Capitulo 49

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POV Jazmín
- ¿Estas bien? -le pregunte a Flor.
- ¿Qué? Ah sí... estoy bien.
- ¿Segura? No pareces estarlo mucho. -Me entro algo de jabón en él ojo, es todo.
¿Tienes tus cosas?
-Ahh sí.
-Bueno... vamos al auto.
Flor tomo todo incluyendo algunas cosas para almorzar y subimos al auto. Creo que Flor de verdad pensaba que yo era muy tonta o algo. Siempre que algo andaba mal y yo trataba de ayudar ella simplemente me evadía. Comenzaba incluso hasta a acostumbrarme.
Seguro ella era de esa clase de personas que creen que huir del problema hace que desaparezca cuando posiblemente lo mejor que pueden hacer es hablarlo...
Si tan solo ella supiera que puede hablar conmigo de que lo que sea y que yo sin duda haría lo que estuviera en mis manos para ayudarla.
Los primeros 10 minutos de camino ella me fue totalmente indiferente. No me hablaba y mucho menos me miraba. Tenía su vista clavada al frente del camino y a decir verdad... algo perdida.
- ¿Segura que estas bien Flor?
-Claro. ¿Por qué no habría de estarlo?
-No lo sé. Te siento distinta. Más... distante de lo normal.
-Ya veo.
- ¿O es que siempre has sido así? -Tal vez di en el clavo... o tal vez no. Solo sé que su expresión cambio aún más después de ese comentario. Creí que realmente no iba a responderme, pero después de unos momentos ella lo hizo.
-No. No siempre fui así. Pero... honestamente Jazmín, llevo ya mucho tiempo sin ser yo misma. Creo que podría terminar por acostumbrarme. Y tú también.
-Era ya básicamente normal para mí no entender una palabra de lo que ella o Vir decían. En él acto de pensar todo
esto bostece sin querer.
- ¿Estas cansada?
-De verdad que no sé por qué. Pase una noche como hacía mucho que no lo hacía y aún sigo cansada.
-Pues... te invito a ponerte cómoda. La costa no queda tan cerca de aquí. Duerme, que yo te despierto cuando lleguemos.
-Mientras decía eso ella puso su mano en mí pierna. No tenía muy en claro lo que fuera, pero, un simple toque de la chica a mí lado era capaz de muchas cosas. Desde que la conozco Flor venia solamente dándome confianza sobre mí misma. Creo que, con ese simple toque, con tan solo tener su mano sobre mí yo sería capaz de cualquier cosa... volar incluso. Unas ganas incomprensibles de darle la mano surgieron dentro de mí, y cuando estaba a punto de hacerlo, ella quito la suya y la devolvió al volante del auto.
Desde que estoy aquí, desde él poco tiempo que he tenido uso de razón no he comprendido muchas cosas. Quien realmente era, de donde venia. Pero ahora otra razón había llegado a encabezar la lista, y esa era, lo que siento en mí interior cuando estoy con ella. Por que siempre que me habla, como si fuera un robot yo dejaba de hacer cualquier cosa que hacía, por
que los nervios se apoderaban de mí cada vez que teníamos él más mínimo contacto, por que estas ganas tan enfermizas de acordarme de ella. Había momentos en lo que no me interesaba saber nada de nadie, pero saberlo todo de ella. Porque cuando me mira a los ojos es como si, él resto del mundo desapareciera y solo estuviéramos las dos. Ella y yo.
Di tantas vueltas a estas dudas en mí cabeza que acabé por quedarme dormida en él auto. Llevaba mucho tiempo que a mí mente solo llegaban imágenes confusas. Intentaba día a día descifrarlas, unirlas, relacionarlos con algo, lo que fuera... pero nada. De un momento a otra acabe imaginando... soñando con él día de mí boda.
La iglesia, los arreglos, mí vestido. Todo era absolutamente perfecto. Ahí estaba yo, caminando con un ramo de flores en mis manos y un gran velo cayendo por mí rostro. Estaban las pocas personas a las cuales realmente les tenía cariño y confianza. Incluso creo que pude divisar a mí familia por él lugar. Al llegar al altar caí en la sorpresa de que me encontraba sola.
¿no se suponía que él estaría aquí esperando por mí?
Un minuto. Dos minutos. Nada. Aun no llegaba nadie. Un minuto más y sentí pasos detrás de mí.
Volví mí mirada y entonces lo vi. Arreglado, seguro, apuesto y perfectamente despeinado como siempre. Ahí estaba Octavio, sonriente y con toda la gracia que lo acompañaba siempre. Sonreí al verlo y le ofrecí mí mando para que llegara hasta mí. Justo en ese momento de la nada, apareció Flor del otro lado. Iba vestida de blanco al igual que yo y con una sonrisa que podría jugar era la más grande que daría en su vida.
-Jazmín... Jazmín ven. -Escuchaba como me llamaba Octavio. -Jazmín... amor. Tú sabes cuan felices somos. Ven.
Ahora era él él que me tendía la mano y me llamaba para que fuera con él. Por él contrario, Flor no hacía absolutamente nada. Estaba ahí, parada, más hermosa que nunca con una sonrisa radiante con un claro "te espero" en la mirada.
-Jazmín. Jazmín ¡Ven! -Ahora solo miraba a Flor. Como ya dije, cuando ella me miraba yo era incapaz de hacerle caso a algo más. - ¿Qué hay de nuestros sueños? ¿Qué hay de
nuestros planes? Jazmín... ¿Qué hay de mí? -Solo hasta entonces lo mire, mire la clara preocupación reflejada en su rostro, su mano estirada hacia mí. Increíblemente no me importo y creo que tomé una decisión porque volví a mirar donde Flor.
Ahora la sorprendida era yo. Flor no estaba más ahí. Era como si nunca hubiera estado, no había un rastro, un aroma, nada en absoluto.
-Jazmin por favor tienes que venir -Insistía Octavio-Jazmín. ¡Jazmín!-
-Jazmín... Jazmín por favor vida mía despierta. -Sentí que alguien sacudía mí cuerpo y entonces abrí los ojos. Los abrí solo para que se toparan con él par más bello que había visto en mi vida hasta ahora. Era extraño, de verdad que había tenido un sueño pesado. Sentía como si me hubiesen dado un gran golpe en la cabeza.
-Heyyy hola, ¿estás bien? ¿Te pasa algo?
-Son hermosos -Dije completamente sin pensar.
- ¿Perdón?
-Tus ojos... son hermosos. -Ella se ruborizo y lo encontré él gesto más tierno de la vida.
-Ahh... gracias. Ahmmm llegamos Jaz.
- ¿Qué? -Dije tallando mis ojos con las manos.
-La playa... llegamos. -Miré hacia afuera del auto y me di cuenta, podía ver la costa y él olor a sal y humedad se había intensificado. Él clima no era él mejor, pero eso no impidió que todo esto hiciera efecto en mí. Él sol estaba arriba, aunque cubierto por un par de nubes. Él viento que movía las hojas de las pocas palmeras que había en él lugar, la perfecta sincronización del las olas. En tan solo un par de segundos él lugar acabo por atraparme - ¿Vienes? -Una voz me saco de mis pensamientos.
- ¿Qué?
- ¿Qué si piensas venir? -Ella estiro su mano y a mí mente en menos de un segundo se vino aquella imagen de mí sueño. La única diferencia es que esta vez no dude, esta vez no me quede solo mirando.
-Contigo... iría a cualquier lugar. -Dije tomando su mano y deleitándome con la sonrisa que me regalo a ese comentario.

