Mailen Onisse, nacida en Santorini, Grecia, vivió allí hasta los 7 años, cuando se mudó a Holmes Chapel, un pequeño barrio en Reino Unido, allí estuvo durante 10 años, hasta que se muda a Beacon Hills, un pueblo en California, USA.
Ahora tiene que e...
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Cuando llegaron al instituto Scott estaba esperando a Stiles en la puerta. El chico de lunares se bajó del coche y se dirigió hacia su mejor amigo, entraron en el instituto antes de que a Mailen le diese tiempo de coger su mochila, cuando salió del coche no había ni rastro de los chicos, Mailen suspiró imaginando cuando se dejaran de olvidar de la 'nueva'. Se puso la mochila al hombro y se dirigió a su primera clase: Español. A Mailen no se le daba mal el español, era Europea, a si que estaba acostumbrada a el acento, aunque en America se da más latinoamericano, y ella estaba acostumbrada a el español de España. Entró en clase y se sentó en un sitio libre que había, al lado de Isaac, bien, le podría preguntar sobre su padre, aunque no creía que era buena idea ya que el no lo sabía que su padre estaba muerto.
—Siento no haber ido ayer a entregarte los apuntes— Isaac interrumpió sus pensamientos sobre el, carraspeó un poco antes de seguir hablando—. Tuve problemas familiares— Mailen le miró con cara de pena, según Stiles su padre le maltrataba, pero no estaba segura de creerle, siempre estaba en perfectas condiciones, físicamente, mentalmente parecía estar un poco tocado, pero eso le pasa a cualquiera.
—No pasa nada Isaac, además si hubieses venido nadie te habría abierto— Isaac la miró extrañado—. Estuve toda la tarde en el bosque— explicó la chica, el chico puso cara de preocupación, el sabía lo que te podrías encontrar por el bosque.
—No te pasó nada ¿no?— preguntó el de la bufanda con intriga. La chica le sonrió.
—Nop, es precioso, aunque hay una casa incendiada que estorba un poco en la armonía de la naturaleza— Isaac pensó en Derek, su Alpha, esa casa era de su familia.
—Era de los Hale, se incendió hace unos años, casi nadie sobrevivió— Mailen agachó la cabeza pensando en la pobre familia.
—Que pena, no me imagino lo que han tenido que pasar los supervivientes— Isaac hizo una mueca. Antes de que pudiese contestar la profesora empezó a hablar.
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Llegó el primer receso, y con el la práctica de Lacrosse, me senté en las gradas viendo entrar en el campo a los chicos. El entrenador puso a Scott de defensa y el resto tenía que tirar a la portería, Scott tiraba a los chicos y les olía, Mailen no se imaginaba porque lo haría, el entrenador le decía que parase de hacerlo pero no lo hacía, Mailen se lo estaba pasando genial, se reía todo el rato causando la atención de la gente de alrededor. Estaba tan ocupada riéndose que no se enteró de que el Sheriff Stilinski había entrado en el campo, cuando se dio cuenta de limpió las lágrimas de la risa y bajó a la pista a ver qué pasaba, el Sheriff se llevó a Isaac a la comisaría, Isaac no se lo podía creer, su padre estaba muerto. El timbre sonó y Mailen se fue a clase, pero Scott y Stiles no aparecieron.
Scott y Stiles estaban espiando a Jackson y al Sheriff, descubrieron que lo que Stiles sospechaba era verdad, a Isaac su padre le pagaba, pero lo que más les sorprendió fue que Gerard era el nuevo director.
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Mailen fue en dirección a su coche, ya que habían acabado las clases, cuando vio a Stiles y a Scott hablando con un hombre de unos venti tantos, el pelo negro y ojos ámbar hipnotizantes, el hombre pilló a Mailen mirándole y le lanzó una mirada sospechosa, a la chica por la sorpresa se le cayeron los libros que llevaba en la mano, los recogió deprisa y se subió a su coche corriendo. Arrancó y se fue de allí dejando a los chicas hablando con el hombre misterioso.
Mailen se dirigió a la comisaría del Sheriff ya que quería hablar con Isaac, pero no la dejaron, lo intentó de todos los modos, se intentó colar incluso, pero antes de cerrar la puerta un oficial la cargó como un saco de patatas y la echó de la comisaría, Mailen bufó y se dirigió a su casa. Cuando llegó se acordó de que hoy venían las cajas de la mudanza, aparcó su coche y vio un camión cruzando la calle y aparcar detrás suyo, miró al camionero bajarse con los ojos medio-cerrados por culpa del sol, el camionero se acercó a ella.
—¿Está es la casa de los Onisse?— preguntó el hombre de la mudanza, Mailen asintió y el hombre se dirigió a el camión diciéndole a su equipo que se bajase, solo eran dos personas, Mailen se asomó a el interior del camión y se sorprendió al verlo casi vacío.
—Tranquila, el resto de camiones se dirige hacia aquí, había un atasco que a nosotros no nos pilló— le dijo un chico del equipo al verla tan sorprendida.
Entró en casa y sus padres salieron a hablar con el camionero, ella subió a su habitación y desde la ventana vio a más camiones llegar y a gente metiendo cajas en el interior de la casa, dejó sus cosas en la cama y bajó a subir sus cosas cuando ya se hubieron ido.
—Hola— saludó a sus padres, quienes hicieron un movimiento con la cabeza en respuesta ya que estaban contando las cajas—. ¿Están todas las cajas?— preguntó, su madre asintió a la pregunta—. ¿Cuales son las mias?— dijo dispuesta a llevárselas a su habitación y desempaquetarlas.
—Aquellas— respondió su padre señalando un montón de 5 cajas en las que ponía "Cosas de Mailen", la chica sonrió al ver sus cosas y cogió una para llevársela a su habitación—. Ahora te subo yo las más pesadas— le dijo su padre al ver el esfuerzo que estaba haciendo para llevar la caja.
—Graciaaas— gritó Mailen mientras entraba en su habitación. Dejó la caja en el suelo y la abrió para ver que tenía dentro, cosas de escritorio.
Cuando su padre le subió todas las cajas empezó a colocar cosas.
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Mailen terminó la mudanza, ahora si que se le podía llamar 'hogar', se tumbó en su cama mirando todas sus cosas en su lugar, estaba cómoda allí. Hizo sus deberes y llamó a Allison para ver si podía ir a su casa, sus padres seguían con la mudanza y todavía quedaba tiempo para la hora de la cena. Allison le dijo que no podía en ese momento, a si que decidió ir a correr por el pueblo, le sobraba mucho tiempo por las tardes y quería ver que negocios había para buscar un trabajo o actividad que la manteniese ocupada. Les preguntó a sus padres, y la dijeron que había una Clínica Veterinaria. Salió de casa en busca de la clínica, fue mirando a la gente salir y entrar en sus casas, vio a Scott entrar en su casa y le saludó con la mano, pero Scott no le devolvió el saludo.
Llego a la Veterinaria y entró, llamo al timbre para ver si había alguien, un señor de color salió de una sala de operaciones, y sonrió al verla, en su placa leyó Dr. Deaton.
—Hola, venía a ver si necesitabais un ayudante— Deaton se sorprendió al ver que quería trabajar allí—. ¿Hay puesto?— Mailen se puso en puntillas delante del mostrador, ansiosa de la respuesta.
—La ayuda siempre es bienvenida— le contestó el doctor con una sonrisa— ¿tienes experiencia?— le preguntó.
—Sii, estuve trabajando en una clínica unos meses en UK— respondió acordándose del pequeño pueblo.
—Vale, ven mañana después del instituto para hacerte una prueba— le dijo Deaton—. De momento, yo soy el Dr. Deaton— le extendió la mano que Mailen cogió con gusto.
—Yo soy Mailen Onisse— dijo con una sonrisa, Deaton asintió, apuntó su nombre en un cuaderno y volvió a entrar en la sala—. ¡Gracias!— gritó para que la oyera, salió de la clínica veterinaria con una sonrisa en la cara.
