Sangre por doquier [League of Legends]

Capítulo 45

—Me siento como si fuera una molestia para ustedes, a pesar de que me pidieron venir. —comentó El gran General noxiano, sentado en un extremo de la banca de un parque que estaba cerca de la Academia de la Guerra, al otro lado estaban Vladimir y Aneshka.

El segador carmesí todavía tenía puesto el uniforme de la Academia, acababa de salir de ahí, después de otro día de estudio y soportar a sus compañeros inmaduros y a la maldita zorra de nueve colas. El único consuelo era poder encontrarse con la hemomante y con el que alguna vez fue el mago cojo. Con ellos se sentía el ser más afortunado de Runaterra, deseaba tenerlos cerca por siempre.

—No lo eres, Swain —dijo Aneshka, un cuervo se posó sobre su cabeza, y graznó tan fuerte que la dejó aturdida por unos segundos. Había más cuervos alrededor de ellos, por culpa de El gran General noxiano, todos eran suyos; pero ninguno parecía ser Beatrice.

—Caw, caw, caw, caw, caw... —Swain imitó el sonido de las aves de plumaje azabache, mientras tiraba al suelo migas de pan rojas como su brazo izquierdo— ¿Ya están satisfechos?

—¿Cómo puedes lidiar con todos estos pájaros a tu alrededor? —preguntó Vladimir, y un cuervo se paró en su hombro, con una mirada que expresaba un deseo en especial: Comida.

—Ya estoy acostumbrado a ellos —explicó El gran General noxiano, y uno de los cuervos se posó en su hombro también—. Tú no eres Beatrice —le dijo al ave, que, aparentemente, deseaba el lugar "privilegiado" que tuvo el cuervo anterior.

Frente a ellos, pasó un campeón con artefactos extraños arcanos y tecnologías prohibidas para sobrevivir al Vacío.

—Hola Kassadin —saludó Swain, levantando su mano demoníaca como ademán de saludo.

El caminante del vacío lo miró por unos segundos, para luego echarse a correr con las manos cubriéndole el rostro. Bueno, en realidad levitaba, pero no tanto como Malzahar.

—¿Qué le sucede? —preguntó Aneshka, desconcertada.

—Creo que herí sus sentimientos cuando le quité un fragmente de alma y dije: "Así que escuchó los rumores, la niña que volvió" —explicó El gran General noxiano a sus amigos—. El pobrecito huyó hacia la jungla y ya no quiso seguir jugando... Extraña mucho a su hija —El relato de Swain fue interrumpido por la presencia de un hombre de piel pálida y azulada, encorvado; encapuchado y con una pala en manos.

—¡Hacía tiempo que no te veía, Yorick! —exclamó Vladimir, y vio que El pastor de almas tenía algo en manos.

—Usted debe ser la hemomante, ¿cierto? —Yorick miró a Aneshka, y le entregó una carta de sobre azul— Soy cartero en mi tiempo libre, Vlad, pero en cualquier momento me verán en el carril superior, con mis amiguitos de la Isla de las sombras.

—De eso no cabe duda —dijo Swain.

—Estás irreconocible, señor de los cuervos —rio El pastor de almas y continuó su camino. Tenía más cartas que entregar, una de ellas era para Irelia, la cual decía que también tendría un rework.

La sanadora sangrienta abrió el sobre y extendió la carta para leerla en silencio:

Estimada señorita Aneshka:

Nos complace decirle a usted que, a través de su juicio y la prueba de habilidades, nos dimos cuenta de que será el campeón perfecto que deseamos en la Liga de Leyendas.

Sus roles serán: Soporte y mago.

Felicidades, Sanadora sangrienta, usted ya está dentro.

Le realizaremos una fiesta de bienvenida esta noche, luego podrá participar en las batallas de cualquiera de los campos que poseemos.

Atentamente

La Liga de Leyendas

—¡Soy una campeona! ¡Me aceptaron! —gritó Aneshka, se levantó de la banca y empezó a saltar de alegría pura.

—¡Felicidades! —exclamaron Vladimir y Swain al mismo tiempo, y tuvieron un abrazo grupal. Pero con el hemomante tuvo uno más prolongado.

—Esta noche habrá una fiesta de bienvenida para mí —continuó ella, releyendo esa parte de la carta en donde era mencionado ese evento.

—¿Puedo ser tu pareja para ese gran acontecimiento? —se atrevió a preguntar El segador carmesí, extendió su pálida mano como invitación.

—Mi pareja esta noche, y todos los días... —Aneshka agarró su mano.