"Quiero casarme con el hombre que amo".
Pensaba desde pequeña, sabiendo los límites que tendría, aún así, decidí no rendirme.
"Quiero casarme con Rafael".
Pensaba luego al ser mayor y darme cuenta de que nunca podría casarme con el hombre que amara...
Neón desvía la mirada y mira a mi bebé, las esclavas se levantan y destroceden al mismo tiempo en que Neón camina.
-¿A dónde vas con mi bebé?- Pregunto temblorosa- ¡Ey! Detente.
El bebé comienza a hacer quejidos por su boca y yo me desespero al ver a Neón tomar su espada que se encuentra guardada en el armario.
-Mira nada más- Murmura sin dejar de mirarla- Es una niña maldita.
Dos de las esclavas se acercan a Neón por detrás y rápidamente una de ellas toma su brazo tratando de sacar la espada de su mano y otra se lanza por el bebé sacandolo.
Mordiendome los labios, me siento en la cama a pesar del dolor y miro a Neón quien deja que la mujer arrebate su espada y lo tire lejos de él.
-Es una bebé, no tiene la culpa de nada- Murmura la mujer quien la sostiene- Tampoco es culpa de tu mujer.
Todas temblamos temorosas ante el silencio de Neón, él se mantiene con la cabeza gacha, haciéndonos dudar de su accionar, él es realmente un hombre peligroso para todas.
-Dame a la bebé- Murmura Neón sin mirarnos- Damela y lo solucionaremos de manera fácil.
-No te la daremos- Responde la mujer colocándose enfrente mío- Como mujer, defenderé a mi género sin importar mi vida.
-¡No sean estúpidas!- Grita él haciendo que nos sobresaltemos- Saben que ésta niña ha nacido maldita, no aceptaré ningún hijo mío deforme.
Todas mantenemos silencio, sabiendo de que esta valentía puede costarnos la vida.
Miro a las mujeres quienes se colocaron como escudos enfrente mío, protegiendome y protegiendo a mi bebé, jamás pensé que estas mujeres terminarían siendo protagonistas en este momento tan crítico.
-Sabemos que somos consideradas unas mujeres insignificantes ante esta sociedad, pero todo tiene un límite y si está en nuestras manos no permitiremos jamás que lastimen al género que portamos con orgullo.
Las observo con asombro y no puedo hacer más nada que mantenerme en silencio.
Neón lanza una pequeña risa de burla y luego me mira.
Alza lentamente el brazo y veo temorosa a guardias entrar en la habitación.
-Traiganme a la bebé y aprisionen a las esclavas, serán degolladas en la plaza por su rebeldía.
La mujer quien sostiene a la bebé trata de correr al ver a los guardias acercarse, comienza a forcejear mientras otras tratan de ayudarla, pero en tan solo segundos, todas son tiradas al suelo y el bebé vuelve a las manos de Neón.
-Realmente he tratado de ser bueno contigo Eider- Vuelve a hablar- Pero siempre lo aurrinas, haces que sea yo el único que sea visto malvado aquí- Camina lentamente hacia mi, mientras los guardias forcejean con las mujeres, arrastrandolas fuera de la habitación- ¿Por qué es que haces que sufra de esta manera? ¿Por qué me obligas a actuar así?
-Dame a mi bebé- Hablo extendiendo mi mano- Déjame cargarlo.
Neón no deja de observarla, con una mirada cargada de aflicción.
-Aún recuerdo la primera vez que nos conocimos- Habla- Ante esa mirada no pude hacer más que dejarme conquistar.
Me observa.
-Ya estoy cansado de esto, Eider.
-No te entiendo.
-Y es mejor que sea de esta manera- Murmura- Elige sabiamente.
Se detiene inspirando fuertemente y suelta.
"La vida de tu hija o de las esclavas"
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¡Hoy Es El Día Internacional De La Mujer!
¡Felicidades A Todas!
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Y Claro, Como Es Hoy No Podía Faltar Un Capítulo De Esta Historia.