POV Flor
La idea de pasar un día alado de ella en esa playa, aún si ella no entendía ahora lo mucho que significaba para mí, me encantaba.
Puede que ahora parezca una mediocre conformista, pero... tenerla aquí, entera junto a mí, es mucho más de lo que imaginaba que pudiera pasar años atrás. Tome las cosas del auto una vez que logre sacarla a ella y caminamos hacia la playa.
La lleve hasta un punto donde solíamos sentarnos siempre que veníamos cuando éramos jóvenes. Extendí él mantel sobre la arena y saqué un par de cosas de la canasta.
-Jazmín... tu sándwich, ¿lo quieres dulce o.… salado? -ella ni siquiera me miraba.
Estaba ahí parada dándome la espalda, pero de frente al océano. Se le notaba tan tranquila que incluso parecía que dejo de respirar ahí.
- ¿Jazmín? -Me pare y fui hasta ella. -Jazmín ¿pasa algo? -Solo me puse frente a ella esperando una respuesta. No la conseguí hasta un instante después que sus ojos se clavaron en los míos. Los suyos brillaban más de lo normal. Estaba claro que en ellos estaban varias lágrimas luchando por contenerse. - ¿Quieres que... que regresemos? Dime. -Y entonces exploto. Solo que no supe con exactitud si en llanto o en risa. Solo sé que ella comenzó a llorar, pero tenía una sonrisa que no había visto hasta hoy en su rostro.
- ¿Irnos? ¿Estas loca Flor? Esto es hermoso. -Y no mentía. No era para lo que uno viene principalmente a la playa, pero él lugar no dejaba de transmitir serenidad. Él aire salado golpeaba tu rostro y casi podías sentir como de a poco se limpiaban tus pulmones. Era no de mis lugares favoritos. O al menos lo era hasta que ella se fue de mí vida. Desvié un momento mí vista del mar para mirarla a ella. Tan cautivadora como siempre, desde el día que la conocí.
-Muy hermoso -Dije aun mirándola. Lentamente la dirección de su vista cambio del océano hasta a mí. Me sonrió como solía sonreírme y sentí un pequeño toque en mí mano que no era más que la mano de Jazmín, pidiendo permiso para tomar la mía. De inmediato la acepte y esta vez ella entrelazo nuestros dedos. Las ganas de besarla se habían apoderado de mí, me sentía como una adolescente de nuevo. Era el momento y él lugar perfecto para hacerlo, y hubiera sido así si, en ese pequeño roce de manos no hubiera sentido él anillo que traía con ella.
Entonces y solo entonces me detuve. Detuve mis impulsos, detuve mis ideas, detuve todo. Todo y solo la quede mirando. Quería que pareciera lo más normal de la tierra, pero sabía que no seria así, sabía que mí mirada le estaba suplicando a gritos no dejarme que la suelte. No dejarme que me aleje de nuevo de ella.
-Este lugar es digno de compartirse. Es raro, pero... solo me gustaría compartirlo contigo Flor.

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A pedido del publico, uno mas y no....
😊
Disfruten y la seguimos mañana...

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