La ruleta se detuvo de nuevo y todos nos acercamos a ver qué coño tocaba ahora...
¿Blancanieves? ¿Enserio?
Otro huracán profesional se formó ante nosotros y nos llevó con él hasta caer en un bosque.
- "Joder con los huracanes" – Dije – "No pueden pará el aira?
Me miré. Llevaba un vestido azul, tenía la piel blanquísima y tenía tetas. Genial. Era blancanieves.
- "Agoneeeeey" – Escuché que me llamaban. Los otros 7 estaban corriendo hacia mi, convertidos como no, en los 7 enanitos.
- "Eh Agoney" – Se rió Raoul – "Que te han puesto tetas"
- "Y tú sigues con la misma estatura"
- "Imbécil"
- "Idiota"
- "Vale, estamos en el cuento de Blancanieves" – Dijo Nerea – "Así que para salir de aquí, hay que evitar que Blancanieves se coma la manzana envenenada"
- "No soy yo mucho de manzanas" – Dije con aires de superioridad – "Así que no habrá problema"
- "Bueno, tú ve a la casita y espéranos allí. Nosotros tenemos que ir a trabajar a la mina y al volver hacernos los sorprendidos."
Los enanitos emprendieron el camino al trabajo felices y contentos, entonando una canción que se habían inventado Alfred y la chica castaña:
- "Y ahora nos vaaaaamos, y juntos trabajaaaamos, que aquí todoooos estaaamos, bajo el mismo sooool"
Llegaron a la mina y se pusieron a trabajar. Todos menos Amaieta, que miraba al horizonte empanada perdida.
- "Amaieta" – Dijo Alfred acercándose – "Qué miras así de empanada?"
- "Bua, lo siento. Es que me encanta... bua, me encanta mirar a los aspersores"
- "Sí, echan agua a veces"
Y después de esta emotiva conversación, volvieron al trabajo.
La noche cayó y los enanitos terminaron el trabajo. Emprendieron el camino a casa felices y contentos, pero en silencio porque tenían que hacer bondad vocal.
Llegaron a la casita y les recibí mientras varios pajaritos me peinaban.
- "Raoul, eh Raoul" – Dije riendo – "¿Qué BAJO has caído, no?"
- "Mira Agoney, que te den"
- "Que es brometaaaa" – Dije
Pero Raoul se había enfadado de verdad y se había encerrado en el armarito de la cocina. Fui tras él y le dije:
- "Jamás pensé que tendría que decir esto en público pero... Raoul sal del armario por favor"
Mientras tanto, Eloise Sapeda charlaba con la chica castaña:
- "Qué bien se ve... Me trae loco su figura... Ese trajecito corto le queda bien... Combinado con su lipstick color café"
- "Cuando crees que me ves, cruzo la pareeeed" – Dijo Aitana huyendo de él y estampándose contra la pared, lógicamente.
- "¿Vicente?"
De repente, llamaron a la puerta.
- "Es la bruja seguro" – Susurró Nerea – "Ya sabes lo que NO tienes que hacer, Ago"
- "Ay por favor, Nerea. No voy a caer en una trampa tan tonta como una manzana envenenada" – Dije mientras abría la puerta.
Ante mi, había una bruja que me sonreía y que me ofrecía... Oh dios mío... Un jugoso y apetecible plátano...
- "Mierda" – Dijeron los enanitos – "No Agoney, noooo"
Pero no podía resistirme, ese plátano era demasiado apetecible. No podía resistir la tentación... Estaba... Estaba a punto de morderlo...
De repente, Raoul salió del armario (badum tsss) y con un triple salto mortal, se lanzó contra el plátano y se lo comió antes de que yo pudiera tocarlo.
-"No no no noooooo" – Canté
- "No pensarías..." – Dijo Raoul desde el suelo mientras iba cerrando los ojos – "Que iba a dejar que te enveneraran, Agonías... No no no noooo"
Todos nos quedamos mirando en silencio. Raoul acababa de dejarse envenenar por mi. Me sentía triste y cachondo a la vez.
El cielo se abrió y oímos la carcajada de Rickoney: "Uno menos jajajaja no pensé que iba a caer alguien tan pronto"
El cielo se volvió a cerrar y otro huracán profesional nos devolvió a la puta habitación de siempre.
Nos sentamos todos alrededor del cuerpo de Raoul. Es difícil ponerse triste cuando eres un personaje de fanfic absurdo lleno de referencias y chistes malos, pero era nuestro amigo el que estaba ahí, inerte. En mi caso, el padre de mi hijo. Oh, mierda, mi hijo...
- "Ragoney!" – Grité
- "Queeeee" – Escuché en mi cabeza
- "¿Estás vivo? Cómo es posible?"
- "Sabía que en algún momento la ibais a cagar, así que reuní las 7 bolas de dragón por si hacía falta revivir a alguien, pero sólo puede usarse una vez. Así que no la caguéis más"
- "Vale, ¿qué tenemos que hacer?"
- "Tenéis que formar un círculo a su alrededor y empezar a gritar a la vez estas palabras que os he anotado en este papel" – Dijo mientras se materializaba un papel en mis manos.
Todos nos colocamos en círculo alrededor del cuerpo de Raoul, y empezamos a gritar las palabras:
-"¡¡¡RepescaRaoul... RepescaRaoul... RepescaRaoul!!!"
Raoul abrió los ojos y se levantó ante nuestras atónitas miradas.
Me dejé llevar por la emoción y me lancé a sus brazos dándole un morreo de 7 segundos y dos décimas, que obviamente él me devolvió porque nadie se resiste a mis besos.
- "Agoney, hemos tardado 14 capítulos en besarnos. En otros fanfics ya irían por el noveno polvo"
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RAGONEY, SOY TU PADRE
FanfictionEl joven y apuesto Agoney se encontraba trabajando en un festival entre borrachos y otros seres que empolvaban su narisss, cuando de repente recibió una visita inesperada que le pedía cumplir una misión más inesperada todavía.