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Esa misma tarde el correo que esperaban había llegado, no tardaron mucho en localizar en el mapa el lugar a donde irían, pero tampoco en darse cuenta de que era peligro, entrada por salida, los siete en el helicóptero trasportando equipo especial y medicinas, Siena se puso de acuerdo con Patrick y Gabriel quienes eran los más capacitados para escuchar su plan de vuelo, además de tener dos planes más de reserva, para escapar por tierra o por mar, habían entrenado mucho esa tarde y planeaban irse la mañana siguiente a muy temprana hora, así podían llegar antes de que el sol apareciera, lo único que inquietaba a Patrick era saber que había rebeldes en esa zona que traficaban armas y mujeres, Siena no manejaba del todo las armas y Támara no sabía más que disparar y cargar.

Pero una de ellas tenía un secreto guardado.

—Llegaremos pronto.— anunció Siena después de unas largas horas de silencio, llevaba un uniforme negro, sin rangos y con mucha protección, agradecía internamente que Ben se lo hubiera dado, se estaba comportando muy bien pero se negaba a ser amable con él, no olvidaba— Apagare las luces y volaremos a ciegas.— dejo claro apagando todo con aplanar algunos botones, Patrick la miro tenuemente por la luz de la luna, se miraba relajada pero él no lo estaba en lo absoluto, esos lugares eran traicioneros.

—Al aterrizar aremos una línea de fuego, este lugar es conocido por traficar armas y mujeres. — les dio la orden, Támara respiro profundo, hasta ese momento no se había sentido más miedosa, no era para esos campos, estaba a punto de desmallarse.

—El lugar de aterrizaje está a quinientos metros, dejaré la carga a doscientos metros, pero me temo que será algo rápido. — dijo mirando con atención el lugar, Patrick se puso de pie y camino a ella, ¿de qué estaba hablando?— Hay fuego en esas zonas, al parecer fue un ataque reciente.

— ¿Puedes aterrizar ahí?— apuntó a una zona rocosa pero parecía ser perfecta para que el helicóptero aterrizara, asintió tragando saliva, no le preocupaba eso, si no lo que llevaban.

—La caja de medicina esta diseña para abrirse con un código que solo el doctor en el cargo o el capitán saben, de otra manera se quedara cerrada y no se podrá abrir ni con una granada. — Le aclaro Tamara —Puedes dejarla caer, no pasara nada, los medicamentos están protegidos.

—Bien, déjalos en la zona de descarga y aterriza allá, bajaremos a ver qué pasa. — ordeno Patrick detrás de ella, movió sus manos y acerco con decisión el cargamento a la zona de descarga.

—Soltando cargamento a diez metros de la superficie. — Habló seria, oprimió un botón y los cables salieron en direcciones contrarias relajando el peso del helicóptero —Cargamento liberado. — Anunció girando el helicóptero a la zona rocosa— Tienen quince minutos para averiguar, me iré sin ustedes si no regresan. — aclaro de manera seria, por supuesto que se iría sin ellos si no regresaban.

—Haremos formación de dos en dos. — preparo su arma y se ajustó el casco que llevaba puesto, espero a que Siena aterrizara para bajar rápido, estaban a doscientos metros del cuartel por lo que les llevaría un tiempo investigar que pasaba, abrió la puerta del helicóptero y apunto su arma al rededor, hizo un puño con la mano derecha y bajo con Ben detrás.

Julieth le sonrió a Gabriel y se dio la vuelta para bajar con ellos, era extraño algunas actitudes que tomaba, parecía odiar a Patrick y después amarlo, rondar a Jack y Ben, pero coqueteaba a Gabriel como si los demás no existieran, esa mujer era demasiado extraña tanto para Siena como para Támara. No habían pasado ni dos minutos de hacerse ido y Gabriel estaba abajo con Támara, Siena estaba tomando su arma y vigilando el lado contrario a ellos, estaba inquieta, ese lugar no le parecía bueno, de vez en cuando odiaba las decisiones del país en cuanto a mandar a sus soldados a otra parte.

—Esto no me gusta. — mencionó Gabriel apuntando con su arma a donde iba el equipo Alfa, algo estaba mal en ese lugar.

—¿Que quiere decir?— le pregunto Támara controlando el temblor en su mano, esa arma era pesada, se giró a mirarlo, estaba realmente guapo con el uniforme en negro y esa arma en su pecho, la poca luz se estaba haciendo cada minuto más, entre más tardaran en revisar más peligroso sería salir de ahí.

—El lugar ha sido atacado recientemente, hay fuego en zonas cercanas al cuartel, pero lo más extraño es que no hay ni una sola alma en este lugar.— la miro un momento— Eso es extraño, el fuego no se consume aún y se puede oler aún la pólvora, no creo que esto se allá acabado aquí.— se inquietó caminando a la parte trasera del helicóptero, el cuartel estaba al este, la zona de descarga de lado norte, pero la parte trasera del helicóptero estaba al norte totalmente justo donde se podía distinguir la carretera que unía al cuartel del pueblo.

De pronto, antes de que Siena saliera del helicóptero, un estallido se escuchó a lo lejos, el radio que llevaba Patrick hizo contacto con el de ellos y pudo escuchar gritos, pero no supo que eran exactamente, Gabriel apunto a la dirección y le dijo algo a Támara u salió corriendo en dirección a los estallidos, salió sosteniendo el arma y mirando a donde iba, había más hombres de los que pensó y ninguno parecía querer bajar el arma que empuñaba, distinguió a lo lejos una torre de control, eso le serviría para ayudarles.

—Quédate aquí, volveré rápido, cuida el helicóptero y dispara a todo que no sea ninguno de nosotros. —le levanto una ceja para saber si entendía, pero ella dudo, se acercó poniendo la mano derecho en el arma y el dedo en el gatillo— Dispara sin temor, es tu vida o la de ellos. — sentenció corriendo lejos de ella, Siena sabía lo que hacía y él porque estaba ahí, no era nada del otro mundo y no les diría a ellos hasta saber quién era entre ellos el culpable.

Patrick se escondió detrás de unos tanques de agua mirando a Ben, este estaba escondido lo más cerca a los hombres mientras que Jack y Julieth habían corrido a las oficinas, su corazón pedía a gritos que disparara contra todo que se moviera, pero no podía, estaba la vida de Ben de por medio, respiro profundo pensando un momento, si lanzaba una granada posiblemente estaría entre él y los hombres, pero le daría tiempo de escapar, o que él le ayudará, asomo la cabeza para ver a donde lanzarla y tomo una de sus granadas, respiro profundo, tenía que confiar en saber dónde la lanzaba, la tomo con fuerza y quito el seguro, estaba a punto de lanzarla cuando su radio trasmitió la voz de Siena.

—No lo hagas aún. —dijo ella teniéndolo en la mira, unas ganas enormes de disparar sin detenerse la invadieron, de disparas encontrar de todos y salvarlo a él, era patético, lo sabía, cambio unos cuantos grados y miro a Ben— Detendré el fuego desde aquí. —le aviso ella, se movió un poco y ajusto la mira, desde ahí podía mirar a Gabriel escondido entre un árbol y un contenedor de basura, tomo una de las pistolas que había en el helicóptero y la puso en su bolsillo, para eso le serviría, corrió hasta la bajada de la zona rocosa, esperaba y saliera como quería, apuntó el arma no a donde estaban los hombres, si no a donde terminaba la primer oficina, tardarían segundo en darse cuenta de donde salió el disparo, pero ella estaría en su posición inicial.

Se escuchó el disparo a lo lejos y después una luz roja caer al final de la oficina, cegando por momentos y haciendo que los disparos fueran a dar directo a la bengala, Patrick se lanzó por Ben y lo halo del arma directo a la puerta de la oficina, su corazón martillaba y sus costillas le dolían de tanto respirar agitado, apretó los dientes al caer con tras el piso, se movió rápido escuchando los disparos y una ametralladora, debería de ser Gabriel, después disparos pausados y uno a la vez, esa debía ser Siena, trago saliva mirando a Jack correr con Ben y tomarlo con mucho cuidado para ver si estaba herido, pero no le tomo importancia, miro su mano apretada alrededor de la granada y no supo que hacer, se puso de pie para mirar por la ventana, con su codo rompió el vidrio y saco la mano, que se pudrieran, lanzó la granada lo más lejos y sacó su arma para disparar, los demás lo hicieron y cuando no hubo disparos de regreso cedieron.

—Revisen mientras Gabriel y yo esperamos.— ordeno cansada Siena, relajó sus hombros y poso sus manos en diferentes partes de la madera, respiro profundo y miro a Támara, estaba tirada golpeando a alguien con una piedra, su arma estaba tirada a metros de ella y un hombre igual con un charco de sangre, se preparó para apuntar a la cabeza, pero justo cuando lo enfoco ella se manchó de sangre la cara y parte de su uniforme, lo había matado y parecía sorprendida,  dejo caer la piedra a aún lado y se bajó de él limpiando sus manos, lo sabía, de todos, ella era la que nunca traicionaría, solo era alguien que amaba a su familia y quería el orgullo de su padre, más no una doble cara.

