Tiempo de cambios juveniles

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¿Qué? ¿Asesinado? ¿Podría ser verdad lo que retumbaba en mis oídos? Estaba alterado.
-Asesinado... Por las frías palabras que dejaste grabadas en nuestra memoria... ¿Lo recuerdas? O prefieres, tal vez, que te refresque la mente... -Su tajante oración me provocó una combinación de emociones; ira, alivio, susto, incredulidad; pero lo que me desconcertó fue lo último. Era otra de sus oscuras bromas... Me molestó pero a la vez, se invirtieron los papeles... O al menos ella así jugó sus cartas, yo me sentía el victimario entre sus juegos mentales.
-Nada que decir ¿no? -sorbió su taza y continuó -:mi querido Arshell, tus palabras exactas, aquella ocasión, las cito ahora: "No me importa, he tomado mi decisión y los dejo a ustedes si es necesario, no quiero seguir en esta universidad. Hasta algún día, queridos amigos...". Debo decir que, a primera instancia, no lo entendíamos, y no es que lo entendamos en su totalidad ahora, pero te necesitamos, Arshell... Esto que te voy a decir es verídico y escucha bien... -Otra vez se ennegrecía el panorama, ¿por qué el dominio del ambiente está a su favor siempre? No quedaba otra más que escuchar... Al menos esta vez se dejaría de rodeos.
-Arshell, el profesor Paul Taomary, aquel que te becó para poder huir a Corpette University, fue asesinado, más específicos... Incineraron su cuerpo vivo y junto a él, su hogar. Te digo esto y te busco a ti por una sencilla razón... Antes de morir, el profesor dejó unas notas, de las cuales, Neryon consiguió rescatar dos del incendio. Al parecer el asesino tiene conocimiento acerca de ti y no sabemos por qué y para qué. Lo que sí sabemos es que Neryon y yo hemos decidido buscar por cuenta propia al asesino... Una locura lo sabemos, somos simples adolescentes y esa será nuestra llave oculta. No quiero darte más detalles en este lugar, Arshell, pero te invito a que juegues en nuestro equipo; tú, yo y Neryon no teníamos nada, más que a nosotros mismos, por eso te lo pido, una última vez... Es una locura reitero, pero recuerda nuestra promesa -sentí sus cálidas manos sobre las mías, en un poco efectivo intento de convencimiento, pero ¿suficiente? Da igual.

El profesor Taomary fue como un padre para mí, la noticia de su muerte caló profundo en mis entrañas, el daño estaba hecho. La agitación no se comparó al shock emocional que sostuve en el Cafetaminho Blanco.
Primero lo primero, era mi intención, y ella lo comprendió. -Hotel Lottercop, habitación 115. No llegues muy tarde, a las 10:00 pm ni los gemidos de los huéspedes de a lado retumban tan fuerte las paredes como mis ronquidos -su humor tan crudo y deshinibido fue su credencial de aceptación para Neryon y para mí, aún lo tengo dentro de mi memoria. Ella entendía perfectamente, sin necesidad de diálogos poco reconfortantes, que necesitaba unas horas para asimilar este suceso.

Como iniciamos terminamos la cita, con un cálido abrazo; sin embargo, el estado de ánimo sufrió un cambió radical.
Ambos nos separamos y yo, entre lágrimas, me perdí por los rincones de Lippit Park.

La sonrisa que causa tu muerteWhere stories live. Discover now