EXTRA 1. Amiriam

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"I can see you're real smart.
World class piece of art.
I can see you in the dark.
All we have to do is start."
- Pretty Girl, Hayley Kiyoko

○○○

Los quince chicos se juntan esa noche en una discoteca cualquiera de Madrid, pensando en pasar una noche agradable y divertida todos juntos.

Bueno, realmente son dieciséis, ya que, aunque Cepeda no haya ido (realmente no le han preguntado si quería ir, han decidido que era mejor así), está Bast, que ya es uno más del grupo.

Todos se conocían de antes, aunque fuera de vista, pero se dividían principalmente en dos grupos que se une ron cuando empezaron a compartir su pasión por la música, empezaron a quedar, a hacer sesiones de karaoke improvisado, a ayudarse unos a otros para componer o cuando alguno sufría algún bloqueo artístico...

Pero este día, como decía, es distinto. Hoy han decidido cambiar, salir y desconectar, se lo merecen, llevan mucho tiempo trabajando sin parar, algunos en su nuevo disco y otros haciendo lo posible por conseguir uno.

Todos bailan y cantan en el centro de la pista, riéndose y pasándolo bien, divirtiéndose como buen grupo de amigos veinteañeros. Y entre canción y canción se toman alguna que otra copa.

Alguna que otra copa de más.

Y es cuando esas copas se les van subiendo cuando el grupo empieza a deshacerse y, por acto involuntario y culpa del alcohol, cada uno se va acercando más a quienes le atraen.

Pero no les importa, y hasta parecen no darse cuenta de que Raoul y Agoney, Mimi y Ana, Nerea y Aitana, Bast y Marina... están cada vez más y más juntos.

Y de Raoul y Agoney es normal, al igual que de Bast y Marina, pero el resto se supone que solo son buenas amigas...

Al parecer, Miriam y Amaia son las únicas que siguen medianamente conscientes y pueden presenciar la escena que están armando los otros catorce en la discoteca.

Que sigan medianamente conscientes no quita que Amaia no pare en todo el rato de usar el alcohol como excusa para no separarse de Miriam.

Bailan juntas. Muy juntas. Rozándose la ropa con ganas de quitársela. Piel con piel. Cadera con cadera. Prestando cada vez más atención a la otra e ignorando cada vez más lo que pasa a su alrededor.

Lo cual es una pena, ya que el show que tienen montado el resto es para verlo... Raoul tumbado encima de Agoney  en una mesa de billar y sin parar de besarle, Ana haciendo de striper para Mimi su ida en una silla, Aitana y Nerea liándose en una esquina...

Al final el hombre de seguridad les echa amablemente del establecimiento por "obscenos" y porque hay "más gente en el mundo a parte de ellos"

-¿A quién llamas tú obsceno?-Le grita Agoney tambaleándose.
-Eeeeellaaa, que decía que era tímida...-Se ríe Miriam.-Perdone a mi amigo, se le sube mucho el alcohol. Yo me encargo de que lleguen todos a salvo a casa.

El securata de la discoteca asiente y vuelve a su trabajo.

Miriam, Amaia y alguno más que está en casi plenas condiciones mentales llevan a el resto a sus casas. O a la de otros. Bueno, el caso es que todos duermen en alguna casa esa noche, juntos, separados, en casa de otro... es lo de menos.

-No vuelvo a salir con estos.-Dice Miriam, entrando en su casa aún con Amaia.-Se han emborrachado en menos de una hora.
-Hemos debido de batir algún récord.-Se ríe Amaia.
-Bueno, tú no estabas borracha.
-¿Yo? Eh, buah, sí sí, yo sigo muy borracha aún.
-Que no, Amaia, a mí no me engañas chica.

Amaia la mira perpleja, sin comprender a dónde quiere llegar, con una carita de niña inocente que hace que Miriam quiera protegerla con su vida.

-Amaia, ninguna de las dos hemos llegado a estar borrachas hoy, somos completamente conscientes de todo lo que ha pasado y hemos hecho.
-Ah, ¿sí?

Miriam resopla, dejándose caer en el sofá, cansada de luchar constantemente contra esa chica y sin ninguna aceptar lo que sienten.

-No te hagas la tonta conmigo.

Amaia se sienta a su lado y Miriam apoya la cabeza en su hombro. Amaia peina el pelo de la rubia con sus manos, lo que hace que Miriam se adormezca.

-¿Tú estabas a gusto en la discoteca?-Le pregunta la mayor en un susurro, adormilada.
-Siempre estoy a gusto contigo.-Responde Amaia, también susurrando.

La rubia abre los ojos y se levanta, para ponerse de frente a la otra y mirarle a los ojos.

-¿Lo dices de verdad?
-Claro.-Asiente Amaia.-Me lo paso muy bien contigo, eres muy divertida y una amiga genial...
-No sigas.-Le interrumpe Miriam al oír la palabra "amiga".
-¿Qué?
-En serio, déjalo.
-¿Por qué?

Miriam se queda callada y se separa de golpe, sentándose en la otra esquina del sofá.

Amaia la mira sin comprender nada y sin saber qué hacer. Pero se había prometido a si misma que de ese día no pasaba, así que no le queda otra que arriesgarse.

-Miriam...-La llama.

Logra lo que quiere, capta la atención de la rubia, que se gira y le mira a los ojos, aunque aún les separe más o menos medio metro.

En un rápido y ágil movimiento, Amaia se pone de rodillas sobre el sofá, cerca de la otra chica, y se miran fijamente.

Amaia vuelve a estar confundida, ya que no logra ver ninguna expresión en los ojos de Miriam, siempre llenos de vida y brillo, aunque tampoco ve frialdad, y eso se lo toma como una buena señal.

-Miriam.-Susurra
-¿Uhm?-Susurra la rubia como única respuesta.
-¿No te vas a apartar?
-No.

Amaia se acerca un poco más y acaricia suavemente la mejilla de la otra, apártandole un rizo y colocándosele detrás de la oreja.

-Buah, eres preciosa.

Miriam aparta la mirada y se sonroja, provocándole una risita a la morena que se le contagia durante unos instantes.

Cuando vuelve a fijar su vista en Amaia, esta deja de mirar sus labios para mirarle a los ojos y casi rogarle a la rubia permiso para acercarse más. Miriam asiente muy levemente y se acerca un poco más, al igual que Amaia, que la besa suavemente.

Las dos chicas cierran los ojos inconscientemente, dejándose llevar por todas las sensaciones que ese simple pero mágico beso les transmite.

Amaia le acaricia el pelo y Miriam también empieza a tocarla, dejándose llevar y volviendo el beso cada vez más intenso.

-Eres preciosa, Amaia.-Le susurra casi en su boca Miriam, sin aliento.
-Tú también, Miri.

Ragoney | OneShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora