Capitulo 11

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Capítulo once.

Me puse una bata de satín negra, de esas que brillan

de una manera espectacular cuando un destello de luz las ilumina.Louis  se puso a un lado mío, cerca de la mesita de centro, donde había tres velas y unos pétalos de rosa.

– ¿Quieres que sigamos con la clase? – preguntó en voz baja y tierna.

– Sí.

Abrí mis labios para decir algo, pero Louis me besó casi comiéndose mi boca. Moví mis labios sobre los suyos lenta y suavemente. De repente su mano viajó por mi busto bajando hasta mi abdomen. Me aguanté el gemido que casi se escapaba de mi garganta.

– Louis... - susurré.

– ¿Sí?

Siguió besando la piel desnuda que se mostraba por la bata.

– Espera.

Puse una mano sobre su pecho y lo empujé lejos de mi rostro.

– ¿Qué pasa? – abrió sus ojos como platos y enarcó sus cejas.

– Es... Lo que pasa es que... – tartamudeé. – No estoy segura de poder seguir haciendo esto.

– ¿Qué?

– Sí. No creo poder seguir con esto.

Tapé mi busto con la bata y me levanté haciendo que Louis se hiciera para atrás y quedara justo frente a mí.

– ¿Por qué lo dices?

No lo sabía, no sentía que fuera algo correcto tener sexo todo el tiempo, igual y era eso, o también podría ser que estaba cayendo en sus redes, así como un salmón. Sí, era eso. Dios mío, esos ojos azules y esa boca y esa sonrisa pícara que... ¡Audrey cállate!

– Siento que estamos pasando más tiempo de lo necesario - al fin dije.

– ¿A qué te refieres con eso? Digo, yo he seguido las reglas, solo que hay una regla más.

¿Otra regla? Como si no fuera suficiente con las que tengo que cumplir cada que me toca.

– Tienes que conseguirte un novio. Fui tu primera vez y apuesto que eso crea una especie de vínculo o conexión conmigo y no quiero que nada de eso te ilusione. Eres guapísima, una de mis alumnas más guapas y más jóvenes, de hecho la más joven y no quiero que te ilusiones o cosas así.

– Bien...

Me levanté enojada y empecé a recoger mi ropa del suelo. Tomé mi celular y le marqué a mi mejor amiga.

– ¿Hola? ¿Halley? – dije con la voz entrecortada mientras salía de la habitación, dejando al guapísimo pero estúpido de mi profesor atrás.

– ¿Audrey? ¿Pasa algo? – dijo. Al parecer se dio cuenta que estaba a punto de ponerme a llorar y me puso toda la atención que pudo.

– ¿Puedes, puedes venir por mí? – dije ya llorando.

Sentí un jalón desde mi antebrazo. Me dio vuelta para verlo a sus estúpidos ojos verdes.

– ¿Audrey? ¿Qué pasa? – sus labios temblaron un poco. Su mano izquierda subió a mi mejilla limpiando las lágrimas que salían incesantes de mis ojos.

– ¡Déjame! – le dije soltándome de su agarre. Lo miré con odio. Ni siquiera yo sabía por qué me ponía así. – Sabía que eras como todos. ¡Qué va! Eres el idiota más patético que haya conocido en mi estúpida vida. Solo me quieres para revolcarte conmigo en tu cama y después que ya no te importe nada de lo que yo siento.

Sex InstructorWhere stories live. Discover now