4. Bello Durmiente

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Preferí no preguntarle más. Demasiadas emociones en un solo día.

"Ponme un puerto de indias, anda" - Le dije

De pronto, noté que alguien me daba una palmada en el culo. Me giré y ahí estaba. Con su inexpresivo rostro, con su inseparable gata "Carpeta".

"Eloise Sapeda, qué coño quieres?" - Pregunté alejándome un poco bastante

"Queréis huevos?"

"¿Cómo?" - Peguntamos Nerea y yo a la vez

"Los traje de mi granja. Tengo muchas gallinas... Y muchos gallos"

"No gracias"

"Bueno, pues haré una tortilla con ellos, tengo que alimentar a Carpeta. Chao guapo"

Me tomé mi cubata de un trago y me giré al escuchar gritos. El chico del pelazo estaba en el suelo y gente alrededor intentaba levantarlo. Me dirigí hacía él, a fin de cuentas era mi futuro marido, no podía dejar que le diera un coma etílico.

El rubio iba ciego de cojones y pensé que lo mejor era llevarlo a un camarote vacío y acostarlo. Quizá así me lo agradecería bien al día siguiente.

Lo recogí del suelo y lo llevé como pude.

Cuando estábamos entrando a la habitación, noté un olor extraño.

"Joder tío, te has tirado un pedo?"

"Me he tirado un pedo como el que llevo jajajaja"

Bueno, al menos era consciente de la situación

Lo acosté y me quedé mirándole.

"Cómo te llamas?"

"Raoul... creo... espera saco el dni" –dijo intentando levantarse, y acabando por darse la ostia del siglo contra el suelo

"No te muevas Raoul" –Le dije mientras lo volvía a acostar en la cama – "Qué coño has bebido para ponerte así?"

"No sé, gente rara me daba cubatas. Y yo pues no soy desagradecido, ¿sabes?" - Dijo sin apenas poder abrir los ojos

Raoul se estaba durmiendo y yo seguía mirándole. La verdad es que el cabrón era guapo. Joder, estaba buenísimo. Y lo tenía a tiro. Pero no, en ese estado no, yo no soy así. Si lo fuera, ya le estaría comiendo la boca y poniéndolo a 20 uñas sin despeinarme. Joder, qué mierda no ser así.

"Gracias por cuidarme" – Dijo justo antes de dormirse

Lo dijo de una manera tan adorable que me pareció super tierno. Aunque también me puso cachondísimo, para qué mentiros, lectores míos.

Decidí irme a mi habitación antes de hacer algo de lo que me arrepintiera. Al día siguiente hablaría con él y con suerte se acabaría ya esta historia.

Antes de irme, le di un beso en la frente y le dije desde la puerta: "Buenas noches, bello durmiente"

¿VICENTE? – se escuchó por el pasillo

RAGONEY,  SOY TU PADREWhere stories live. Discover now