❀. O1

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Recuerda que su primer enamoramiento fue durante sus tiempos de Colonia.  Los primeros e inocentes besos también fueron durante aquella edad, con un pequeño rubio que solía visitarlo para poder jugar a lo que fuese mientras sus tutores se daban una vida lujosa en Europa. Sin embargo, esta más que seguro que fueron esos momentos los cuales provocaron que su enamoramiento creciera más y más.

Los que hicieron que se volviese un poquito loco por ese idiota estadounidense.

¿Cómo resumir toda su relación que fue escrita en varios libros de historia y páginas de internet?

Tóxica. No había ni más ni menos letras en todo el sentido de aquella palabra. Y para Alejandro, eso era increíblemente malo sabiendo que estaba enamorado de Alfred, quien al mismo tiempo estaba enamorado (y cabe decir que en una linda relación) de Arthur.

Sabía que sus sentimientos eran algo ¿erróneos? por todo lo sucedido. Empezaron tan bien y ambos estaban tan enamorados hasta que decidió quitarle la mitad del territorio. ¿Quién caería enamorado de un traidor que solamente te utilizaba para saber tus puntos débiles? Al parecer solamente él, porque a pesar de toda la mierda que los rodeaba él seguía enamorado de Estados Unidos.

Pero tenía miedo. Y ese miedo lo acobardó tanto que tuvo que tragarse todos sus sentimientos amorosos.

Al final, la última vista que tuvo para que su alegre corazón se rompiera definitivamente, fue ver como Alfred sonreía al extender una pequeña caja con un pequeño anillo dentro que iban dirigidos para Arthur, murmurando aquellas palabras que tanto anhelaba para él.

Will you marry me, honey?”




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── ¿Estas seguro que no quieres visitar un doctor, Ale? ── Antonio tenía el rostro lleno de preocupación. Ver a Alejandro, quien era un ser alegre hasta en los malos momentos, tan débil y enfermo le hacían activar el sentido paternal que había creado con México desde la colonización.

Alejandro asintió, un poco cansado y con la garganta seca después de haber salido de su propio baño. ── Estoy bien, Toño. Es solo la temporada de invierno que esta pasando.

Utilizar como excusa el clima tan frío que abarcaba en varias zonas de su territorio ayudaba a camuflar un poco su situación, pero sabía que tarde o temprano alguien se daría cuenta que esa tos no era normal por más que fuesen países.

Además, ¿Un pétalo? ¿Porqué rayos tendría que toser un pétalo?

── aún así, no creo que una visita al médico te haga mal... ── intentaba convencerlo. Antonio no quería que Alejandro siguiese igual de pálido y enfermo. ── ¿Cuando fue la última vez que visitaste uno?

Pensó un poco. ── Uh... ¿Diez años?

── ¡Dios santo, Ale! ── El grito que pegó España logró que entrecerrara los ojos breves instantes. Observó como Antonio tomaba nuevamente su abrigo y le tiraba el suyo a la cara, ganándose una mueca de confusión de su parte. Fernández Carriedo atinó a fruncir el ceño para luego hablar. ── ¡Iremos al médico ahora mismo, no me importa si no quieres!

México solo rodó los ojos, mientras se colocaba su abrigo.




pétalos anaranjados ❀ Latín Hetalia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora