II. Falso

3.2K 172 34
                                    

"And I try to hold back
the hundred of things
I have wanted to ask.
When you say my name,
the way you stare,
play these games,
it's truth or dare"
- Emmanuel, BASECAMP

○○○

-¡Raoul! ¡Necesito tu ayuda!-Grita el canario corriendo hacia él.
-Lo primero te calmas.
-Vale. Vale.-Dice haciéndo una pausa para respirar.-He dejado a mi novio.
-¿Lo siento?-Dice el rubio en tono de pregunta, sin saber bien qué decir.
-No. No lo sientas, sabes que llevaba tiempo queriendo dejarle.
-Vale, pues no lo siento.

Raoul sigue completamente confundido, es decir, es normal que Agoney le cuente lo ocurrido, eso hacen los mejores amigos, pero sigue sin comprender qué pinta él ahí, para qué necesita su ayuda.

-Me preguntó por qué le dejaba,-Continua el canario.-y no sabía que decirle así qué le dije que en verdad me gustaba otro chico y yo le gustaba y estabamos medio saliendo y me preguntó quién era.
-No me lo digas.-Le interrumpe Raoul.-No me digas que me dijiste a mí.
-Pues si quieres no te lo digo...
-No, no. Vamos que ni de coña. Te has metido en esto solito, ahora lo arreglas tú, a mí no me vengas con estos líos que es que no.-Dice él, empezando a irse.

Agoney sigue insistiendo, tirando de la manga de la camiseta de Raoul y este sigue tratando de ignorar su cara de perrito-abandonado-suplicante que le está derritiendo el alma.

-Ago... No me pongas esa cara...

Él no para de insistir y Raoul que es un cielo, un ángel y la mejor persona del mundo (God bless him) acaba de aceptar. Era eso o derretirse de culpabilidad al ver la carita de Agoney.

-Por qué me meteré yo en estos líos por ti...-Dice en bajo, aunque no lo suficiente como para que su amigo no le oiga.
-Porque me quieres.-Dice el castaño, ahora sonriendo, apoyando su cabeza en el hombro del catalán.

"No sabes bien cuanto..." Piensa él.

Agoney le expliqua que todo lo que tiene que hacer es fingir que son novios durante unos días, lo justo para que su ex piense que es verdad, ya que le ha dicho que les observará unos días. Al catalán todo le parece demasiado extraño y psicópata, y no descarta la opción de denunciar al ex de su amigo por acoso, pero, por el momento, decide hacerle caso.

Continuan caminando juntos por las calles de la ciudad y el canario se para de vez en cuando a mirar los escaparates de las tiendas, momentos que Raoul aprovecha para observarle sin que él se de cuenta, pensando en lo hermoso que es.

-Cariño, cómprame un helado.-Dice Agoney en tono empalagoso.
-No te voy a comprar un helado.-Contesta el rubio, más borde de lo que pretendía.
-Nos está observando.-Susurra el primero a su oído, abrazándole.

Raoul siente un escalofrío al notar la voz, con su hermoso acento, de su amigo (o falso novio, lo que quiera que sea.) tan cerca, haciéndole cosquillas en el oído y se separa con un suspiro.

-¿De qué sabor?
-Que soso eres, podías ponerme un mote cariñoso o algo...
-Mira que estás pesadito hoy, Agonías...
-No. No, no digas Agonías.
-Es un mote cariñoso...-Se burla él, en un intento fallido de imitar su acento.

Agoney hace un puchero y finge enfado, pero se le pasa en cuanto el rubio le compra un helado y salen, cada uno con su helado, a sentarse en un banco a comerlo. El canario, ya cariñoso normalmente con su amigo, está más cariñoso que normalmente, le abraza más, bromea más y está demasiado cerca, y esto a Raoul le estresa, no porque no le guste, todo lo contrario, porque le gusta demasiado y le gustaría que fuera real, no actuado.

Tomar un helado, sentarse en un banco juntos, rozar sus manos o pies fingiendo no darse cuenta... Ser novios. De verdad.

