impactante que fue verla en mi casa.

Las lágrimas corrían libremente por mis mejillas. Me tomo de las manos llevándome a otra sala que se encontraba doblando, se sentó y me puso en sus piernas como si fuera una niña pequeña, comenzó a acariciar mi cabello.
Oculte mi cara en su cuello, en parte para ocultar mi vergüenza y en otra mientras trataba de respirar para calmar mi llanto. Poco a poco fui cobrando la compostura, su colonia inundaba mis sentidos, olía a madera y cuero, no podía describirlo de otra forma

– Te sientes mejor? -preguntó con cierta diversión en la voz-.

Abrí los ojos levantando la cabeza lentamente para mirarlo, me sonreía y sus ojos brillaban pero no sabía si era por burla o por comprensión.
– Lo siento -pronuncié, apartándome para levantarme, pero presionó mi cintura para mantenerme quieta.

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⏰ Last updated: Jan 25, 2018 ⏰

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Dos heridas unidas entre uno solo.Where stories live. Discover now