Capítulo 4

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"Juntos, el Jotun y la vaca vivían en el borde de Ginungagap. El Jotun no carecía de comida. Cuatro ríos blancos como la nieve fluían de la enorme ubre de la vaca de hielo, e Ymir bebía y bebía y crecía altísimo."

"Así que ahora es una vaca de hielo, ¿eh?" sonrío Thor.

Loki se encogió de hombros. "A mí me parece una vaca normal."

Inclinó el libro para que Thor pudiera ver la ilustración.

"¿Por qué no se come a la vaca?" Preguntó Thor.

"Entonces no habría leche."

"No sabía que a los Jotuns les gustaba la leche," frunció el ceño, pensando en eso. "¿Qué comía la vaca?"

"Dice aquí que lamía sal del borde de Ginungagap."

"¡Una vaca no puede vivir sólo de sal!"

Loki refunfuñó: "Era sal mágica."





***



Lo que siguió a continuación le recordó a Thor a cuando él era pequeño y su madre lo molestaba para lograr que se bañara.

Thor se dio cuenta rápidamente de que Lord Aegir sólo tenía dos sirvientes. El resto de la fortaleza estaba vacía, salvo por el propio Aegir y sus hijas.

Los sirvientes eran Fimafeng y Eldir.

Aunque sólo eran dos, parecían estar en todas partes.

Thor reconoció claramente a los sirvientes que acompañaban siempre a Aegir, eran los que lo llevaron a una serie de habitaciones para invitados. Aegir emitió órdenes e instrucciones sin cesar, ya preparaba planes para la comida de esa noche, y una gran fiesta que se celebraría en la mañana en honor a sus dos distinguidos invitados.

No escuchaba las protestas de Thor sobre no poder quedarse. De cómo era importante que regresaran a casa.

"Hoy o mañana," dijo Aegir alegremente. "Asgard seguro estará allí."

Ninguno de los sirvientes se apartó de su lado. Sin embargo, cuando Thor entró en las habitaciones de invitados, ellos ya estaban dentro, ordenando la cama y llenando un cuenco con agua fresca.

Lo llevaron hacia un baño caliente. Le prestaron ropa fresca después.

Ninguno de los criados dijo ni una palabra.

Thor conoció a las otras hijas de Aegir cuando las sorprendió espiando su baño.

Cerró las cortinas después de eso.

Los sirvientes le proporcionaron sábanas limpias y jabones que olían a sal. Thor no los usó más allá de lo necesario, pues su atención no estaba totalmente en la actividad que realizaba.

Ansiaba enfrentarse a Loki, ya sea para hacer preguntas o para estrangularlo. Una parte de él esperaba que Loki se invitase a sí mismo a los baños mientras Thor se limpiaba del viaje. No fue así. Quizá se creía un inconveniente, como siempre lo había hecho.

Parte de Thor deseaba que lo hiciera.

Pero Loki no apareció.

Thor no se permitió creer de corazón que Loki seguiría ahí cuando llegara al comedor de Aegir.

Si Loki quería rechazarlo, lo haría.

Sin embargo, él sí estaba, sentado a un lado de su anfitrión. Hablaba agradablemente, con una copa de plata reluciente en una mano de la que bebía de vez en cuando.

The Sound of Letting Go  //  ThorkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora