Episodio 25.

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Parte 25.

Estiro mi mano para alcanzar mi celular en la pequeña cómoda a un lado de mi cama pero en lugar de tocar el frío material me encuentro con el cálido hombro de Harold. Mi Harold.

-Buenos días floja. -Me dice.

-Buenos días.

-Vaya que eres floja.

-Te recuerdo que tú también estás acostado todavía.

-No me he levantado para no incomodarte.

-Pretextos.

-Es más de medio día.

-No es cierto.

-Si lo es.

-Tiene justificación.

-La tiene.

Anoche Luca estaba realmente afectado por el alcohol, le pedí a Harold que lo llevaremos a su casa.
Sus padres no tenían ni idea de donde se encontraba Luca desde el 23 por la tarde, cuando salió a un bar.
Dijeron que tomarían medidas con respecto al comportamiento que estaba teniendo.
Así que por llevarlo a su casa y charlar un poco con sus padres, vinimos a dormir a más de las 4 de la mañana. Aunque la calle estaba llena de personas y ruido.

-¿Crees que tu padre ya se ha levantado? -Me pregunta.

-Seguramente.

-Um. ¿Y si te busca en tu habitación?

Porque, como que te encanta la mía. -Dice y ríe.

Me levanto de su cama fingiendo indignación.

-Oh vamos nena. -Me dice. -Es broma. 

-No me importa.

Quería ducharme contigo hoy. -Invento. -Pero luego creerás que quiero quedarme con tu habitación.

Harold se levanta y me abraza por la espalda.

-Era broma. Vamos si. -Pone cara de perrito abandonado. -Dúchate conmigo, me encantaría.

-Te espero en 30 minutos para que me lleves con Tammy. -Le digo y me suelto de su abrazo.

-Eres mala. -Escucho que me dice pero no hago caso, termino por salir de su habitación y lo escucho reír.

Puntitas, puntitas, puntitas. Como si fuese madrugada y estuviese llegando de una fiesta.

-Buenas tardes niña Nora.

Mierda.

-Hola Raúl. -Digo y sonrío con exageración.

-Hm ¿qué hacía en la habitación del joven Harold?

-Eh.. eh, no estaba en la habitación de Haro.

-¿Ah no?

-No, he venido por un vaso de agua.

-¿Del jardín?

-Um, la de la llave está muy rica.

-No sabe mentir niña.

-Si, este, feliz navidad Rul, adiós. -Lo esquivo y subo las escaleras corriendo.

Llego a mi habitación y suelto una cantidad exagerada de aire.
Corro a mi ducha y después de bañarme y vestirme con lo primero que encuentro, tomo los regalos que he comprado y bajó en busca de Harold.

Él está sentado en la sala con la vista sobre su móvil.

-¿Listo? -Le pregunto.

-Listo. -Dice y se levanta. -Encenderé el auto.

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