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—No me vengas con esas malditas palabras, antes caí ahora no.— le dejó claro Siena a Patrick, estaba frente a él con tanta rabia que podía desbordar de ella en cualquier momento— No soy una estúpida.— le recordó apuntándolo.

—Solo quiero hacer las paces. Que nos llevemos bien. — pidió con sinceridad, ella lo último que quería era eso— No te pido que nos cacemos o que tengamos hijos, solo que me des una maldita oportunidad.

—Eso mismo me dijiste cuando nos conocimos... Míranos ahora, no soy la cuarta parte de lo que era, me dejaste mal por no poder defender lo que teníamos. No pretendas ser bueno cuando en verdad fuiste y eres un maldito mentiroso y te satisface ver como sufro. Como sufrí en aquel entonces...— le ordeno apretando la mandíbula, su respiración era agitada y sus mejillas estaban rojas.

—No quería que eso pasara. — admitió él.

—Pero no lo detuviste...

—¿Que querías que hiciera?— pregunto alterado y alzando las cejas, puso sus manos en su cintura— Que fuera por todo el cuartel diciendo que nos amábamos, que eras mi amor, querías que lo dijera frente a todos y dejara de lado que era capitán...— comento.

—No...— Ella negó repetidamente con suavidad y sin mirarlo a los ojos— Solo que ellos lo supieran para que me dejaran en paz... Para que ya no me humillaran... Y que me pidieran una maldita disculpa, porque realmente odie cada momento en ese cuartel, odie saber que tú estuviste detrás de todo eso y no me lo dejaste claro, al menos lo hubieras hecho para no quedar como estúpida...

—Yo no fui quien lo hizo... Entiéndeme. — rogó él con desesperación— Yo te amaba, eras lo mejor que me pudo pasar y era lo último que quería te paz...— le dio una bofetada callándolo de una vez, Patrick sintió muchos golpes durante toda su vida, maltratos y ese fue el que más le dolió, el que atravesó su piel como hierro caliente y se instaló en su corazón.

—No solo es eso... Es el ser cobarde frente a mi padre... Tus amigos me humillaron, crearon un chisme que era falso y todos me miraron como una perra, me rendí al darme cuenta que ellos me odiaban y no podría jamás ganarme su cariño o su respeto, pero ver que frente a mi padre eras un miedoso, que no te atrevías a contarle nada, eso me dolió más... Cuando me entere que estabas detrás de todo lo que me paso... Cuando Julieth me dijo que tú eras el culpable de todo... Y...— se quedó callado conteniendo las lágrimas que querían salir, no había llorado en mucho tiempo, pero parecía que siempre era la causa para ello— Y enterarme que te habías acostado con ella fue lo que rebaso mi persona.

—Tengo que explicarte todo. Decirte la verdad de todo lo que sabes... Nada de eso es verdad. — Siena negó alejándose de él.

—Estamos bien así... Te odio de la manera que jamás te han odiado... Detesto mirarte y a ellos también, me repudia estar aquí junto a ustedes. — aclaro con asco en la voz.

—¿Porque estás aquí?— le pregunto caminando a ella, Siena trato de moverse, pero como digno de su rango y su inteligencia y agilidad, la tomo de los codos y la estrecho contra él, Siena tembló al sentirlo tan cerca, lo único que los separaba era una pequeña línea de ropa— ¿Porque sigues temblando cuando te tengo así?— ella forcejeo pero él le paso un brazo por detrás y la junto más, era intenso aquello y le gustaba muy en el fondo —¿Porque te muerdes la lengua para no hablar... Y sigues dejando que tu cuerpo hable. — pregunto contra su mejilla, Siena cerro los ojos con fuerza, su aroma la invadió de golpe, su barbilla que recorría la mejilla bajo hasta su cuello, en un reflejo lo tomo de las caderas como siempre lo hizo, como muchas mujeres, ese era uno de sus puntos débiles— Sigues siendo la misma que conocí... Negándote a algo que sabes bien a donde va.— su aliento le golpeó el cuello y sintió sus labios en este, apretó sus manos a él y pidió ayuda celestial, eso que pasaba ahí no era bueno, tenía que pararlo, era el culpable de muchas cosas y no lo cambiaría nadie.

Fuerzas Especiales: Siena [EDITANDO]Where stories live. Discover now