-No.-Dice Agoney mirando su móvil.
-Hey, tranquilo, ¿qué pasa?-Pregunta Raoul, pasando un brazo por sus hombros, casi a la misma altura de los suyos estando sentados.
-Sigue aquí, y no nos cree.-Hace una pausa, visiblemente agobiado.-Quiere que nos besemos.

Raoul aparta el brazo instintivamente, tratando de mantener la calma, pero se le hace imposible.

-No, me metí en un lío del que no podía salir solo y te metí a ti y no quiero que mi mejor amigo salga perjudicado por esto. Además aquí hay mucha gente y tú ni siquiera eres gay y yo... yo no puedo hacerte esto.
-Ago.-Le llama el rubio, pero él sigue muy ocupado hablando demasiado rápido como para entenderle.-Ago, mírame.-Dice tomando la cara del castaño entre sus manos y sonriéndole en cuanto fija la mirada en la suya.-Voy a hacerlo. Voy a hacerlo por ti, no solo como tu novio falso o lo que sea, si no como tu mejor amigo, ¿vale? Te he dicho siempre que estoy aquí para lo que necesites y ahora me necesitas, ya va siendo hora de que te ayude yo a ti en vez de tú a mí y te devuelva algún favor.

Agoney comienza a asentir, pero antes de que acabe el gesto, Raoul ya le está besando, acariciando su pelo. Es precioso. Bueno, tampoco le hacía falta besarle para darse cuenta de ello, pero besándole se lo parece aún más, si es posible. Y lo mejor de ese beso para Raoul, fue que parecía real.

Y que Agoney besaba muy bien.

Tampoco es que tuviese demasiado con lo que compararlo, pero le parecía un buen beso. Quizás lo importante no es tanto como es el beso, sino la persona con quien es, el chico que le roba gran parte de sus pensamientos noche y día.

Dejan de besarse y se quedan mirándose, sonriendo como tontos, ignorando que hay mundo a su alrededor. Caminan un rato más, juntos, rozando sus manos de vez en cuando, hasta que atardece y Agoney acompaña al catalán hasta su casa, allí se despiden con un simple abrazo en el portal, que parece poco para lo ocurrido apenas horas antes, pero es lo que hay.

Y quedan el día siguiente.

Y el siguiente también.

Y el viernes en el cine vuelven a besarse bajo la mirada del ex de Agoney.

Y así durante varias semanas. Algunos días se besan y otros no. Algunos días van a sitios nuevos y otros les repiten.

Parece que el plan se alargue más y más, ya llevan más de un mes en esa situación, pero ninguno de los dos parece darse cuenta de ello o importarle, y llegan a un punto donde realidad y ficción se difuminan tanto que fingir casi es hacerse pasar por mejores amigos.

-¿Nos vemos mañana?-Pregunta Agoney en el portal.
-¿Quieres subir?-Le invita Raoul.-Aún es pronto.

Agoney asiente y Raoul le abre la puerta y pasa tras él. Para Agoney, ese portal es tan familiar como su propia casa, ha habido días que ha pasado más tiempo allí que en su casa, pero parece muy cambiado desde la última vez que estuvieron juntos allí.

O, quizás, los que han cambiado sean ellos y el lugar siga igual.

Entran al ascensor, donde perfectamente entrarían 6 personas, pero se quedan muy cerca el uno del otro. Las puertas se cierran y Agoney, tras pensarlo unos instantes, se lanza a la boca de Raoul, que le sigue el beso abrazándole con ternura.

-Dudo que tu ex esté tan loco como para vigilar las cámaras de seguridad de mi ascensor.-Se ríe el rubio.
-Es posible que la única vez que de verdad nos ha estado observando ha sido en la heladería y el resto me lo he ido inventando, aprovechándome de la situación. Y te confieso que no he fingido en ningún momento, si no me gustara la situación no habría mantenido la mentira.
-Créeme, llevo demasiado tiempo queriendo esto como para ahora fingirlo.-Le contesta antes de seguir besándole, ahora apasionadamente, como si fuese la última vez que pudiese hacerlo y quisiese más.
-Te quiero.-Dice Agoney cuando bajan del ascensor.
-Yo también te quiero, Agonías.

Ragoney | OneShotsWhere stories live. Discover now