C I N C O

571K 58.3K 249K
                                    

*Yo sé que me quieren matar, pero en la nota final les explico. LES DEJÉ UNA SUPER SORPRESA AQUÍ Y ESPERO QUE LES ENCANTE. Este rico capítulo lo oyen con esta canción: Take you Down de Chris Brown. Es larguito, pero creo que quedó bueno. (?) Mentira, estoy toda insegura. ;( Esperaré sus comentarios.

CINCO


—Hay tres reglas solamente.

El rastro de los besos de Poe seguía sobre mis labios. No me había movido ni un centímetro desde que le dije que aceptaba su propuesta. Él seguía frente a mí, sentado en la cama. Tenía la mano enredada en mi cabello, dispuesto a atraerme en cualquier momento, lo cual era justo lo que esperaba que hiciera.

—¿Cuáles? —pregunté.

Lo susurró sobre mis labios, con los ojos fijos en los míos. Era impresionante cómo me sostenía la mirada siempre. Yo dudaba ante la suya. Me pregunté cómo lo lograba, cómo conseguía parecer muy dueño de sí mismo cuando yo temblaba como una hojita.

—Harás todo lo que yo te diga. No se lo contarás a nadie. Y no te arrepentirás. Son bastante simples, ¿no?

No sonaban tan simples, pero el momento me tenía demasiado influenciada, así que dije:

—Intentaré cumplirlas.

Su sonrisa se ensanchó. Su mano se tensó e hizo una presión suave entre mi cabello. Su otra mano se deslizó por debajo de mi muslo y en un movimiento ágil, como si yo no pesara nada, me atrajo más hacia él.

—No, Alena, conmigo no intentas, lo haces —susurró con lentitud, como un regaño bastante sensual.

Nuestros labios hicieron fricción. Esperé que me besara, que me comiera la boca con imponencia...

Y entonces escuché la voz de Adam, gritando:

—¡¿Alena?!

Mi alma abandonó mi cuerpo y luego regresó. Creí que estaba en la habitación, que nos había visto, pero en realidad el grito venía desde abajo. La calentura se enfrió de inmediato. Me aparté de Poe y me levanté de golpe, alarmada. ¡¿No se había ido?! ¡¿No debía de estar haciendo entregas?! Sin decir nada salí corriendo de ahí, esperando que mi hermano no estuviera ya en el pasillo.

Apenas salí no había nadie, pero escuché que gritó de nuevo:

—¡Alena, baja!

Exhalé para recuperarme y corrí por el pasillo. Bajé las escaleras con moderación y puse cara de que no pasaba nada. Él estaba al pie del primer escalón.

—Dime —respondí con tranquilidad.

—¿Estás ocupada? —preguntó, rascándose la nuca.

Sí, estoy en la habitación besándome con el tipo al que le dijiste que no se metiera conmigo y del que me advertiste no acercarme.

—No —dije con indiferencia.

—Ya hice la primera entrega, ahora debo ir a Senfis a hacer la segunda. ¿Quieres acompañarme? Sé que te has aburrido mucho por no salir y no le veo peligro a que vayamos juntos.

Senfis era un pueblo que queda a dos horas de ahí. Dos horas lejos de la casa... sonaba tentador. Estar con Poe también era tentador, pero cuando Adam me proponía salir yo solía saltar de emoción. Si me negaba ahora iba a ser muy sospechoso. Además, quería saber si él tendría el valor de disculparse.

—De acuerdo.

Nos montamos en el camión de entregas. Durante unos quince minutos todo fue silencio. Me dediqué solo a mirar por la ventana. Mi expresión era seria, parecía casi aburrida, pero por dentro estaba en CAOS.

Mi semana con Poe ©Where stories live. Discover now