Es complicado.

6.1K 352 10
                                    


-Por mucho que me guste tenerte entre mis brazos, creo que deberíamos ir con los demás. -un suspiro salió de mis labios al escuchar sus palabras. Negué con la cabeza y sin abrir los ojos me acomodé en su pecho. Llevábamos aproximadamente cinco minutos abrazados, después de haber estado mejorando mi técnica para besar con el mejor profesor.

-Cinco horas más. -sentí su cuerpo dar una leve sacudida, indicando la pequeña risa que le había sacado.
No quería volver con los demás, eso significaría abandonar la pequeña burbuja de felicidad en la que ambos nos habíamos sumergido. También significaría volver a la realidad, donde infinitos problemas me esperaban con los brazos abiertos, dispuestos a nunca dejarme ir.

-Sabes que yo tampoco quiero volver. No después de todo lo que he tenido que aguantar para tenerte así. -una pequeña presión se posó en mi pelo y sonreí con ternura al darme cuenta de que eran sus labios. Esos eran los mejores tipos de besos, junto con los que te dan en la frente. Sin ningún tipo de segundas intenciones, eran los besos más inocentes y más cargados de amor. -Pero alguien nos puede encontrar así y tendríamos que dar explicaciones, unas que no nos podemos permitir.

Habíamos decidido no ponerle nombre a lo que teníamos. No me gustaba ponerle etiquetas a las cosas. Nos gustábamos; yo estaba con el y el estaba conmigo; ya está. Además, el había dicho que si no nos llamábamos por la palabra que empezaba por "n" me sería más fácil no sentir que estaba traicionando a mi padre.

-Por eso es mejor que os haya encontrado yo que otra persona. -nuestros cuerpos se separaron con rapidez y ambos nos giramos viendo a Alec con una expresión burlona y apoyado en el marco de la puerta. Suspiré de alivio y me volví a abrazar a mi "enemigo". El me miró con horror. -Tranquilo guaperas. Estoy al tanto de todo lo que pasa entre vosotros. -los músculos de Aiden se relajaron al escuchar eso. -Bueno no estaba al tanto de esto, pero ni siquiera voy a preguntar.

-¿Qué demonios te ha pasado? -hice una mueca sabiendo a lo que se refería. Alec estaba mucho más delgado que antes y tenía unas notables ojeras.

-Esto no es nada comparado con lo que te pasará a ti como se te ocurra hacerle daño a mi hermana. -una risa salió de mi al sentir como Aiden volvía a tensarse. Alcé mi rostro y le besé la mejilla.

-Tranquilízate, Alec es el más inofensivo de mis hermanos. -el anteriormente nombrado se hizo el ofendido.

-Eso ha herido mi ego hermana. -ambos sonreímos y el miró a Aiden. -Pero es cierto, no es por mí por quien tienes que preocuparte. De momento procura que los machos alfas de la familia Thompson, no se enteren de que has profanado los labios de la pequeña y para nada inocente Paula. -me acerqué a el y le pegué un puñetazo en el brazo. Escuché las risas de ambos y me alegré al saber que por lo menos ellos podían aprender a dejar la rivalidad de lado y estar cómodos con la presencia del contrario.

-¿Me buscabas o nos has encontrado por casualidad? -pregunté dejando todo mi peso en mi pie derecho y me cruzaba de brazos.

-De echo, os buscaba a ambos. -mi ceja se alzó en evidente sorpresa y miré a Aiden que simplemente se encogió de hombros, dando a entender que no era la única confundida en esta situación. -Valeria y Andrea han encontrado una habitación con pestillo y me han dicho que os buscara a ambos porque era necesario una reunión urgente. Ni idea de a que se refiere pero supongo que vosotros sí que lo sabréis. -Aiden negó con la cabeza.

-Yo sí que lo sé. Ya lo veréis. -entré al barco. -¿Sabes donde está la habitación? -mi hermano asintió y se puso en cabeza dirigiéndonos por el pasillo hasta llegar a unas escaleras. Los tres bajamos y nos encontramos otro pasillo; fuimos hasta el final del mismo y se puso delante de una puerta, intentó abrirla pero esta estaba cerrada.

Guerra de FamiliasWhere stories live. Discover now