Capítulo 13

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Tsukishima había acabado sus deberes de Karasuno para las nueve de la mañana, y no tenía problema de hacerlo en sábado, pero era inusual haberles dejado acumularse un par de días. En fin, tenía el resto del fin de semana libre, excepto talvez por una lectura rápida el domingo en la noche, por si acaso.

Se había despertado más temprano de lo que hubiese querido, por un injustificado Yuuji enviándole desde las siete de la mañana y sin parar, fotos del juego de baloncesto femenino al que asistía. A estas alturas Tsukishima comenzaba a desesperarse por el hecho de que aunque se negara a salir con Yuuji, seguía teniendo casi las mismas actualizaciones y tonterías que si estuviera junto a él. Y era peor si ignoraba sus mensajes.

Ya que una vez habría los ojos en la mañana no los volvía a cerrar, se levantó resignado a hacer deberes. Akiteru había hecho el desayuno; unos crepés demasiado creativos y con mucho kiwi, pero aceptables.

Tsukishima no pudo evitar creer que era un pago por adelantado por ir a la tienda que quedaba a varias calles de ahí, casi en la cima de una colina, y a pie porque Akiteru se llevaba el auto a un seminario de todo el día.

La única cosa por la que Akiteru lo mandaba a tan lejana tienda, en términos de caminar, era porque tenía una rara harina de arroz que solo se encontraba ahí, y a la que Akiteru había encontrado gusto aparentemente solo para fastidiar de vez en cuando a su hermano.

Hasta ahora Tsukishima no recordaba ninguna receta hecha con dicha harina. No sería raro que Akiteru la usará para bañarse, o magia. No sería raro. La tienda en general si tenía ese toque de 'Seguramente me has visto en una fábula china'.

Tsukishima le había dado un rotundo ‘no' a Kuroo con la idea del gato. Pero por cosas de la vida tuvo que ponerse a favor del plan, cuando el miércoles se estacionó afuera de Date, y concluyó que no era conveniente decir que había venido con la única intención de rectificar que Kenma era apenas una no-molestia, y que por lo tanto, de llegar a ocurrir una situación que implicase una relación más allá de compartir el castigo de conocer a Kuroo, digamos besarse, habría de tomarse tal hecho como algo enteramente accidental, sin valor, descuido de Kenma y a la larga culpa de Kuroo.

Era el gato, decir la verdad, o conducir de vuelta a casa. Solo era un gato que a la larga sería problema exclusivo de Kenma.

Al llegar de vuelta a casa, a eso de las diez dejó la harina sobre la mesa y agarró un paquete de nueces para comer. Revisó su buzón y le contestó de mala gana a Yuuji, al menos pudiendo burlarse de la derrota del equipo al que apoyaba.

Akiteru había llevado el portafolio equivocado y necesitaba el otro antes de las cuatro de la tarde para presentar su reporte. Nada sorprendente viniendo de Akiteru.

El otro problema como siempre era Kuroo, jamás acababan las preguntas de si gato o gata, grande o pequeño, pelo corto o largo. Hasta ahora Kuroo no parecía haber notado que sugiriera lo que sugiriera Tsukishima respondía que era mala idea.

Kuuro: Los de cola larga se ven más elegantes, no crees?

Yo: Si, y siempre terminan callejeros.

No solo se había inventado ese dato, era notoriamente falso. Kuroo envió un párrafo de como lo lamentaba y como iba a leer más. Idiota.

Tsukishima dejó el teléfono en la mesa y se fue a bañar, Kuroo lo recogería a medio día para ir al refugio, para ver a Yamaguchi, ya que honestamente el gato no era su tema.

Respecto a Yamaguchi, los mensajes nuevamente eran rápidos, y se habían llamado una par de veces. Ayer habían conversado un rato en la calle cuando Tsukishima había encontrado a Yamaguchi después de que este saliera de BlackB.

Adorables Puntos Plateados (Lovely Silver Dots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora