17. Eurovisión a la Carta (de Guerra)

899 96 214
                                    


- "Bueno chicos, ya estamos en el capítulo siguiente" – Dijo Ragoney apareciendo ante nosotros- "Ya os puedo contar la sorpresa"

- "Bieeeeeeeeeeeeeeeeeeen"

- "Nos vamos de excursión. Pero no una excursión normal. Es muy diferente"

- "¿Vicente?"

- "No, Vicente no viene"

- "Vaaa Ragooo cuentaaaa"

- "Nos vamos de excursión a un fic. Nos han invitado, no entiendo porqué pero bueno. Eso sí, no toquéis nada. Es un fic de culto y sólo falta que lo estropeéis. Sólo hay dos plazas. Que son para mis padres. Sorry not sorry"

- "Pero eso es tongooo" – Chilló Eloise Sapeda

- "Para tongo el que sufrieron ellos en el programa, majo"

- "¿En el qué?"

- "Nada, nada"

Un huracán profesional se formó ante nosotros, y el rubio y yo fuimos absorbidos por él hasta caer en una habitación que parecía de otro tiempo, lleno de juguetes con pinta de ser bastante, bastante antiguos.

- "Jo Agoney!" – Decía el rubio maravillado – "Mira cuantos juguetes!"

Escuchamos voces junto a la puerta y nos escondimos bajo un escritorio. Nos vimos entrar a nosotros mismos. Sí, tal como leéis. A nosotros mismos. Pero sus ropajes eran bastante antiguos también.

- "Agoney, ¿qué coño hacen? ¿Porqué se están mordiendo y quitándose la ropa?" – Me susurró Raoul

- "Y yo qué sé, tendrán hambre y calor, Raoul, mira que preguntas estupideces"

Seguimos viendo la escena que por alguna extraña razón nos fascinaba y nos ponía cachondos, cuando de repente, el Raoul de esa dimensión paró y dijo:

- "No sigas... No quiero... No sé.."

No pude más y salí de debajo del escritorio dirigiéndome a ellos.

- "Es que es normal, es que lo hacéis mal, es que eso no se hace así!"

Los dos me miraron con cara de póker, y Raoul salió de su escondite a apoyarme, trayendo algo entre sus manos.

- "Mira Agoney, había estos pequeños ponys entre los juguetes antiguos esos"

- "Genial, ahora os enseñaremos cómo se hace" – Dije haciéndolos sentarse en el suelo junto a nosotros

Les dí los pequeños ponys y nosotros sacamos los nuestros.

Tras varias horas de práctica, por fin jugamos un cuarteto ponyl como se debía.

Frotamos las naricitas de los ponys, enroscamos sus colitas, cepillamos sus pelitos y los hicimos trotar por el suelo con toda la pasión e inocencia de la primera vez.

Por suerte, le había colocado a mi pony un sombrerito fucsia, lo cual me protegería de embarazos. Que sólo faltaba que Ragoney naciera y que su otro padre pudiera ser yo mismo en otra dimensión.

Seguimos jugando durante horas, haciendo chocar los cuatro ponys, haciendo carreras entre ellos... hasta que todo terminó haciéndolos relinchar al unísono. Nos acostamos en el suelo agotados.

- "Es mucho mejor de lo que imaginé" – Dijeron los Raoules casi a la vez

Ragoney apareció ante nosotros con cara de pocos amigos. No le dio tiempo a abrir la boca. Otra figura empezó a formarse a su lado. Una figura pelirroja que se puso a a hacer fotos a cosas random con la app HUJI, justo antes de mirarnos con el ceño fruncido.

RAGONEY,  SOY TU PADREWhere stories live. Discover now