Capitulo 37

349 13 2
                                    

Capítulo 37

Después de haber comido el platillo principal, Louis pidió un postre realmente delicioso. Lo comimos entre risas y miradas coquetas que nos contestábamos cada que podíamos. Cuando comíamos el postre, le pidió al camarero que nadie pasara a donde nosotros estábamos en lo que terminábamos el postre y él mismo lo llamaría para pagar la cuenta. El mesero aceptó y simplemente nos dejó a solas.

- Ven aquí - dijo mientras se levantaba de la silla y me ofrecía su mano.

Me levanté y acomodé el vestido mientras me acercaba a él y tomaba su mano.

- ¿A dónde vamos? - le pregunté cuando noté que nos estábamos acercando a un cuarto.

- Estuve preparando esto hace mucho, pensaba decirte que te quería de esta manera, pero te me adelantaste - hizo un puchero y besó mis labios.

- ¿Yo me adelanté? Tú fuiste quien decidió confesarse, amor.

- Admitidlo, no podías sacarme de tu mente - guiñó un ojo. Solté su mano y crucé mis brazos en mi pecho con gesto de indignación. - Ven, vamos, no te enojes, ya verás lo que tengo preparado - dijo mientras me daba un cariñito en el mentón y me tomaba de la cintura.

- ¿Vas a secuestrarme Tomlinson? - empecé a actuar.

- Sí. Quiero robarte y hacerte cosas que jamás se han inventado.

- ¿Cómo qué? - mientras íbamos avanzando, Louis se alejaba un poco de mí.

- ¿No te imaginas ni un poco?

Cerré los ojos y sentí como el peso del cuerpo de Louis me hizo quedar de espaldas pegada a una superficie plana y dura. Abrí los ojos y el brazo de Louis estaba recargado sobre de mí en la pared, impidiendo que me alejara de él.

- Te daré pistas: te quiero hacer mía en este restaurante una vez más.

Mi corazón se puso a latir a mil por hora mientras sentía que mis piernas flaqueaban y temblaban. Tomé una bocanada de aire e intenté que no se notara mi nerviosismo.

- ¿No te enojas si te digo algo?

- ¿Qué? - dijo algo desconcertado.

- Mañana empieza mi regla y no quiero sorpresas. Me gustaría que usaras condón solo por hoy - le pedí.

- ¿Crees que eso me enoja? - preguntó algo ofendido. - Acepto que me gusta hacerlo contigo y sin condón, es una sensación nueva y realmente satisfactoria al final, pero también entiendo que quieras cuidarte; tengo 25 años.

- Perdón - bajé la mirada.

- No, no te disculpes, ahora eres mi niña y no puedes pedir disculpas cada que sientas que hiciste algo mal.

Asentí con la cabeza. Le sonreí y me acerqué a él para besar sus labios nuevamente. Su beso junto con sus caricias me hizo caer rápidamente en el juego que acababa de arrancar. Tomó mi pelo en su mano y me besó el cuello bajando a través de mi escote y haciendo que sintiera como mi feminidad se iba mojando poco a poco.

Solté un gemido y dejé que Louis hiciera lo que tenía que hacer.

- ¿Crees que tu madre me odie si te llevo muy lejos de aquí? - preguntó aún con los labios pegados a mi cuello.

- Tengo dieciocho. No necesito pedirle permiso a mi madre de nada.

Besé su cuello y vi cómo se estremeció discretamente.

- Entonces adelántate si quieres al auto. Yo me quedo a pagar. Te llevaré tan lejos como pueda. Quiero hacer algo diferente contigo - le dio un toquecito a mi mentón para luego hacer que mi cabeza subiera un poco y besarme suavemente los labios.

- Te espero en el auto - dije mientras me acercaba a la mesa donde habíamos comido y tomaba mi bolso.

Salí de la zona reservada para Louis y para mí y me enfrenté a una enorme multitud. Miré el reloj de mi celular. Marcaba las 5 de la tarde a penas. Me quedé perpleja. Bajé las escaleras del restaurante para llegar al piso principal. Mientras caminaba, tropecé con el pie de alguien. Me di la vuelta para pedir disculpas.

- Oh, cómo lo lamento.

- Ah, no te preocupes, fue mi cul... - interrumpió la oración al mismo tiempo que yo abrí los ojos como platos y me quedé mirándolo sorprendida.

- ¿Audrey?

- Joseph, ¿cierto? - adiviné. - No sabes cómo lamento que cada que nos encontremos tenga que ser por culpa de mi torpeza.

- Ah, qué va, la verdad es que agradezco ser golpeado siempre por una mujer tan guapa cómo tú - guiñó un ojo. Sentí como el color subía por mis mejillas.

- ¿Qué haces aquí? - le pregunté amable.

- Junta de trabajo - hizo una mueca. - ¡Cuidado! - exclamó.

Su mano viajó a mi cintura y me jaló hacia él evitando que una charola llena de comida me cayera encima.

- Gracias - le agradecí alejándome de su incómodo agarre. Era incómodo porque me había causado un cosquilleo en el estómago.

- No hay de qué - bajó la mirada a su traje acomodando lo que estuviera fuera de lugar. - Tengo que irme, ojalá y otro día podamos convivir sin necesidad de golpes - rio. - Nos vemos luego - dijo alejándose.

Me despedí de Joseph y salí disparada al parking para pedir el Audi plata de Louis .

El carro flamante había llamado la atención de muchos cuando lo habían traído al lugar de entrega.

Un chico me dio las llaves y me abrió la puerta del conductor para que entrara. Lo hice y manejé hacia adelante para después acomodarme en un espacio vacío enfrente de un callejón. A lo lejos pude ver a Louis saludando a varias personas (la mayoría mujeres) pero señalando su auto a lo lejos. Tal vez les haya dicho que su novia lo estaba esperando.

- ¿Manejas tú o manejo yo? - me sorprendió.

- Mejor maneja tú.

- Déjame pasar, nena.

Me bajé del lugar del piloto y el cuerpo de Louis me acorraló. Me sonrió pícaramente y me dio un beso suave y breve antes de que me acompañara al otro lado del auto para abrirme la puerta y que subiera al asiento del copiloto.

- Por favor - dijo abriendo la puerta.

Hice una reverencia y me metí al auto. Seguido de eso, Louis hizo lo mismo.

- ¿A dónde me llevarás? - le pregunté curiosa.

- Ya verás.

.........................................

Sex InstructorWhere stories live. Discover now