RAGONEY, SOY TU PADRE

20. El secreto de Eloise Sapeda

El día se presentaba aburrido. No teníamos noticias de Rickoney y estábamos vagueando por el sofá de aquella puta habitación.

Me di cuenta de que Raoul estaba mirando la tele encendida, y me acerqué a él.

- "¿Qué estás viendo?

- "No me hables Agoney, eres un cobarde" - Dijo sin mirarme

- "¿Cómo?"

- "¿Cómo puedes hacer eso?" - Dijo levantándose y encarándose conmigo - "Te vas a Alemania, con el Jordi ese, y ni me lo dices ni eres capaz de aceptar tus propios sentimientos... ¡cobarde!"

- "¿Pero de qué coño hablas?" - Dirigí mi vista hacia la tele y vi que salíamos nosotros mismos en ella.

- "¿Qué es eso?"

- "No sé, salía en recomendados,' No me acostumbro a perder' se llama. ¡Pero no me cambies de tema, Agoney! ¿¿Y desde cuando coño fumas??"

- "Raoul, que no soy yo, que es otra dimensión, ¿no lo entiendes?"

- "Ahhh claroooo, el señorito me hace daño en otra dimensión y yo me entero por la tele y encima no puedo quejarme!"

- "¡Te recuerdo que tú dejaste embarazada a una mujer en otra dimensión!"

- "¡Y tú te liaste con Alfred en otras!"

- "¿¿Enserio??" - Dijo Alfred visiblemente interesado.

- "¡Y tú siempre dudas de tu orientación sexual en casi todas las demás y me lo haces pasar peor! ¡ Por una vez que me ponen a mi a dudar en algo, no te quejes!"

Raoul iba a responder pero la rabia me estaba consumiendo. Sin mediar palabra, le cogí de la sudadera y le estampé contra la pared, besándole intensamente mientras mis manos se perdían entre su pelo.

El rubio (como era de esperar, porque soy irresistible), me siguió el beso y empezó a deslizar suavemente sus manos por dentro de mi camisa. Nuestras respiraciones se aceleraban y nuestras manos recorrían ya nuestros cuerpos cada vez con mayor intensidad mientras nuestras ya más que evidentes erecciones empezaban a rozarse.

- "¿QUÉ COÑO ESTÁIS HACIENDO?" - Ragoney apareció en la habitación mirándonos con mala cara - "¿pero donde os pensáis que estáis?"

- "Oye pero déjalos que sigan, ¿no?" - Dijo Alfred

- "¡En 'Ragoney soy tu padre' se juega a pequeño pony! No se hace ese extraño ritual de apareamiento de otra dimensión que por cierto tiene toda la pinta de ser aburridísimo"

- "Es que..."

- "¡Ni es que ni es qua! ¡Voy a tener que prohibiros las excursiones a otros fics que luego mirad lo que pasa! ¡Y ahora sentaos y no me lo hagáis repetir, padres!"

Nos sentamos avergonzados junto a los demás, y Rago continuó hablando:

- "A ver.. Que Rickoney tenía cita con el urólogo. Entonces hoy tenéis el día libre. Haced lo que os de la gana pero sin salir del fic, que os conozco!"

Rago desapareció y el resto nos quedamos sentados en silencio sin saber qué decir.

- "Podríamos jugar a algo"

- "¿Verdad o atrevimiento?"

- "Qué original... pero venga"

- "Eloise Sapeda, ¿verdad o atrevimiento?

- "Verdad"

- "¿De donde te viene esa obsesión conmigo?" - Pregunté sin rodeos

Eloise Sapeda no cambió la expresión de su rostro, como era habitual, pero su piel fue palideciendo y sus ojos se dirigieron a un lado, en una clara señal de estar reviviendo un flashback.

- "Un momento" - Dijo la presentadora de First Dates mientras le enchufaba el cable en la frente para que todos viéramos el flashback - "Yass"

- "Empezaré desde el principio..." - Dijo mientras una pantalla aparecía ante nosotros y empezábamos a ver las imágenes de una sala de partos.

"Enhorabuena, Señor Sapeda, ha sido niño"

"Joder, llora desafinado, no?"

Mi primera crítica, ya sólo nacer. Imaginaos cómo me sentó. Decidí que desde entonces no lloraría, ni reiría, y mi rostro siempre mantuvo esta permanente expresión.

En la guardería, tuve mi primer desamor y me compraron a carpeta, que no crece porque es prima segunda de Doraemon y tiene poderes.

Cuando empecé el instituto, me uní a los malotes. Por intentar ser popular, supongo. Nos metíamos con la gente por diversión. Hasta que un día, me metí con la persona equivocada. Pasó junto a mi, y le grité lo primero que se me ocurrió:

"¡¡MARICÓN!!"

El chico se dio la vuelta, me miró desafiante y me dijo:

"Kien es el maricon aki?? yo o el cagado k se esconde tras una breve y triste palabra y no tiene lo k hay k tener pa' decir su nombre?? Si tan grande eres.. Atrévete a decirme tu nombre...k yo m encargo de k tu nombre lo graben en una lápida...xcierto...Me Das PENA... ;)"

Dicho esto, se fue. Y yo me quedé desolado porque comprendí que me había enamorado de él.

- "Eso no tiene sentido"

- "Es ragoney, soy tu padre"

- "Cierto. Continúa"

Pues eso, jamás lo volví a ver y tras varios años ... por fin... lo volví a encontrar....

Sapeda terminó su narrativa y clavó sus ojos en mi.

- "Eres tú, agoney.. Eres tú.. Como el agua de mi fuente..."

- "¿Vicente?

- " ....como el fuego deee mi hogaaar"

Un escalofrío recorrió mi espalda. Exactamente igual al de la primera vez que lo vi en el barco.

- "Y por eso te preparé esto, para cuando me reconocieras..." - Dijo poniéndose de pie y empezando a cantar.

- "Cada vez que la noche llega a tu peloooo... de cada estrella blancaaaa yo siento celoooosss... y cada vez, cuando amanece cada vezzzz...me siento un poco maaaas de tu mirada presooooo"

Todos se levantaron mientras le hacían los coros y me rodeaban:

- "Te quierooooo, te quierooooo... Eres el centro de mi corazooooon Te  cueroooo... Te cueroooo.....  Como la tierra al soooool"

- "Raoul, ¿¿qué coño haces??" - Dije al verlo entre el coro

- "Jo, Agoney, que es pegadiza"

- "HOLA A TODOOOOOOOOOOOOOOOOOOS" – Sonó sobre nuestras cabezas. Rickoney estaba de vuelta.

Todos dejaron de cantar y se sentaron como si nada hubiera ocurrido. Y Rickoney continuó:

- "Tengo una sorpresita para vosotros"

- "Miedo. Amaia Romero."

- "Vais a sufrir un poco"

- "Me conformo. Amaia Romero"

- "No deberíais, un oscuro mal os acecha"

- "Que nos sigan las luces. Alfred García."

- "¡BASTA YA DE GILIPOLLECES! ¿Vais a atenderme o no?"

- "Ok. Roi Méndez"

El huracán profesional de siempre nos llevó a... ¿...Dónde coño estábamos...?

Continuará.... Espero...