Fuerzas Especiales: Siena [EDITANDO]

2.1

Los días por la espera del correo se hicieron largos, siete días corriendo para escapar de Patrick, de Julieth y del deseo que sentía cada que miraba a Patrick, pero dándole rienda suelta al odio, que no era mucho en ese momento, quería verlo de la misma manera que antes, mucho antes de que Ben y Jack le dijeran eso o mucho antes de que se besaran, solo quería sentir algo más fuerte que el amor, aunque estaba de por medio el descubrir quién era el culpable de todo, tenía que descubrir algo y si él era el culpable con el dolor de su corazón lo entregaría ante los generales y si era orden, ante el presidente. Se detuvo frente a la línea límite del campo de tiro, con un M4 recargado en su hombro, sin auriculares y con una gorra negra que nunca faltaba en su entrenamiento, tomo el rifle con fuerza y tenso su cuerpo, ya había ajustado todo y se había acomodado un sin fin de veces, por si alguno del equipo Alfa se encontraba cerca, no podía dejar que la miraran entrenando de esa manera tan maestra, suspiro cerrando más la mano derecha y disparándolas primeras balas, su cuerpo se movió un poco y su hombro sintió la fuerza del rifle, le encantaba todo eso, lo amaba demasiado.

—Es extraño. — escuchó la voz de Gabriel detrás de ella, se había detenido y se acomodaba mejor el rifle, pero no lo había visto llegar, se giró a él con una ceja alta, no sabía porque decía eso.

— ¿El qué?—preguntó bajando el rifle con cuidado, puso el seguro y se lo colgó del hombro, Gabriel se cruzó de brazos mirándola sin decir nada, podía parecer a la defensiva por la manera tensa de su cuerpo, la manera de pronunciar las palabras y hasta la manera de tomar fuerte el rifle, pero quería verse serena, tranquila a pesar de todo.

—Que manejes tan bien un rifle de asalto que solo las fuerzas especiales llevan.— aclaro alzando los hombros, Siena se movió un poco a él, haciendo que se alejara y pusiera frente a él una Glock 17, al parecer esa arma nunca la dejaba, a donde quiera que fuera la llevaba consigo.

—Estoy aprendiendo, no veo nada malo.—se excusó como niña buena, pero algo sabía Gabriel que ella no, aparentaba ser algo inteligente, pero era mejor que eso, tenía una mente brillante.

—Siena, por mi puedes hacer circo, maroma y teatro, pero una cosa te digo, Patrick te va a descubrir. —cerro los ojos dejando caer cualquier defensa, lo miro a los ojos sin saber que decirle, él solo se alejó un poco más para disparar su arma, tiros al blanco y sin dificultad alguna, después de cinco tiros giro a verla— Tienes que controlarte, manejar bien tus reacciones y la manera de hablar frente a ellos, de otra manera nada saldrá bien. — dijo dejándola con la boca abierta, sabía más de lo que ella.

— ¿De qué hablas? —preguntó queriendo parecer desinformada en el tema que él hablaba.

—De que lo amas más de lo que él cree, ¿de qué otra cosa?—le pregunto confuso, ella dejo salir todo el aire contenido, claro, hablaba del amor que tenía hacía Patrick, no de otra cosa.

—Bueno, hay... Hay amores que no se ocultan, aún que se quiera. Este es mi caso, por más que pretenda hacer que no lo amo y lo odio, Patrick fue mi primer amor, con el que planeé una vida fuera y dentro del servicio, no se olvida jamás. —se justificó ella inocente de otra cosa, Gabriel ladeó la cabeza y suspiro— Es como algo que quieres ocultar pero siempre está ahí, presente y dándote en la cabeza una y otra vez, fue duro para mi alejarme, mantenerme tanto en pensamiento alejada de él, al final no conseguí nada, Patrick esta como lo estaba antes, ni siquiera los años pueden sacarlo de mi corazón. —dijo con franqueza.

—No conozco su historia, ni tampoco, por qué terminaron, pero ambos se amaban aún. —le dijo sincero— Lo sé porque él me lo dijo, porque lo miro cuando están cerca. Cuando comen separados pero él te está mirando, lo miro en cada momento que alguien menciona el nombre del otro y cuando regresábamos, la preocupación que reflejaban sus ojos al verte mal. — Siena miro al piso, que alguien ajeno a ellos y que no los conociera notara eso, quería decir que era porque los dos ya estaban demasiados cansados de aparentar algo que no era.