The Sound of Letting Go // Thorki

Capítulo 7

"Esto va más allá de la tarea a la que accedieron."

Los remos se sumergían en el agua mientras la pequeña nave flotaba adentrándose en la cueva. Estaban rodeados por paredes de roca, y sin viento. El mar estaba quieto, aunque de vez en cuando una ola a medias hacía un sonido al chocar sobre el casco.

La luz se había marchado desde que entraron. Ahora sólo podían ver gracias a la antorcha que Thor sujetaba en la proa del bote.

Loki estaba a su lado. Sus ojos barrieron la oscuridad.

En alguna parte, el agua burbujeaba.

"Es lo que debemos hacer," murmuró Thor.

Loki mantuvo su ceño fruncido.

"Creo que sólo deseas pelear."

"Estas criaturas amenazan la vida de buenos hombres."

Thor apartó la mirada de su camino el tiempo suficiente para verlo. Sería una mentira decir que no disfrutaba de una buena pelea, pero esto no sería un combate sencillo.

"¿No eres tú quien insiste en mantener feliz a nuestro anfitrión?"

Loki no respondió.

La cueva se volvió tan angosta en algunos puntos que los tripulantes debían jalar los remos y utilizarlos para empujar contra las paredes. Cuando Thor miró hacia abajo, pudo ver el fondo de sedimento en el agua. Manchas de mineral brillaban bajo la luz de la antorcha, y peces blancos sin ojos nadaban perezosamente fuera de su camino.

"Esta cueva es pequeña. ¿Cómo podrían habitar aquí criaturas más grandes que nosotros?"

"El agua aquí se alimenta del océano," respondió Loki. Incluso manteniendo sus voces suaves, sus susurros hacían eco entre el techo de estalactitas, por lo cual tenían que inclinarse de vez en cuando para evitarla al caer. "Podría haber un cuerpo de agua incluso más grande debajo de la superficie."

Continuaron, con el débil sonido de los remos sobre las rocas marcando su camino. La cueva era sólo una más de una serie de ellas, esparcidas a lo largo de la costa más lejana del dominio de Aegir. La última serie de ataques a sus barcos fueron cerca, sobre las olas. Después de una búsqueda exhaustiva y escuchar las historias de los sobrevivientes, Lord Aegir y Loki estuvieron de acuerdo en que el lugar más probable para que los engendros más pequeños de Lyngbakr se refugiaran eran estas cuevas. El aire estaba fresco y húmedo, y muy, muy quieto.

El olor a pescado aumentó a medida que avanzaban.

"Están cerca," dijo Thor.

La cueva se abría a una caverna tan grande que la antorcha que sostenía no podía alcanzar a iluminar ninguna pared, ni el techo.

Algo se deslizó en la oscuridad.

Un tripulante jadeó en sorpresa.

Loki se movió rápidamente, agarrando la antorcha de donde Thor la sostenía en alto. Un pulso de magia encendió el fuego hasta ser una llama viva y ardiente, lo suficiente como para iluminar la masa de tentáculos y aletas que los rodeaban.

Las bestias viles sisearon y se apartaron del calor, aunque sin apartar sus lechosos ojos blancos.

En el instante antes de que su bote se volcara, Thor vio que las criaturas estaban en todas partes. Incluso se habían acomodado en el techo.

El bote se tambaleó desde abajo. Thor sintió la suspensión ingrávida antes de aterrizar en el agua.

La antorcha se apagó.

Los hombres gritaban y gemían.

Algo como un músculo cubierto de escamas se alejó rápidamente de él cuando por fin alcanzó a Mjolnir, incluso antes de que Thor se enderezara y su cabeza saliera a la superficie.