Un ángel sin alas

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La primera vez que sucedió yo estaba frustrada porque había descubierto a mi ultimo novio serio engañándome con la que se suponía era mi única amiga verdadera. Ella venia del dinero así que nunca trato de congraciarse con mi madre y eso era suficiente para mí. Brandon era compañero mío en el primer año de universidad y era un chico lindo típico americano.me invito a una cita, luego a dos, en la tercera me beso y en la quinta tuvimos sexo. 

Frustrante y vainilla sexo pero él le caía bien a mi madre y yo quería que ella me aprobara. Sandra había sido mi amiga por seis meses para ese momento y fue ella la que me empujo a salir con Brandon y a llevar las cosas más lejos. Casi un año después él y yo tuvimos una discusión. Brandon quería que nos comprometiéramos y yo no estaba segura. No lo amaba, no estaba enamorada de él, pero mis padres lo adoraban hasta el punto de cenar con sus padres al menos una vez al mes.

En la discusión el alegaba que me amaba y que yo estaba demasiado fría con el todo el tiempo. No sabía que excusas darle pero el sexo con él no me llenaba ni me excitaba como debería. Cuando volví a casa él ya había llamado a mi madre para contarle de nuestra discusión y ella me obligo a volver a hablar con el. No le avise que iba porque no creí que fuera necesario pero cuando llegue a su habitación de la universidad y toque la puerta el me abrió envuelto en una sábana, sudado y jadeando. Cuando mire hacia su cama vi a Sandra tapándose con la cobija.

Ni si quiera pedí explicaciones o les grite. Por mi podían follarse hasta matarse.

Salí de allí y rechace sus llamadas y las de mi madre. Conduje hasta que mis ojos ya no veían y pare en un bar de mala muerte en las afueras de la ciudad. Me quite el suéter quedando con una minúscula camiseta sin mangas . Solté mi cabello y lo revolví para que se viera sexy.

Entre el bar y pedí un tequila y una cerveza. Tome el chupito y luego refresqué mi garganta con una cerveza. Dos cervezas y tres chupitos después un chico se me acerco. Era lindo de un modo rudo. Alto y musculoso con una barba de varios días. Labios carnosos y tatuajes en sus brazos. Se me acerco mientras yo pedía otro trago y antes de pagar él puso el dinero en la mesa

_ Yo invito preciosa_ dijo con voz profunda. Bebimos un par de tragos sin dejar de míranos pero cada vez más cerca. En algún momento mis piernas estaban abiertas y él estaba entre ellas. Descaradamente se poyo contra mi centro y me mostro lo duro que estaba. Se acercó a mi oído mientras sus manos recorrían mi cintura y sus pulgares acariciaron el comienzo de mis pechos

_ dime que podemos irnos de aquí juntos dulzura_ susurro en mi oído y mordió suavemente mi cuello

_ dime que puedes follarme tan fuerte que me olvidare de mi nombre_ susurre en su oído y me molí contra su erección

_ es una promesa_ susurro y después me tomo de la mano para sacarme de allí. Fuimos a un motel barato al otro lado de la carretera.

No le pregunte su nombre ni le dije el mío. Usamos dos cajas de condones y me follo como si fuera el último día de su vida. Fue brutal con sus manos con su boca y con su polla y no me importo, eso era lo que quería. Me vine tantas veces que no podía sentir mis piernas cuando al final me dormí. Desperté unas horas después. El seguía dormido. Realmente era un hombre hermoso y en otras circunstancias me hubiera gustado conocerlo mejor pero no lo hice. Me levante despacio, me vestí y en una sucia tarjeta del motel le escribí una simple palabra

"gracias"

Y me fui para no volver a verlo.

No fue la última vez que hice algo así. Cada vez que me sentía bajo presión, cada vez que alguien me decepcionaba salía al lugar más sucio y barato que podía conseguir, bebía hasta que algún hombre que realmente me gustara se me acercaba y me dejaba follar de la manera más animal que pudiera conseguir. El dolor entre mis piernas los días siguientes mientras cenaba vestida como una niña buena y obediente era mi recordatorio de que podía joder mi vida tan fácilmente como quisiera. Un día podría haber terminado mal. Podría haber terminado con un psicópata o un asesino o secuestrada. No paso.

La necesidad de liberación quemaba en mi sangre. Después de la discusión con Blake necesitaba sexo y algo de brusquedad para sentirme mejor. Sin embargo me era imposible escapar de la casa sin guardias siguiéndome, mucho menos perderme en un bar de mala muerte para ser follada hasta olvidar mi nombre.

Esa noche volví a escuchar los gritos y los lamentos viniendo del tercer piso. Un día... un día me animaría a subir y a ver que escondía Blake allí arriba. 

The Beauty of the beastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora