HERIDA

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Unos minutos antes
Un mago pelirrosa andaba caminado velozmente por la ciudad de Magnolia. Murmuraba y gruñía suavemente con molestia con respecto a lo ocurrido con sus compañeros de equipo durante su última misión.

- No entiendo porque se enojaron tanto conmigo por los gastos. Después de todo, les dije que yo les pagaría pronto lo que tuvieron que pagar por las reparaciones extra. tsk - murmuró pensando en como por cosas tan simples como esas, sus amigos ahora parecían querer asesinarlo con sus propias manos, lo cual, siendo francos, lo hería profundamente.

Para el pobre pelirrosa, la completa situación no tenía sentido alguno. Si, puede que haya causado varios daños graves a la infraestructura del pueblo con su movimiento apresurado, sin embargo, si no se hubiese movido a tal velocidad para desviar aquel ataque extremadamente peligroso e inestable, el numero de heridos hubiese sido exponencialmente mayor, y varios, incluyendo a sus propios compañeros, hubiesen muerto. Y aun así esto fuese así, parecería que los aldeanos y sus compañeros lo veían como a un enemigo más. Es más que obvio que la situación en sí es ridícula e injusta, pero todos estaban tan ciegos que veían esta situación como algo completamente correcto.

El joven suspiró con pesadez y dejó su mente en blanco al darse cuenta de que ya estaba frente a las imponentes puertas de su gremio. Sin embargo se percató de que el ambiente dentro era extremadamente tenso, y que la usual aura alegre que esta desprendía había desaparecido. Pensándolo detenidamente, finalmente decidió echar un vistazo, aun así supiese que pronto se arrepentiría. 

La escena con la que se encontró, realmente no pudo sorprenderlo. Las palabras hirientes que lanzaban indiscriminadamente sus compañeros de gremio en su contra eran lo usual en los últimos tiempos. De igual manera no podía evitar sentirse herido por la frías palabras que sus queridos amigos lanzaban a su espalda, aunque de por sí ellos no eran muy cuidadosos con sus palabras aun así estuviesen frente a el. Él siempre se hacía él de la vista gorda, pretendía ser un ignorante total de los pensamientos que usualmente tenían sobre él, solo continuaba sonriendo por la vida aun así tuviese que forzarse a hacerlo.

Sin embargo, últimamente había dejado de siquira intentar mantener la sonrisa en su rostro, su corazón ya estaba quebrado por la reciente muerte de su figura paterna, la renciente muerte de Igneel, el majestuoso dragón rey del fuego, pero al mismo tiempo el fiel protector del pelirrosa por años. Ya era suficiente con esa mísera herida para que el pelirrosa sintiera que estaba agonizando ahogandose en la culpa que sentía, las palabras de sus compañeros solo lograban que más heridas se abrieran en su corazón agonizante, llegando a ser tantas las heridas con las que cargaba que no tenía más opción que ocultarlas como pudiera del mundo pues le era imposible curarlas.

Suspiró mientras una lágrima traicionera se escapaba de sus hermosos ojos color jade. Se sentía patético al llorar por algo así, pero aun así lo intentara con todas sus fuerzas no podía detener las negativas emociones que se arremolinaban en su interior.

"Soy patético, ¿verdad tou-san? ¿Es por eso que me abandonaste?" pensó desanimado. No obstante, gracias a ese mísero pensamiento una extraña y enfermiza determinación surgió en él. Haría lo que fuera necesario para que los demás lo aceptaran, no le importaba sacrificar parte de su propio ser. Estaba decidido, pediría se el pupilo de cierta hada que aparentaba ser mucho menor de lo que en realidad era, y mientras tanto entrenaría con todas sus fuerzas. Así probablemente- con una probabilidad muy baja- el gremio finalmente pueda aceptarlo como uno más de ellos, con eso él sabía que no podría ser más felíz.

Decidido, el pelirrosa limpió la pocas lagrimas que había alcanzado a derramar en ese pequeño lapso de tiempo, y después dio un giro de 180 grados- quedando de espaldas al gremio- y se dirigió hacia donde él sabía que la fundadora del gremio residía. Una radiante sonrisa adornaba su rostro, llena de las pocas esperanzas que le quedaban al pelirrosa que alguna vez rebosaba de esperanzas.

"Chicos, tou-san, por favor solo esperen por un poco más de tiempo. Prometo dejar de ser la gran decepción que soy para ustedes, solo... Esperen por mí un poco más, se los recompensaré pronto, tan pronto como sea posible".

¡Holi a todos!
He vuelto de la muerte. Bueno a decir verdad, jamás morí solo que estuve muy ocupada en todo este tiempo por lo que hasta ahora no había tenido tiempo para actualizar mucho aquí en Wattpad, pero me moría por hacerlo. Sin embargo, no creo que vuelva a actualizar pronto, a no ser que siga haciendo capitulos tan cortos como los que he hecho hasta ahora. Diganme que opinan.
Oh y también les ruego que en los comentarios me digan su opinión y tal vez posibles mejoras.

Sin nada más que decir, se despide de ustedes con amor, gaby1835.


Invisible WeaponsWhere stories live. Discover now