Media hora después pudieron moverse de sus lugares y entrar a las oficinas del cuartel, los soldados estaban encerrados por los rebeldes en las bodegas de provisiones, revisaron que todo estuvieron en orden, descansaron unos segundos y después de dejar todo en orden, volvieron al helicóptero, pero todos parecían envueltos en sus mundo, Siena pensando en un posible culpable, Gabriel preocupado por Támara, Támara perdida en sus pensamientos de haber matado a alguien, Patrick mirando a Siena pensando en lo buena que era, Ben y Jack al parecer estaban más concentrados el uno con el otro y al final, Julieth relajada en el asiento, tenía que admitir que era la única que daba indicios de doble cara, pero no podía hacer nada, Ben y Jack parecían guardar algo que no querían que nadie supiera, pero ella lo descubriría, para eso la habían enviado, estaban callados y parecían no darse cuenta de nada, Siena pilotaba tranquila, Patrick se miraba condenadamente guapo en el uniforme negro y de manera pensativa, tensaba la mandíbula, miraba a todos y volvía a mirar al piso, hasta que cerró los ojos y no los abrió, se concentró en llegar a salvo y no mirarlo, en quedarse enfocada en llegar, sus hombros le dolían y lo único que quería era relajarse, tomar un baño, un buen masaje y descargar la adrenalina que tenía dentro, había pasado más de dos meses que no hacía aquello y todo ella había dado un giro inesperado, desde las ganas de aprender de nuevo hasta las ganas de torturar que tenía, quería volver, quería hacerlo, desquitarse, terminar la maldita misión y continuar con su vida, pero nada de eso podía hacer, porque tenía que terminar eso hasta el fondo, lo había seguido por mucho tiempo y estaba apuntó de atraparlo, se había hecho la loca ante todos cuando preguntaron porque estaba ahí, de todos, ella era la única que tenía una misión realmente de nivel mayor y ultra secreta, ni siquiera su padre lo sabía, pero terminaría dandi golpes. Pensó en iniciar con Patrick, no era mala idea, él estaba arrepentido y haría cualquier cosa por ella, pero solo imaginarlo siendo usado para sacar información, le repudiaba y era ella la que lo usaría, Siena era inteligente, pero no se aprovechaba del débil, no era como ellos y no quería volverse de esa manera, dentro de sus principios y su estudio estaba el no dejarse envolver por posición o por poder, no sería excepción, no lo haría, después de todo seguía amándolo, seguía tratando de aminorar el sentimiento o desaparecerlo por completo.

— ¿Quieres que te releve?— preguntó Jack a su lado, Siena lo miro asustada, tan metida en sus pensamientos que no lo vio —Lo siento. — se disculpó él.

—No pasa nada... Pero no, estoy bien. —Dijo ella educada, les enseñaría a jugar sus cartas a ellos dos.

—De verdad, puedo ser útil en la maniobra, si quieres, solo aterriza tú, aún no lo sé hacer. —le comunicó con sinceridad, Siena lo pensó un momento, descansar unas horas le haría bien, asintió poniendo automático y moviéndose del lugar, Jack se sentó sonriéndole, era muy amable para engañar a alguien, pero cualquiera lo haría.

—Me llamas si necesitas algo.— y se fue a sentar al lugar que él ocupo, justo al lado de Ben, quien estaba dormido, se acomodó y recargo sus manos en las bolsas del pantalón, por alguna razón, cerró los ojos y miro a Patrick, sentado en el césped y recargado en sus piernas, mirando al cielo y sonriéndole feliz, ese día había sido el mejor de su vida, le había dicho que la amaba, que estaba contento con ella y que siempre contaría con él, que era la mujer más bella y habían hablado de terminar el servicio juntos para casarse y tener una casa, una casa con tejado negro y jardín enorme, donde todas las tardes se sentarían a comer helado o té con galletas de limón, pero no se había podido, no se había hecho porque era mentira, totalmente una maldita mentira por su cuenta para jugar con ella y verle la cara de estúpida, pero lo único que sintió en ese momento, no fue precisamente odio o dolor, no fue amor creciendo de ella, fue una lágrima resbalar por la parte exterior del ojo y desparecer en su cabello, había tenido cosas buenas en su vida, pero esos meses, aunque fueron una mentira, fueron especiales para ella y su corazón.


Fuerzas Especiales: Siena [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora